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Gualeguaychu » FM Maxima
Fecha: 01/05/2025 03:02
La Secretaria de Educación, que depende del Ministerio de Capital Humano, aprobó la modificación del Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (Sacau) para poner en marcha una nueva unidad de medida académica para los planes de estudio de las carreras universitarias: el Crédito de Referencia del Estudiante (CRE). A diferencia del modelo centrado exclusivamente en las horas de docencia, según informaron, los créditos tienen en cuenta también el tiempo total que un estudiante dedica a una asignatura: horas de clase (presenciales o virtuales) y trabajo autónomo (actividades, lectura, tareas, trabajos, proyectos, preparación de exámenes, resolución de actividades). Cada crédito académico equivaldrá a entre 25 y 30 horas de dedicación académica, similar al sistema europeo. Los planes deberán organizarse con un promedio de 60 créditos anuales. Y será obligatoria para todas las carreras que soliciten su aprobación y validez nacional a partir del 1° de enero de 2027, con posibilidad de prórroga por hasta dos años. Las acreditaciones actuales no vencerán y las instituciones podrán optar por sumar las carreras ya vigentes a este nuevo sistema. Desde @MinCapHum_Ar comenzamos a implementar el sistema de créditos académicos para carreras universitarias. Una nueva forma de medir la dedicación de los estudiantes y diseñar planes de estudio más libres, abiertos, interdisciplinarios y flexibles. “La idea es que sea voluntario y un cambio paulatino, siempre y cuando no se trate de nuevas carreras, en ese caso sí deberán cumplir con este nuevo sistema”, dijo a LA NACIÓN Alejandro Álvarez, subsecretario de Políticas Universitarias. Esta subsecretaría será la autoridad de aplicación e interpretación de la normativa y acompañará el proceso de implementación con el Consejo de Universidades. El funcionario detalló que los objetivos de este nuevo sistema estandarizado son: Transparencia: hace más claro cuánto tiempo requiere cada curso o carrera Flexibilidad: facilita cambiar de carrera, universidad o cursar asignaturas en otras instituciones (dentro y fuera de la Argentina). Movilidad: permite que los estudios sean reconocidos internacionalmente, ayudando a estudiantes y profesionales a continuar su formación o trabajar en el extranjero. Previsibilidad: ayuda a los estudiantes a planificar mejor sus trayectorias académicas sabiendo el total de horas que le llevará cursar, estudiar, hacer trabajos, etc. Además de que esperan una transición progresiva, este nuevo sistema podrá derivar en carreras más cortas, de dos a cuatro años, siempre que cumplan con un mínimo de 60 créditos por año académico. Las carreras, sin embargo, también deberán cumplir con Sistemas Institucionales de Aseguramiento de Calidad (SIAC), para garantizar la calidad de las carreras frente a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Fue consensuado en simultáneo al sistema de créditos, pero aún no se publicó la resolución. A su vez, algunas carreras como medicina – y todas aquellas cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés publico, según el artículo 43 de la Ley de Educación Superior– consideradas profesiones reguladas, deberán cumplir también con sus propios estándares y las definiciones legales que regulan cada actividad. Marcelo Rabossi, doctor en Educación y profesor del área de educación de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella consideró que “podría ser un cambio interesante y en la dirección correcta”. “La posibilidad de hacer carreras más cortas, más libres, con mayor cantidad de optativas con un enfoque interdisciplinario me parece un paso en el sentido correcto”, opinó en diálogo con este medio y elogió todas las medidas que avancen hacia un sistema más flexible. Marcó a su vez que esta reforma podría mitigar ciertas carencias con las que hoy llegan los alumnos que egresan del secundario. “El sistema que tiene hoy la Argentina es el napoleónico profesionalista, con una secundaria muy sólida como la francesa y después es la universidad la que nutre al alumno de los conocimientos específicos de la disciplina. Al degradarse la educación secundaria, los conocimientos con los que salen los alumnos son