30/04/2025 16:48
30/04/2025 16:48
30/04/2025 16:47
30/04/2025 16:47
30/04/2025 16:46
30/04/2025 16:45
30/04/2025 16:45
30/04/2025 16:44
30/04/2025 16:44
30/04/2025 16:44
» Elterritorio
Fecha: 30/04/2025 11:33
Advirtiendo el ambiente propicio para el proselitismo, los nazis comenzaron a organizar reuniones en 1933 en Alba Posse. Los puntos fuertes se multiplicaron rápidamente en las ciudades y colonias con población germana, como Leandro N. Alem, Oberá, Colonia Liebig, Bonpland, Cerro Azul, Cerro Corá y Montecarlo. En el Alto Paraná, las colonias de Eldorado Puerto Rico y Montecarlo tenían un fuerte carácter nazi, proliferando carteles y símbolos alusivos al mismo, según los registros de la historia general difundidas por Relaciones Exteriores de Argentina. Escritos de aquella época señalan que en una ocasión la Führerin (la Führer femenina) condujo a 22 estudiantes de una escuela privada a la isla de Caraguatay (en Montecarlo). Después de dibujar una cruz esvástica en la arena, hizo que las jóvenes juraran fidelidad al nazismo. Desde fines de abril y principios de mayo de 1938 (un año después del inicio de la guerra entre Japón y China en el teatro de operaciones oriental, y un año antes de la invasión alemana a Polonia, en el occidental) El Territorio denunció desde los titulares de sus tapas el flagelo de la penetración de la propaganda nazi en esta provincia. No puede atribuirse vinculación nazi a muchos pobladores germano-brasileños, aunque eran fácil campo de acción de ésta: se había verificado la existencia de una organización nazi en aquellas colonias que tenía a sus cabecillas jefes de partido, de frentes de trabaja y de la juventud hitleriana. Realizaba sus reuniones, contaba con medios propios para distribuir su propaganda impresa, llevaba un registro completo de la colectividad y procuraba posicionarse en las instituciones. Sólo a fin de contextualizar, ya que este repaso apunta a echar un poco más de luz sobre los jerarcas criminales nazis, es oportuno determinar que Misiones a comienzos de la década de 1940 tenía una población de 190.000 habitantes, de los cuales 80.000 eran extranjeros. Entre éstos había unos 14.000 alemanes, pero el número de germanohablantes era mayor. Del otro lado de la poco custodiada frontera, en los países vecinos (Paraguay y Brasil también albergaron criminales nazis), eran también numerosos los asentamientos de alemanes y sus descendientes.
Ver noticia original