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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/04/2025 06:46
La Capilla Sixtina, cerrada al público, será el escenario de las votaciones papales (AP Foto/Gregorio Borgia, Archivo) El cónclave para designar al sucesor del papa Francisco comenzará el 7 de mayo, según anunciaron los cardenales de la Iglesia Católica, en medio de la expectativa por la elección del nuevo líder espiritual de 1.300 millones de fieles en todo el mundo. La fecha fue confirmada por el portavoz del Vaticano, mientras que el Museo Vaticano comunicó el cierre de la Capilla Sixtina, el recinto decorado con los frescos de Miguel Ángel donde se desarrollarán las votaciones. La ceremonia tendrá lugar en el Palacio Apostólico. Antes del inicio del cónclave, los cardenales participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro. Luego, aquellos menores de 80 años, que tienen derecho a voto, se encerrarán en la Capilla Sixtina para iniciar un proceso de votación secreto que podría prolongarse durante varios días. Solo cardenales menores de 80 años participarán en el proceso de votación secreta (REUTERS/Yara Nardi) El colegio electoral está compuesto por 135 cardenales, de los cuales el 80% fueron nombrados por Bergoglio. Los electores provienen de distintas regiones del mundo y, en muchos casos, no se conocen entre sí, lo que añade incertidumbre al desarrollo del cónclave. Qué diferencia hay entre fumata blanca y fumata negra En el Vaticano, la elección de un nuevo papa se anuncia al mundo mediante la tradicional fumata blanca. El humo blanco se produce al quemar las papeletas de votación combinadas con sustancias químicas especiales en una estufa instalada dentro de la Capilla Sixtina. Este ritual marca el consenso alcanzado entre los cardenales electores. Por el contrario, cuando no se logra un acuerdo, se genera humo negro al quemar los votos, lo que indica que el proceso de votación continúa. Cómo se genera el humo y qué compuestos se utilizan Para asegurarse de que las decisiones se informen de forma clara, los colores del humo tienen que ser bien notorios. Es por eso que, al quemar las papeletas, en la estufa se agregan químicos que dan el color blanco o negro, dependiendo la ocasión. Para anunciar la elección del nuevo pontífice, se utilizan perclorato de potasio, lactosa y colofonia para que el humo sea blanco. Cuando la elección debe continuar y el humo debe ser negro, se usan perclorato de potasio, antraceno y azufre. Qué momento exacto marca la elección del nuevo pontífice El momento exacto en el que se comunica y queda definida la elección del nuevo papa es cuando se ve la fumata blanca de la Capilla Sixtina, mientras que al mismo tiempo suenan las campanas de San Pedro. La fumata blanca anuncia al mundo la elección de un nuevo papa en el Vaticano (AFP) Tras la elección de un nuevo papa, el anuncio oficial se realiza desde la logia central de la basílica de San Pedro. El encargado de comunicarlo es el protodiácono del Colegio de Cardenales, actualmente el cardenal Dominique Mamberti. Desde el balcón, pronuncia la fórmula tradicional “Habemus papam”, que en latín significa “tenemos papa”. Luego de la conocida frase, se informa al público sobre el nombre de nacimiento del nuevo pontífice y el nombre que escogió para su pontificado. Por qué se cambia el nombre el religioso elegido Una vez concluido el cónclave y tras todas las votaciones necesarias, el cardenal decano consulta al candidato elegido si acepta asumir el cargo de Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y bajo qué nombre desea ser conocido. Esta práctica se remonta al siglo VI, cuando el papa Juan II decidió adoptar un nuevo nombre para evitar ser confundido con su predecesor, también llamado Juan. El cambio de nombre tiene raíces simbólicas en los evangelios, donde se relata cómo Dios otorga nuevos nombres a sus elegidos, como cuando Jesús renombró a Simón como Pedro, el primer líder de la Iglesia cristiana. Para el nuevo papa, la adopción de un nombre distinto representa el abandono de su vida anterior y el inicio de una nueva etapa como máxima autoridad del catolicismo. Aunque esta costumbre no fue uniforme en sus orígenes, comenzó a consolidarse a partir del siglo XI. Desde entonces, solo dos pontífices mantuvieron su nombre de nacimiento: Adriano VI y Marcelo II. Entre los nombres más elegidos se destaca Juan, utilizado en 23 ocasiones. Luego le siguen Gregorio y Benedicto, ambos en 16; Clemente en 14 e Inocencio y León en 13. Pío fue elegido 12 veces. Hasta la actualidad, ningún pontífice optó por llamarse Pedro, en respeto al primer papa de la historia cristiana.
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