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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/04/2025 03:12
Adolf Eichmann en el juicio que finalmente lo llevó a la horca. Vivió en Argentina durante 10 años como Ricardo Klement La posibilidad de consultar vía Web los archivos sobre la vida de los nazis en Argentina, que fueran desclasificados en 1992 por orden del gobierno de Carlos Menem, añade una capa más de accesibilidad a los casi 2.000 documentos que hasta ahora se encontraban a resguardo del Archivo General de la Nación. Se trata de una compilación de 7 carpetas bibliográficas, conteniendo informes, memorandos, expedientes, correspondencia, recortes periodísticos, fotos, impresiones de huellas digitales, pedidos de captura, solicitudes de extradiciones, antecedentes y prontuarios de diversos jerarcas nazis que pasaron o se establecieron en el país, entre ellos, Adolf Eichmann, uno de los responsables de la “solución final” en la Alemania nazi Infobae alojó estos documentos en la plataforma de análisis Pinpoint de Google, que permite la búsqueda interna, lo cual hace posible identificar los puntos más destacados del voluminoso material. Acaso el hecho más conocido sobre Eichmann fue lo que sucedió cuando lo secuestraron en Argentina. La calle Garibaldi, en Bancalari, provincia de Buenos Aires, se convirtió en escenario de una de las operaciones de captura más comentadas del siglo XX. Allí, el 11 de mayo de 1960 a las 21 horas, Eichmann fue capturado mientras descendía de un autobús de la línea 203. El operativo, llevado a cabo por el Mossad, se bautizó como “Garibaldi” en honor a la ubicación del prófugo. Años antes, Eichmann había ingresado a Argentina en 1950 con un pasaporte proporcionado por la Cruz Roja y bajo el nombre falso de Ricardo Klement. Durante su estancia aquí, recaló primero en Tucumán y luego vivió en distintas localidades del Gran Buenos Aires trabajando como mecánico en diversas fábricas. Antes de su captura, había logrado pasar desapercibido. El traslado de Eichmann a Israel, realizado sin la autorización del gobierno argentino, generó tensiones diplomáticas entre ambos países, tal como lo revelan decenas de recortes periodísticos de la época y documentados en los archivos desclasificados. Documento titulado "Los argentinos facilitaron el secuestro de Eichmann" Argentina denunció la maniobra como un secuestro ilegal, avivando un debate internacional sobre los límites éticos y legales de este tipo de acciones. No obstante, el detenido fue llevado hasta Israel, donde enfrentó un juicio que sentaría precedente en la historia por los crímenes de genocidio cometidos durante el régimen nazi. En uno de los documentos desclasificados se lee que el ex perito de los servicios de espionaje de los EE.UU. Ladislao Farago afirmó en un artículo en el “Daily Express” que la detención de Eichmann dejó aparentemente furioso al Presidente Arturo Frondizi. El entonces mandatario argentino, llegó a exigir una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para discutir lo que consideró una violación de los derechos soberanos de su país. En verdad, afirma la fuente, “Frondizi tenía un pacto secreto con el entonces “premier” israelita David Ben Gurion, en el cual se preveía el secuestro del criminal nazi para Israel” Adolf Eichmann, elemento vital de la "solución final de la cuestión judía" Tras ser declarado culpable, Eichmann fue condenado a muerte y ejecutado en la horca el 31 de mayo de 1962 en la prisión de Ramla, Israel. Su captura y el posterior proceso judicial no solo marcaron un punto crucial en la persecución de criminales de guerra nazis, sino también en la consolidación de la memoria histórica sobre el Holocausto. Pero poco de la vida de Eichamnn durante la década que vivió en el país se encuentra documentado en el material desclasificado por el gobierno de Menem y que hoy se puede leer vía Web. La mayor parte de las fojas de cada carpeta, se refieren a sucesos ocurridos después de su detención, como el impacto que tuvo su secuestro, el cual se consideró una violación a nuestra soberanía. Apenas unos detalles de su personalidad, conocidos después de su muerte. Según se lee en la transcripción de un documento del inglés titulado “Retrato de un asesino de masas”, el comandante del campo de Auschwitz, Rudolf Höss, de las SS, informó: “Ni bien llegaron los primeros trenes cargados de judíos, Eichmann impartió la orden del supremo comandante de las SS de que a los cadáveres deberían extraérseles los dientes de oro y a las mujeres cortárseles el cabello.” Del documento en inglés, traducción de "Retrato de un asesino de masas" Con detalles espeluznantes, describe que Eichmann instruía a los niños judíos a que lo llamaran tío. Palmeaba y acariciaba las cabezas de esos pequeños, los mismos que al otro día enviaba a sangre fría, junto con sus madres, a las cámaras de gas de Auschwitz. Un documento en la basura