muy limitados, se salta a la universidad sin esos conocimientos e ingresan a un mundo que termina siendo agresivo y no lo forma en esas competencias necesarias para poder adaptarse a un mundo cambiante. Con esta reforma de créditos de referencia me parece que al flexibilizar la carrera estaríamos adoptando el modelo anglosajón, en el cual ya no estás volcándole todas esas demandas de conocimiento al secundario, sino que ingresan en una universidad donde el alumno se forma con materias específicas de su disciplina, pero también abarcando otras áreas del conocimiento”, explicó. Y aventuró que en el largo plazo podría llevar a un aumento en la demanda de posgrado. “El pasaje en la Argentina de alumnos de carreras de grado al posgrado es muy bajo porque la carrera de grado siempre se la piensa como terminal. Tenemos 2 millones y medio aproximadamente de alumnos de grado y 180.000 alumnos de posgrado. Es muy poquita la relación cuando comparás con los modelos más flexibles de carreras de grado como Estados Unidos. Ahí, el pasaje es muy grande porque con la carrera de grado todavía no se incorporan las competencias finales de la disciplina. Y lo interesante es que en el posgrado cada alumno va eligiendo qué competencias profesionales adquirir. Con este cambio las universidades estarían incorporando o le permitirían al alumno elegir algunas materias en las cuales aprendan conceptos más blandos (capacidad para liderar, manejo del tiempo, comunicarse, ser creativos, liderar, trabajar en equipo o en grupo) a favor de la capacidad para adaptarse a los cambios tecnológicos o a las nuevas formas de trabajo. Sobre todo en las carreras más profesionales debería tener un correlato con un aumento en la demanda de las carreras de posgrado como el modelo anglosajón. Creo que podría llevar a una revolución bastante grande, hay que ver cómo se implementa”, consideró. Por último, consideró que el nuevo sistema debería extenderse al sector terciario no universitario, donde se forman los docentes y gran parte de la mano de obra técnica: “Tenemos dos millones y medio de alumnos de grado, pero hay un millón de alumnos en el sector terciario no universitario. Y debería estar la posibilidad para el pasaje de estudiantes de ese nivel terciario no universitario al universitario. Me parece que hay que pensar el sistema como un todo y no como unidades estancas, universidades por un lado e institutos no universitarios, esa es una mirada un poco antigua y muy rígida”. Ante las múltiples consultas voy explicar brevemente como es el Sistema de Créditos Universitarios que vamos a implementar en Argentina: Qué es un crédito Un Crédito de Referencia del Estudiante (CRE) mide el tiempo total que un estudiante dedica a una asignatura, incluyendo: Según coincidieron fuentes universitarias, el gobierno anterior ya había intentado impulsar este cambio. Se trata, a su vez, de uno de los objetivos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que integran todos los rectores de las casas de altos estudios nacionales. Tuvo un antecedente en octubre de 2023, cuando el ministro de Educación era Jaime Perczyk y aprobaron una resolución para implementar este sistema, pero hubo algunas disidencias para aplicarlo. Tras haber hecho esos ajustes, este sistema se aprobó de manera unánime, por el Consejo de Universidades –integrado por todas las instituciones académicas tanto públicas como privadas– en diciembre pasado. Según contestó Álvarez decidieron informarlo ahora por cuestiones de agenda en las comunicaciones del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello. “Una nueva forma de medir la dedicación de los estudiantes y diseñar planes de estudio más libres, abiertos, interdisciplinarios y flexibles”, tuiteó hoy la ministra. “Creo que es positivo que las universidades puedan moldear sus ofertas y que las carreras puedan ir mutando más a la demanda de los chicos que a las ofertas duras y no flexibles. Los mismo chicos van a poder ir moldeando sus carreras y también va a permitir que las equivalencias entre universidades de la Argentina y del mundo sean más automáticas al estar en la misma unidad de medida”, apuntó a este medio Victor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.
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