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» Data Chaco
Fecha: 27/04/2025 16:28
Con la reciente muerte del papa Francisco, el Vaticano se prepara para iniciar el cónclave que elegirá a su sucesor. A partir del 5 de mayo, los cardenales comenzarán el proceso para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica, y uno de los momentos más simbólicos será la elección de su nuevo nombre. Esta tradición, que data del siglo VI, comenzó cuando el papa Juan II decidió dejar atrás su nombre de nacimiento, Mercurio, al considerar que no era adecuado para representar a la máxima autoridad eclesiástica. Desde entonces, cambiar de nombre al asumir el pontificado se convirtió en una costumbre cargada de significado espiritual. La práctica está inspirada en relatos bíblicos, donde Dios cambia el nombre de algunas personas para señalar un nuevo propósito en sus vidas. Así, al ser electo, el nuevo pontífice es consultado con la frase en latín "¿Quomodo vis vocari?", que en español significa: "¿Cómo quieres ser llamado?". La elección puede responder a distintos motivos, como homenajear a santos venerados o recordar a papas anteriores . En toda la historia de la Iglesia, solo dos sumos pontífices —Adriano VI y Marcelo II— decidieron mantener su nombre original. Entre los nombres más populares elegidos para los pontificados a lo largo de los siglos se encuentran Gregorio y Benedicto (utilizados 16 veces), Clemente (14 veces), Inocencio y León (13 veces cada uno) y Pío (12 veces). Mientras la Iglesia se prepara para una nueva etapa, el nombre que elija el próximo papa también marcará el tono y la impronta de su pontificado. Notas Relacionadas
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