de Estocolmo Sin embargo, uno de los documentos más importantes, según un rastreo documental realizado por Infobae, no surge de la desclasificación que nos ocupa. Durante la década del 90 indagar en el pasado a través de documentos diplomáticos fue una tarea que la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA) le encomendó a la investigadora Beatriz Gurevich. La académica asumió la misión de visitar diversas representaciones argentinas en Europa con el objetivo de recopilar datos relacionados con los mecanismos que habrían permitido el ingreso de criminales vinculados a la Segunda Guerra Mundial al territorio argentino. En el marco de esas averiguaciones, encontró la “Circular 11”, descubierta por ella misma en 1998, hecha un bollo, en una caja con destino a la basura, dentro de la embajada argentina en Estocolmo. Bajo estrictas directrices, el documento debía desaparecer por completo: destrucción inmediata, indicaba su marca oficial. Clasificado como confidencial, ese sello no solo protegía su contenido, sino que también dictaba su destino final. “Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de los viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación – aún a titulo de turista o pasajero en tránsito – a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión”, reza el textual de la circular en uno de sus párrafos. La letra del documento lo dejaba claro: en julio de 1938, la circular firmada por el Canciller José María Cantilo, (ministro de Relaciones Exteriores de Roberto Marcelino Ortiz), cerraba silenciosamente las puertas del país a los judíos que escapaban de Alemania y Austria. Esto ocurrió casi un año y medio antes de que se desatara la Segunda Guerra Mundial y la existencia de este documento se mantuvo en secreto durante más de seis décadas. Eichmann, encontrado casi por casualidad Lothar Hermann, junto a su esposa, y en el medio su hija Sylvia La historia de cómo el Mossad da con Eichmann en Argentina tampoco está lo suficientemente detallada en los documentos desclasificados que hoy se pueden consultar en línea. Todo comenzó en nuestro país cuando la hija de un sobreviviente del campo de concentración de Dachau, conoció a un joven con quien compartió una salida al cine. Lothar Hermann, su padre, fue un sobreviviente del campo de concentración de Dachau que había llegado al país junto a dos de sus hermanos en 1938, antes de que se pusiera en marcha la Circular 11. Vivía tranquilamente con su familia en la zona norte de Buenos Aires, cuando un día tomó conocimiento que su hija Sylvia, por entonces de 15 años, había conocido a un joven llamado Klaus Eichmann, quien resultó hijo de Adolf Eichmann. Al tomar conocimiento de su hallazgo, le escribió al fiscal general de Frankfurt, Fritz Bauer, que un tiempo antes había dictado una orden de captura internacional. Pero no todo fue tan sencillo. Al principio nadie atendía sus advertencias. Mandó 26 cartas a Alemania e Israel para pedir la detención pero nadie le respondió, antes de que finalmente el Mossad diera con él. Una de las cartas que Lothar Hermann envió a Israel desde Coronel Suarez Y no… Eichmann no era un experto en esconderse. De hecho, se sabe que sus hijos concurrían a un Colegio Alemán con su apellido verdadero y lo usaban en público sin inconvenientes. El hombre que hizo posible la detención de Adolf Eichmann En sus últimos años de vida, Hermann vivió en Coronel Suárez, donde se colocó una placa en la que reza: “Este lugar fue testigo de un acto de valentía en nombre de millones de personas que fueron víctimas del criminal de guerra Adolf Eichmann, uno de los máximos responsables del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí se redactaron las cartas de Lothar Hermann que marcarían el destino del jerarca nazi ante la justicia”. En memoria de Lothar Hermann Un documento desclasificado y que fue extraído de los archivos secretos de los Servicios de Espionaje Argentino, revela el rol que se atribuyeron las autoridades de la Argentina, en el secuestro de Eichmann. Según se lee, los hombres que participaron de la Operación Intercambio para lograr la detención fueron el Comandante Jorge Alberto Messina, Director General del Servicio Secreto Argentino entre 1959 a 1960; el Comisario Luis Héctor Herrera, de la Policía Provincia de Vera, en la provincia de Santa Fe; los inspectores Héctor Rodriguez y Osvaldo Randuni; y los agentes especiales Raberi y Machado. Al parecer, Eichmann había llegado a la Argentina en el vapor “Giovanni C”, protegido presuntamente por otros nazis y por el ex Presidente Juan Domingo Perón, iniciando una nueva vida con el nombre de Ricardo Klement. Recibió de la Policía Argentina una cédula de identidad y su último empleo, había sido en la fábrica Mercedes Benz. Carnet de empleado de Adolf Eichmann, bajo el falso nombre de Ricardo Klement como empleado de Mercedez Benz
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