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Parana » El Once Digital
Fecha: 01/05/2025 15:30
La Iglesia Católica celebró este jueves 1º de mayo la Fiesta Patronal en honor a San José Obrero, patrono de los trabajadores. En Paraná, la jornada comenzó con una procesión comunitaria y continuó con la tradicional Misa por el Día del Trabajador, encabezada por el arzobispo de la ciudad, monseñor Juan Alberto Puiggari. La ceremonia religiosa, fue en el salón deportivo del Instituto D-94 “San José Obrero”, y contó con la participación activa de vecinos, trabajadores y representantes de diversas comunidades que se congregaron para compartir un momento de oración y reflexión, en el marco de una fecha que une la espiritualidad con el compromiso por la dignidad laboral. Durante la homilía, monseñor Puiggari expresó: “Celebramos esta fiesta en un momento de sentimientos encontrados porque, tras el fallecimiento de nuestro Papa Francisco, nos sentimos huérfanos, no tenemos padre, estamos esperando y rezando por el próximo Cónclave, donde se elegirá al próximo vicario de Cristo, sucesor de Pedro”. Fiesta Patronal en honor a San José Obrero San José, modelo de fe, esperanza y humildad El arzobispo destacó que “a San José hoy lo invocamos como San José Obrero, pero también es el protector de la Iglesia Universal. Le pedimos a él que se manifieste como protector de la Iglesia y nos cuide a todos”. Reflexionando sobre el sentido del trabajo, Puiggari señaló: “Estamos reunidos festejando el trabajo. Este año estamos en el aniversario de Jubileo, donde somos peregrinos de la esperanza. San José es un ejemplo de esperanza; si quisiéramos tomar modelos, se destaca la Virgen por sus actitudes de esperanza, fe y caridad, y luego está San José, porque la esperanza es creer, y porque creo en Dios, espero que nos conduzca y lleve al cielo”. Fiesta Patronal en honor a San José Obrero En relación con la vida del santo, recordó: “San José fue muy probado. Primero cuando la Virgen concibe al Hijo de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo; San José no dudó de María, estaba desconcertado, pero creyó y esperó para que Dios le muestre el camino y así cumplir su vocación”. También evocó cuando “partió a Egipto para salvar a su hijo, confió en que Dios lo guíe incluso cuando le pidieron que cambie su rumbo”. El trabajo como vocación y expresión de dignidad Puiggari remarcó que “la esperanza de José en Dios es maravillosa, la fe y fortaleza. Le pedimos que nos contagie el espíritu de creer y esperar en Dios porque, a pesar de tantas dificultades en el mundo y el país, sabemos que Dios nos cuida y nos quiere llevar por el camino más fecundo y así al cielo”. En otro pasaje de su homilía, señaló que “muchas veces nos pasa que juzgamos con ligereza a las personas, no por su sabiduría o virtud, sino porque las conocemos demasiado y sabemos sus defectos. Es mucho más fácil admirar a alguien que está lejos que descubrir la riqueza que está cerca”. Y añadió: “El Santo más grande tuvo una vida escondida, tuvo las características de silencio y humildad”. Monseñor Puiggari Por último, el arzobispo valoró la vocación del trabajo como parte del plan divino: “Dios nos dio la vocación del trabajo y con nuestro trabajo estamos completando esa vocación. Las maestras enseñan, quienes construyen caminos, los bomberos y las ambulancias ayudan; todos estamos llamados a trabajar”. “Es tan dramática la falta de trabajo y de cultura del trabajo, porque quien no trabaja —muchas veces porque no puede o no quiere— no puede desarrollarse como Dios quiere. Se necesita hacer un esfuerzo grande para que todos los argentinos tengan la dignidad del trabajo y puedan llevar el pan a la mesa ”, afirmó. Finalizó pidiendo a San José por “todos los trabajadores, para que descubran que no hay tarea grande o pequeña; la tarea más sencilla es motivo de gloria a Dios y santificación”.
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