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  • Aúnan esfuerzos para proteger los ecosistemas cordobeses

    Parana » Valor Local

    Fecha: 28/04/2025 11:12

    Vecinos y especialistas del INTA se unieron para proteger las Sierras Chicas, reducir el riesgo de fuego y conservar un ecosistema clave para el abastecimiento hídrico. Publicidad En las laderas y pastizales altos del norte de Córdoba, donde el riesgo de incendios crece cada temporada seca, el trabajo conjunto entre el INTA y la Asociación Rural Sierras Chicas (ARSCH) viene tomando fuerza. Esta alianza, que surgió ante la emergencia ambiental de 2020, se consolida con nuevas iniciativas enfocadas en la prevención, el manejo del fuego y la conservación de los recursos naturales. La región abarca cerca de 50.000 hectáreas en los departamentos de Punilla, Colón y Totoral. Allí, entre los 900 y 2000 metros de altitud, conviven pastizales de altura, bosques serranos y comunidades rurales cada vez más expuestas a los efectos del fuego. La acumulación de material combustible, sumada al clima extremo y al crecimiento urbano en zonas de interfase, hace que la prevención sea una prioridad urgente. En 2020, luego de una temporada crítica de incendios que afectó a más de 300.000 hectáreas, un grupo de productores de la zona decidió organizarse. Así nació la ARSCH, que al poco tiempo estableció un vínculo con el INTA a través de su Agencia de Extensión Rural de Cruz del Eje. A partir de ese encuentro, se delinearon estrategias para enfrentar el riesgo de manera planificada y sostenida. Desde entonces, profesionales de distintas unidades del INTA —como Dean Funes, Jesús María, Villa Dolores y la Estación Experimental de Manfredi— se sumaron al trabajo territorial. También se integraron instituciones clave como Defensa Civil, bomberos voluntarios y la Secretaría de Ambiente de Córdoba. “Nos pusimos al hombro un modelo colaborativo para pensar el territorio en términos sistémicos”, señalaron desde la dirección regional del INTA, destacando que el fuego impacta tanto en los sistemas productivos como en los ecosistemas naturales. “No se trata sólo de apagar incendios: es anticiparse, gestionar, conservar”. En la actualidad, se avanza en un manual técnico que servirá como guía estandarizada para la toma de decisiones ante distintos tipos de incendios. La propuesta incluye también microplanes de gestión local, nodos de coordinación comunitaria y herramientas digitales que integren información climática y cartográfica para una mejor planificación. Otro eje de trabajo es el manejo de especies exóticas que favorecen la propagación del fuego. Además, se proyectan obras para mejorar la accesibilidad de caminos y asegurar la disponibilidad de agua en zonas altas. La prevención, coincidieron los equipos, es siempre más eficaz y menos costosa que la restauración posterior. La ARSCH está compuesta por 35 miembros activos, productores que apuestan a conservar el entorno del que dependen sus actividades. Para su presidente, Carlos Cárcano, la alianza con el INTA resultó fundamental. “Sus capacidades técnicas y vínculos institucionales potencian nuestros proyectos. Esta es una relación virtuosa, de crecimiento mutuo”, aseguró. Desde el INTA, su director regional Juan Cruz Molina valoró la experiencia como un ejemplo de articulación positiva. “Fue el sector privado el que se acercó con una demanda concreta y desde el Estado, a través de la ciencia y la tecnología, dimos respuesta. Esto generó productos, procesos y bienes públicos que benefician más allá de esta asociación”. En términos de gestión, Molina explicó que el modelo de trabajo en red permite fortalecer la confianza y acelerar el acceso a conocimientos. “El INTA no tiene autoridad de aplicación, pero cumple un rol clave como brazo tecnológico. Nuestra función es conectar, colaborar y ofrecer soluciones desde lo técnico”, remarcó. PREVENCIÓN Uno de los temas que guían el trabajo conjunto para 2025 es la elaboración de un manual de prevención y la capacitación comunitaria. La conciencia sobre el riesgo y la formación técnica se consideran herramientas fundamentales. En esa línea, se destacó la reciente promulgación de la Ley 10.958, que refuerza el enfoque preventivo a nivel provincial. “Actuar antes del incendio es lo que realmente marca la diferencia”, concluyó Molina. Las lecciones aprendidas en Sierras Chicas ya se proyectan como modelo para otras regiones del país afectadas por el fuego. La experiencia demuestra que la combinación de conocimientos, recursos locales y compromiso institucional puede transformar la manera en que se gestiona el territorio. (Fuente: INTA)

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