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» El litoral Corrientes
Fecha: 26/04/2025 22:08
El arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Jorge García Cuerva, cerró los homenajes al papa Francisco en la Ciudad ante 300 sacerdotes, el nuncio apostólico y funcionarios de todo el país junto a más de 70 delegaciones diplomáticas. La ceremonia religiosa tuvo lugar, minutos apenas pasadas las 10, frente a las escalinatas de la Catedral de Buenos Aires, donde el papa vivió y ejerció gran parte de su actividad pastoral como sacerdote. Cientos de seguidores y fieles asistieron a la misa organizada en las afueras de la Catedral Metropolitana, que desde este viernes contó con preparativos entre vallados y operativos policiales. Con cerca de 200 invitados, entre ellos el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y la vicepresidenta Victoria Villarruel, dijo presente el jefe de gobierno porteño Jorge Macri. El papa Francisco fue despedido en la Catedral Metropolitana "Lloramos porque se murió el padre de todos, porque ya sentimos en el corazón su ausencia física, porque nos sentimos huérfanos, porque no terminamos de dimensionar su liderazgo mundial, porque ya lo extrañamos mucho", comenzó en su discurso García Cuerva. "Recordemos las palabras del Papa cuando nos decía 'al mundo de hoy le falta llorar'. Lloran los marginados, aquellos dejados de lado, los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida sin necesidades no sabemos llorar (...) por eso hoy lloramos a Francisco, con el dolor que nos une como pueblo", continuó. García Cuerva enumeró que Bergoglio a lo largo de su pontificado "desenmascaró proféticamente a varios demonios que hacen sufrir la humanidad" y comenzó por hablar de la guerra: "Francisco nos decía 'como hombre de fe, creo que la paz es el sueño de Dios para la humanidad. Sin embargo constato que lastimosamente que por culpa de la guerra ese sueño maravilloso se ha convertido en una pesadilla'" "Desde el punto económico, la guerra atrae más que la paz, favorece la ganancia de unos pocos en detrimento del bienestar de la población. El dinero gastado para la venta de armas el dinero manchado con sangre inocente. Hace falta más valor para para buscar la paz que para hacer la guerra", fueron las palabras de Francisco recordadas al respecto. El Arzobispo también habló del "demonio del desencuentro": "El Papa alertaba sobre la ebullición de formas insólitas de agresividad, insultos, maltratos, descalificaciones, latigazos verbales hasta destrozar la buena fama del otro o lo que él llamó el terrorismo de las redes". "Ante tanto demonio dando vuelta, el testimonio de Francisco fue un faro que iluminaba la oscuridad, una voz profética que resonaba ante tanto silencio cómplice", apuntó. "Nos debemos abrazos" García Cuerva recordó cuando Bergoglio comenzó como obispo en la Catedral, en 1998 y contextualizó: "Buenos Aires venía a reconciliarse con la Confederación Argentina del fraterno pacto de Unión rubricado en San José de flores en 1859". Tras esas palabras, continuó: "Hoy quisiera que volvamos allí nuestra mirada, imaginemos el abrazo que nos debemos como argentinos, el que le negamos al que piensa distinto o al que tiene otras costumbres o modo de vivir, el abrazo que no compartimos con los que sufren". Hacia el final de su discurso, el Arzobispo recordó las últimas palabras del Papa en su testamento, conocidas el lunes pasado en las que Bergoglio expresó: "Por el sufrimiento que se ha hecho presente en la última parte de mi vida me ofrecí al señor por la paz en el mundo y por la fraternidad entre los pueblos". "Como pueblo queremos darle a Francisco un gran abrazo y decirle gracias, perdón, te queremos mucho", sumó García Cuerva y enfatizó que "nos debemos muchos abrazos entre nosotros. "Por eso, hagámosle el mejor de los regalos al Papa, el padre de todos, el papa argentino y porteño, comprometiéndonos a hacer un pacto como iglesia y sociedad. Y así darnos el abrazo que necesitamos y vivir la tan anhelada fraternidad entre los argentinos, amén", finalizó. Fuente: Ámbito Financiero.
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