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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/05/2025 06:30
Donald Trump se apoyará en Marco Rubio, Scott Bessent y Steve Witkoff para definir su agenda global (Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump hizo su primer movimiento profundo en el gabinete: forzó la caída de su consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y definió un círculo cerrado de asesores para la agenda geopolítica de los Estados Unidos que integrarán Marco Rubio, Scott Bessent y Steve Witkoff. La decisión de Trump deja en el camino a Elon Musk, que había abierto un backchannel con Irán y la derecha alemana, y acotará la influencia sobre política exterior del vicepresidente JD. Vance, que se movía con soltura en el Salón Oval. Trump cesa a Waltz por su mirada agresiva frente a Rusia y por el affaire que protagonizó al sumar a un periodista de The Atlantic en un grupo de la aplicación Signal que se utilizó para distribuir información clasificada sobre ataques del Pentágono a los hutíes. Mike Waltz camina por los jardines de la Casa Blanca, tras conocerse que había sido desplazado como consejero de Seguridad Nacional de Trump El desplazamiento de Waltz -fue designado como embajador en Naciones Unidas- implicó un crecimiento geométrico de la influencia de Rubio en la administración republicana. Ni Henry Kissinger tuvo tantos cargos en la presidencia de Richard Nixon. Desde este jueves, Rubio es secretario de Estado, consejero de Seguridad Nacional, maneja la agencia USAID y administra el Archivo Nacional. En su época, Kissinger controló la Secretaría de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, hasta que en este puesto fue reemplazado por Brent Scowcroft. A diferencia de Bessent y Witkoff, Rubio conoce de política exterior y siempre se mantuvo firme al lado de Ucrania e Israel. Esta perspectiva geopolítica marca una distancia con Bessent y Witkoff, que son más pragmáticos al momento de diseñar una táctica frente a los reclamos de Volodimir Zelensky, Vladimir Putin e Irán. Donald Trump, Marco Rubio y Scott Bessent durante un acto diplomático en el Salón Oval, (Casa Blanca, Washington) Si Trump prioriza la experiencia internacional de Rubio, la estrategia de Estados Unidos frente a la guerra en Ucrania, la situación en Gaza y el proyecto nuclear de Irán puede moverse a una posición más intransigente respecto a Rusia, Hamas y el régimen de los Ayatollahs. Witkoff es amigo personal de Trump y concentra las negociaciones para lograr una tregua en la Franja, un cese del fuego en Ucrania y la anulación de la iniciativa atómica de Teherán. Witkoff siempre escuchó a Rubio, pero al final definía su hoja de ruta con un viaje relámpago a Mar -a- Lago. Bessent es conocido por su influencia en Wall Street, y este asset le permitió recomendar a Trump que postergue por 90 días la aplicación de las tarifas recíprocas. El presidente de Estados Unidos respeta la capacidad de negociación del secretario del Tesoro, y por eso lo puso a cargo del acuerdo sobre tierras raras que la administración republicana cerró con Zelensky. Vladímir Putin y Steve Witkoff se saludan durante su último encuentro en el Kremlin, (Moscú, Rusia) En este contexto, la dinámica de la Troika -Rubio, Bessent y Witkoff- todavía es un proceso político que está en plena evolución. El secretario de Estado, el secretario del Tesoro y el enviado especial a Medio Oriente y Rusia tienen agenda propia, y Trump deberá laudar muchísimo para que su círculo de asesores de confianza no se transforme en una bomba de tiempo. Rubio anuncio que está semana habría novedades respecto al protagonismo de Estados Unidos como negociador de paz entre Ucrania y Rusia. Witkoff y el canciller iraní Abbas Araqchi se encuentran este sábado en Roma para avanzar en las negociaciones en torno a la iniciativa nuclear de los ayatollahs. Bessent atiende múltiples llamadas para avanzar en acuerdos bilaterales con decenas de países que intentan escapar de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La negociación entre Israel y Hamas para lograr una tregua y la libertad de los rehenes cautivos en Gaza -vivos y muertos- está paralizada desde hace semanas. Donald Trump y Benjamín Netanyahu en el Salón Oval, (Casa Blanca, Washington) En ninguno de estos cuatro temas clave -Rusia, Irán, aranceles e Israel y Gaza-, Waltz tenía mucha influencia política. Su mirada internacional estaba a la derecha de Trump, y el affaire Signal terminó de vaciarle el poder interno. Ahora emergió un inédito cuadro de situación en la Casa Blanca, adonde Rubio, Bessent y Witkoff deberán confluir para ejecutar las instrucciones macro de Trump. Un complejo reto político en un escenario global fragmentado por intereses que desafían todas las iniciativas que presenta Washington para cerrar la crisis en Medio Oriente y pactar un cese del fuego entre Zelensky y Putin.
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