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Federal » El Federaense
Fecha: 27/04/2025 15:30
Jude Bellingham se convirtió en el centro de atención durante la reciente final de la Copa del Rey, un partido donde el Real Madrid sufrió una dolorosa derrota por 3-2. Sin embargo, lo que realmente marcó su participación fue su evidente enojo hacia el árbitro, De Burgos Bengoechea. Las cámaras de Movistar registraron un momento particularmente tenso al finalizar la primera mitad. Mientras los jugadores se dirigían al vestuario, Bellingham no pudo contener su frustración. El joven británico se quejaba vehementemente en inglés: “Todo va para ellos. Todo lo que es 50/50 va para ellos. Todo, todo…”, repetía mientras caminaba, visiblemente molesto. Intercambio entre el árbitro y el cuerpo técnico El árbitro, quien se encontraba unos pasos detrás, conversaba en ese instante con Francesco Mauri, uno de los asistentes del técnico Ancelotti. De Burgos, curioso por la situación, preguntó: “¿Ha pasado algo para que ocurra esto?”. Mauri intentó explicarle las protestas de los jugadores del Real Madrid, mientras De Burgos insistía en que siempre trataba de hablar con respeto. El asistente, apreciando la actitud del árbitro, le respondió: “Genial, perfecto, te lo agradezco”. Así finalizó esta breve conversación antes de que ambos regresaran a los vestuarios. Protestas constantes y consecuencias Pero la frustración de Bellingham no se limitó a los fallos arbitrales. También cuestionó el estado del césped, protestando: “¿Por qué? ¿Por qué? ¡Es una locura, joder!”, dirigiéndose al cuarto árbitro. A pesar de que no se especificó el incidente que motivó su reacción, su enfado era evidente. Tras el silbato final, el centrocampista inglés pareció perder el control. Según el informe arbitral, se aproximó a la zona donde se encontraban los árbitros de manera “agresiva” y requirió que sus compañeros lo sujetaran para prevenir un incidente mayor. Esta actitud le costó una tarjeta roja directa. El futuro incierto de Bellingham Fruto de su comportamiento, Bellingham podría enfrentar una sanción que oscila entre dos y tres encuentros. Si se le castiga con solo dos partidos, se perdería la oportunidad de disputar la próxima edición de la Copa del Rey. La actuación de De Burgos Bengoechea dejó un importante malestar en el seno del Real Madrid, y Bellingham, reconocido por su fuerte temperamento en el campo, se convirtió en la voz de la frustración del equipo. Esta final no solo trajo un resultado adverso, sino que también plantea un potencial desafío disciplinario que podría afectar el futuro del joven talentos.
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