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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/04/2025 10:49
Investigadores exploran el uso de purines lecheros como fertilizantes naturales. Los primeros resultados revelan beneficios productivos y ambientales (inta) ¿Es posible transformar un residuo en una solución agrícola sostenible? En el corazón de la Cuenca Lechera Sur de La Pampa, donde se concentran el 67 % de los tambos provinciales y una producción anual de 114 millones de litros de leche, un equipo del INTA Guatraché trabaja en cambiar la percepción sobre los purines. Esta mezcla de excretas animales, restos de alimentos y agua, considerada un problema ambiental por muchos productores, podría ser la clave para triplicar la producción de forraje y mejorar la salud del suelo. La investigación, liderada por especialistas de este instituto, demuestra que los purines contienen una alta concentración de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio. Esta mezcla de excretas animales, restos de alimentos y agua, considerada un problema ambiental por muchos productores, podría ser la clave para triplicar la producción de forraje y mejorar la salud del suelo (inta) Estos elementos no solo fomentan el crecimiento vegetal, sino que también proponen una alternativa económica y sustentable frente a los fertilizantes químicos tradicionales, como la urea. “El potencial de los purines es enorme, tanto en términos de productividad como de impacto ambiental”, afirmó Laura Rodríguez, investigadora del INTA. ¿Qué otros beneficios podrían surgir de aprovechar un residuo que, hasta ahora, se veía como un desecho sin utilidad? Más que fertilización: salud y equilibrio para el suelo Los resultados del estudio van más allá del aumento en la producción de forraje. Los suelos tratados con purines mostraron mejoras significativas en su contenido de materia orgánica y fósforo disponible, dos indicadores fundamentales para su calidad a largo plazo. Este tipo de prácticas, según los especialistas, fomenta una estructura más estable en los suelos, aumentando su capacidad para retener agua y nutrientes. “La liberación gradual de nitrógeno presente en los purines representa una ventaja clave”, destacó Cintia Schenkel, integrante del equipo de trabajo. Este proceso reduce la concentración de nitratos en el suelo, lo que a su vez disminuye el riesgo de contaminación de aguas subterráneas, un problema recurrente en zonas agrícolas. La liberación lenta también asegura una fertilización más constante, favoreciendo el desarrollo de los cultivos a lo largo del tiempo. ¿Un modelo replicable? El impacto positivo de este estudio podría extenderse más allá de La Pampa. ¿Podría esta práctica ser aplicada en otras regiones lecheras del país? Según las investigadoras, los purines ofrecen una solución para varios de los desafíos asociados con la gestión de residuos en tambos. “Es una herramienta que no solo beneficia a la producción agrícola, sino que también contribuye a prácticas más responsables con el ambiente”, comentó Rodríguez. Sin embargo, el camino hacia una implementación más amplia no está exento de desafíos. Las especialistas subrayan la importancia de continuar con estudios a largo plazo para evaluar posibles impactos negativos, como la acumulación de metales pesados o la presencia de patógenos. Además, el monitoreo del efecto de los purines en las aguas freáticas será esencial para garantizar la sostenibilidad del modelo. Repensar los residuos “Los purines no son un residuo, son un recurso clave para una agricultura más equilibrada y sostenible”, afirmó Schenkel. Esta perspectiva no solo invita a los productores a repensar la gestión de sus tambos, sino que también propone un cambio de paradigma en el manejo de los recursos en el agro. ¿Qué otros usos podrían explorarse para los residuos orgánicos? ¿Qué pasaría si cada región adaptara estas prácticas a sus propias necesidades? Esta experiencia abre un camino prometedor para una agricultura más eficiente y respetuosa con el ambiente. Fuente: Inta
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