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» El Ciudadano
Fecha: 01/05/2025 15:55
¿Alguna vez te pasó que una melodía pegadiza comienza a repetirse en tu mente una y otra vez, a veces hasta el punto de la frustración? Este fenómeno, conocido comúnmente como «canción pegada» o, en inglés «earworm», es una experiencia sorprendentemente común. Algunas encuestas sugieren que hasta el 90 por ciento de las personas experimentan esto, y para aproximadamente un tercio de ellas, puede resultar molesto. Lejos de ser simples molestias musicales, las earworms ofrecen una ventana fascinante a cómo nuestro cerebro procesa la música, la memoria y la atención. ¿Qué son exactamente los «earworms»? Una earworm se define como un segmento de música que se repite involuntariamente en la mente, generalmente un fragmento corto de unos 20 segundos de duración. El término «earworm» fue acuñado en 1979 por el psiquiatra Cornelius Eckert y deriva de la palabra alemana «Ohrwurm», que significa «gusano de oído». Normalmente, el fragmento atrapado dura unos 20 segundos, repitiéndose sin que puedas evitarlo. Encuestas indican que cerca del 90% de las personas experimentan este fenómeno, y para un tercio de ellas puede llegar a ser una experiencia bastante molesta. Estas imágenes musicales involuntarias, como también las llaman los científicos, surgen de repente, a menudo cuando menos lo esperamos, y pueden persistir durante horas, días e incluso semanas. Aunque recordar una canción favorita puede ser placentero, una earworm se diferencia por su naturaleza incontrolable e intrusiva. Este fenómeno está relacionado con conceptos como la memoria involuntaria, la percepción musical y el procesamiento emocional. La implicación de estructuras cerebrales como el hipocampo, la amígdala y el núcleo accumbens, junto a procesos como el «bucle fonológico», la repetición mental de información auditiva, explica por qué a veces una simple melodía puede instalarse en nuestra cabeza durante horas. La neurología de las canciones atascadas en la cabeza Varios factores explican por qué ciertas canciones tienen más probabilidades de convertirse en earworms. Las características musicales repetitivas, como melodías o ritmos que se repiten, notas de larga duración y pequeños intervalos entre notas, incrementan la posibilidad de que una canción quede atrapada en tu mente. Además, los temas que provocan respuestas emocionales o que están asociados a recuerdos específicos también tienen mayor capacidad de pegarse a la cabeza. Esto ocurre tanto si la carga emocional es evidente como si permanece más inconsciente, y puede derivar de recuerdos positivos, nostalgia o incluso de periodos emocionales negativos prolongados. La formación de gusano de oído implica la creación de redes neuronales en el cerebro, que conectan áreas relacionadas con la memoria, la percepción, la emoción y el pensamiento. Una vez creadas estas redes, pueden activarse al escuchar la canción o mediante otros estímulos. Estudios de imágenes cerebrales usando resonancia magnética funcional (fMRI) han mostrado que el córtex auditivo, ubicado en el lóbulo temporal, participa en la percepción musical y se conecta con áreas profundas del mismo lóbulo, como el hipocampo y el giro parahipocampal, fundamentales para codificar y recuperar recuerdos. El bucle fonológico, el mecanismo mediante el cual mantenemos temporalmente información auditiva en nuestra mente, también desempeña un papel importante en mantener ese fragmento sonando una y otra vez. Además, se ha comprobado que las conexiones con regiones emocionales del cerebro, como la amígdala, implicada en la evaluación de la relevancia emocional y las emociones negativas, y el estriado ventral o núcleo accumbens, vinculado al placer y la recompensa, son claves en la persistencia de los earworms. Se cree que estas redes neuronales pueden quedarse “atascadas”, provocando la repetición automática de fragmentos musicales. A veces, un earworm puede surgir como un intento del cerebro por completar información auditiva faltante. Escuchar repetidamente una canción también puede fortalecer su almacenamiento en el bucle fonológico y hacerla más propensa a quedarse pegada. Curiosamente, el hecho de que en culturas pre-alfabetizadas se utilizara la música para memorizar información sugiere que nuestros cerebros han evolucionado para recordar de manera natural fragmentos musicales asociados a emociones o conocimientos. Cómo sacarse una canción de la cabeza Aunque las canciones atascadas suelen ser pasajeras e inofensivas, hay estrategias para deshacerse de ellas. Distraerse con actividades que involucren las mismas regiones cerebrales, como leer, resolver problemas o mantener una conversación, puede ayudar a desplazar la canción de tu mente. Otra estrategia es aplicar un enfoque de mindfulness, dejando que la canción suene mentalmente sin resistirte, ya que luchar contra ella puede prolongar su presencia. También puede ser útil escuchar una canción diferente o incluso terminar de escuchar la canción completa que provocó el atasco, cerrando así la «tarea incompleta» que tu cerebro intenta resolver, un fenómeno relacionado con el efecto Zeigarnik. Un truco curioso es masticar chicle, ya que esto puede interferir con la programación motora articulatoria vinculada a la cognición musical, reduciendo los pensamientos musicales no deseados. Y, por supuesto, un buen consejo preventivo es no sobreexponerse a canciones pegadizas, por muy irresistibles que resulten. Eso sí, si un earworm persiste de forma continua durante más de 24 horas, podría ser señal de un problema más serio que justifique consultar a un profesional de la salud. Finalmente, algunos estudios han identificado las canciones que más frecuentemente se convierten en earworms. Una investigación publicada por la American Psychological Association destacó «Bad Romance» de Lady Gaga como un ejemplo perfecto, gracias a su tempo rápido y su pegajoso estribillo. También «Can’t Get You Out Of My Head» de Kylie Minogue y el clásico «Don’t Stop Believing» de Journey son mencionados con frecuencia. Estos ejemplos ilustran cómo ciertas características musicales pueden hacer que una canción se convierta en una visitante insistente en nuestras mentes. ¿Qué canción se te pegó a la cabeza hoy?
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