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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/04/2025 04:35
Luis Caputo y Kristalina Georgieva durante su última reunión en el FMI, (Washington, Estados Unidos) (Desde Washington, Estados Unidos) En un escenario global afectado por los aranceles recíprocos impuestos por Donald Trump, Luis Caputo sumó apoyos de dos jugadores geopolíticos que se rozaron con sutileza durante toda la sesión de primavera del FMI: Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo multilateral de crédito y Scott Bessent, secretario del Tesoro. Bessent cuestionó la hoja de ruta del Fondo Monetario Internacional vinculada al apoyo de países que no hacen su propio ajuste económico, mientras que Georgieva aprovechó sus espacios mediáticos para refutar las críticas del secretario del Tesoro. En medio de este antagonismo dialéctico acerca del futuro del FMI, que Bessent y Georgieva protagonizaron a la distancia, Caputo fue respaldo por ambos sin matices diplomáticos. “Argentina es un buen ejemplo. Estuve en Argentina a principios de este mes para demostrar el apoyo de Estados Unidos a los esfuerzos del FMI para ayudar al país a reestructurarse financieramente. Argentina merece el apoyo del FMI porque está logrando avances reales en el cumplimiento de los parámetros financieros”, dijo el secretario de Estado en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) de Washington Scott Bessent apoyó el plan económico argentino, durante un discurso que pronunció en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) de Washington “La Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, afirmó Georgieva en la conferencia de prensa que ofreció a todos los periodistas del mundo que cubrían las sesiones de primavera del Fondo. Y remató: “Esta vez hay determinación para encaminar la economía de manera sólida. Se pasó de un alto déficit a un superávit, de una inflación de dos dígitos a cifra que en febrero bajó de 3%; de una pobreza superior al 50% a una actual de alrededor del 37%. Sigue siendo muy alta, pero está descendiendo. El Estado se está retirando de donde no debe estar, para permitir mayor dinamismo del sector privado”. Kristalina Georgieva durante la conferencia de prensa que ofreció durante las sesiones de primavera del FMI, (Washington, Estados Unidos) El blindaje geopolítico que tiene Caputo -a partir de la cercanía personal e ideológica de Javier Milei con Trump-, colocó en un segundo plano la obligación de cumplir con la meta de reservas del Banco Central que exige -para junio- el actual programa de Facilidades Extendidas. Metas En la delegación oficial aseguraron a Infobae que la meta de reservas de 4.000 millones de dólares se cumplirá durante 2025, mientras que en un director del board del FMI sostuvo que “todo fluirá sin inconvenientes”. El programa establece que habrá una revisión en junio, pero hasta el sábado a la tarde, el FMI todavía no había confirmado los plazos y su metodología. Santiago Bausili, presidente del Banco Central, y Rodrigo Valdes, director del Hemisferio Occidental del FMI, durante las sesiones de primavera en Washington, (Estados Unidos) Durante esta semana en DC, Caputo y el equipo económico también fueron protagonistas de dos paradojas políticas, que se explican por los resultados actuales del plan de ajuste. Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental del FMI, fue crítico del programa que había presentado Argentina para negociar un nuevo acuerdo con el FMI. La posición reluctante de Valdés -un economista muy prestigioso- provocó que Milei exigiera su desplazamiento en la mesa de negociaciones. Valdés conoce la Maldición del Caso Argentino, y se corrió sin mayores objeciones. Al final hubo acuerdo, por la presión en pinza de Bessent y Georgieva, y durante las sesiones de primavera se convocó un panel que lideraron Santiago Bausili -presidente del Banco Central- y el propio Valdés. Ese panel se llamó: “Charlas de Gobernadores – Argentina: Desafíos y Lecciones de la Estabilización Macroeconómica“, y Valdés se dedicó a tirar centros a la olla, mientras Bausilli sin marca cabeceaba solo frente al arquero. Luis Caputo y Gita Gopinath durante las sesiones de primavera del FMI, (Washington, Estados Unidos) La segunda paradoja, se dio con Gita Gopinath, vice directora gerente del organismo multilateral de crédito. Antes de asumir como ministro de Economía -ni siquiera lo había decidido-, Caputo llegó a DC junto a Milei que ya había vencido a Sergio Massa en los comicios presidenciales. Una tarde, Caputo y Nicolás Posse -ya sabía que sería jefe de Gabinete- fueron al FMI para encontrarse con Gopinath. El cónclave fue horrible. La vice directora gerente cuestionó las bases del programa, y Caputo y Posse llegaron al hotel Hay-Adams molestos por la monserga de Gopinath. Diecisiete meses más tarde, Caputo ingresó al despacho de Gopinath junto a Bausili, Pablo Quirno -secretario de Finanzas-, Jose Luis Daza -secretario de Política Económica- y Vladimir Werning. Ella no paró de sonreír y felicitar por los resultados del plan de ajuste. Javier Milei y Scott Bessent, en Casa Rosada (Buenos Aires, Argentina). Bausili tiene relación fluida con el regimen de Xi Jinping. Como presidente del Banco Central administra el swap chino, y Beijing aprovechó este nexo institucional para entender cómo funciona la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos. En este contexto, Bausili se encontró en DC con un importante miembro de la nomenclatura china que opera desde el Banco Central. El cónclave se extendió por treinta minutos. Y Bausili exprimió su capacidad diplomática para describir los vínculos entre Balcarce 50 y la Casa Blanca, a partir de las declaraciones críticas que Bessent y Mauricio Claver-Carone -enviado de Trump para América Latina- hicieron sobre el swap de China. El influyente cuadro comunista agradeció las explicaciones de Bausili, aunque en Beijing ya especulan que si el Tesoro desembolsa 5.000 millones de dólares, Milei cancelará el tramo activo del swap. Antes de regresar a Buenos Aires, Caputo pronunció un discurso frente a delegados de América Latina, Estados Unidos y Canadá, como última actividad de las sesiones de primavera del FMI. Delineó el programa de ajuste y sus próximos pasos. Lo aplaudieron.
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