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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/05/2025 10:50
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima una superficie de trigo para la campaña 2025/26, de 6.700.000 hectáreas a nivel nacional, igualando el máximo histórico registrado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires para este cultivo (Imagen Ilustrativa Infobae) Según estimaciones de la Bolsa de Cereales (BCBA), la superficie destinada al cultivo de trigo en la campaña 2025/26 podría alcanzar las 6,7 millones de hectáreas, igualando el máximo histórico registrado en 2021/22. Esta proyección representa un incremento del 6,3 % interanual y del 6,7 % respecto al promedio de las últimas cinco campañas, impulsado principalmente por un escenario climático más favorable y una mejora en la relación insumo-producto. Durante el relevamiento realizado por la entidad, se destacó que, a diferencia del ciclo 2024/25 marcado por un evento “La Niña” que restringió las lluvias en la etapa de siembra, las proyecciones actuales sugieren la consolidación de un fenómeno “Neutral-Cálido”. Esta transición climática estaría acompañada de mayores precipitaciones durante el otoño e invierno, condiciones clave para el desarrollo del cereal. Las regiones más beneficiadas por este contexto son el oeste de Buenos Aires, Córdoba y el norte del país, donde las intenciones de siembra se incrementaron tras varios años de retracción debido al déficit hídrico. En estas zonas, además, el trigo reaparece como una herramienta estratégica para generar ingresos, especialmente tras dos campañas consecutivas en las que los cultivos estivales sufrieron importantes pérdidas. El otoño de 2025 se caracterizó por un contexto climático positivo, aunque con una alta variabilidad. Para el invierno, se espera que gran parte del área agrícola reciba precipitaciones dentro del rango medio estacional; mientras que la primavera mantendría un panorama hídrico positivo (BCBA) El informe de precampaña de trigo, elaborado por la BCBA indica que en el norte del área agrícola, el trigo sigue cumpliendo un rol de doble propósito —cobertura y eventual cosecha—, y se prevé una expansión del 9 % del área implantada. En el centro-oeste, la recuperación podría alcanzar el 10 %, mientras que en el centro-este, segunda región en importancia productiva, el crecimiento estimado es del 8 %. Por su parte, el sur del área agrícola, tradicionalmente dedicado a cultivos de invierno, mantendría su superficie, aunque podría inclinarse hacia el trigo o la cebada según la evolución del mercado. El contexto climático también se perfila como un aliado. Durante el otoño, las lluvias ayudaron a recargar los perfiles hídricos, y para el invierno se esperan precipitaciones dentro de los promedios históricos, con heladas moderadas. No obstante, se advierte sobre una alta variabilidad atmosférica, que podría incluir eventos extremos como lluvias torrenciales, heladas tardías y oscilaciones térmicas abruptas, exigiendo estrategias de manejo agronómico adaptativas. En términos económicos, la campaña comienza en un escenario global de volatilidad e incertidumbre. El precio internacional del trigo se ubica en torno a los 204 dólares por tonelada, un 6 % por debajo del promedio del año anterior. Sin embargo, la baja en los precios de fertilizantes y herbicidas ha mejorado notablemente la relación insumo-producto. Por ejemplo, la urea y el fosfato diamónico registraron caídas interanuales del 24 % y 14 %, respectivamente, mientras que el glifosato bajó un 29 %. Se estima el trigo generará USD 3.600 millones en la campaña 2025/26, lo que significaría una recuperación del 26 % en relación con la campaña previa (BCBA) A pesar de que los márgenes continúan siendo ajustados o negativos en algunas regiones, esta mejora en los costos permite proyectar una recuperación económica del trigo. Se estima que el cereal podría generar ingresos por USD 3.600 millones, un aumento del 26 % respecto a la campaña anterior, con exportaciones por USD 3.404 millones y un aporte fiscal de USD 937 millones. Con una producción estimada en 20,5 millones de toneladas, Argentina se posiciona nuevamente como un actor clave en el mercado internacional de trigo. No obstante, para consolidar esta oportunidad, los analistas remarcan la necesidad de contar con un marco de políticas estables que estimulen la inversión, sostengan la competitividad y promuevan las exportaciones.
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