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» Facundoquirogafm
Fecha: 27/04/2025 12:07
La muerte del Papa Francisco marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia, que entra en un periodo de Sede Vacante. Este proceso, precedido por un funeral multitudinario, da paso a los Novendiales, los días de luto tradicionales tras el fallecimiento del pontífice. A medida que se lleva a cabo este rito, los cardenales comienzan a reunirse en las congregaciones precónclave para discutir sobre el futuro de la Iglesia. Estas reuniones se intensificarán desde el lunes, hasta que finalmente se convoque el cónclave para elegir al sucesor de Francisco. El pontificado de Francisco dejó una huella profunda en la Iglesia, destacándose por su apertura hacia los marginados y su enfoque en la misericordia y el diálogo. Sin embargo, su tiempo en el Vaticano también estuvo marcado por la resistencia dentro de la curia a sus intentos de reforma, como la inclusión del sacerdocio femenino y la bendición de parejas homosexuales. Muchos de sus seguidores ahora esperan que su sucesor continúe este camino, aunque otros dentro de la Iglesia tienen dudas sobre la dirección que debe tomar la institución. El cardenal Reinhard Marx expresó que, tras la muerte de Francisco, no hay signos claros de un cisma inminente. Según él, la mayoría de los católicos sienten una Iglesia unida, sin divisiones, y los cardenales no pueden ignorar ese sentimiento popular. Sin embargo, la elección del próximo papa no será sencilla. Aunque hay nombres como Luis Antonio Tagle y Gherard Ludwig Müller en las quinielas, el cónclave está destinado a ser una lucha de intereses dentro de la Iglesia. Durante su papado, Francisco fue visto como un “gran vendaval innovador”, buscando globalizar la Iglesia y acercarla a los más excluidos. Pese a los avances, como la inclusión de homosexuales y divorciados, muchos creen que la tarea está incompleta. El historiador Adriano Prosperi y el profesor Piero Schiavazzi coinciden en que Francisco transformó la Iglesia, pero aún queda por resolver si esa transformación ha sido suficientemente profunda como para cambiar la estructura de la institución a largo plazo. A partir del 5-6 de mayo, los cardenales comenzarán el proceso formal del cónclave, un protocolo definido por la Constitución apostólica Universi Dominici Gregis. Aunque los cardenales votarán varias veces al día, el proceso de elección será largo y riguroso, con la famosa fumata blanca que anunciará al nuevo Papa. Mientras tanto, el mundo observa con atención el futuro incierto de la Iglesia Católica, marcada por la necesidad de adaptarse a un mundo globalizado y, al mismo tiempo, preservar sus tradiciones milenarias.
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