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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/04/2025 16:31
El Pentágono introduce la IA en sus estrategias con el proyecto Thunderforge para revolucionar la planificación militar (Imagen Ilustrativa Infobae) En las silenciosas salas de comando del Pentágono, una revolución tecnológica está transformando la manera en que Estados Unidos planifica sus operaciones militares. El proyecto Thunderforge emerge como la punta de lanza de esta transformación, integrando modelos avanzados de inteligencia artificial en el núcleo mismo de la toma de decisiones militares estadounidenses. La apuesta estratégica del Pentágono El Departamento de Defensa ha otorgado a la empresa Scale AI un contrato multimillonario para desarrollar un sistema que promete redefinir la velocidad y precisión de la planificación militar. Bajo la supervisión de la Unidad de Innovación de Defensa (DIU), Thunderforge busca cerrar lo que los estrategas militares llaman un “desajuste fundamental”: la brecha entre la velocidad requerida por la guerra moderna y la capacidad de respuesta actual de las fuerzas armadas. Silicon Valley y el aparato militar estadounidense colaboran para implementar tecnologías avanzadas en defensa (Imagen Ilustrativa Infobae) En esencia, se trata de crear una nueva generación de herramientas que permitan a los comandantes militares “operar a la velocidad de la máquina” en entornos de combate cada vez más complejos y dinámicos. El despliegue inicial se realizará en el Comando Indo-Pacífico y el Comando Europeo, dos teatros estratégicos prioritarios para Washington. Silicon Valley entra al Pentágono El proyecto materializa una convergencia histórica entre el poder innovador de Silicon Valley y las necesidades operativas del aparato militar estadounidense. Scale AI, empresa especializada en etiquetado de datos y desarrollo de modelos de IA, lidera un consorcio que incluye a gigantes como Microsoft y Anduril. Esta colaboración representa mucho más que un simple contrato gubernamental: simboliza la disolución progresiva de las barreras que tradicionalmente separaban al sector tecnológico civil del complejo militar-industrial. La DIU, creada precisamente para facilitar esta interacción, ha funcionado como puente efectivo entre estos mundos históricamente distantes. Thunderforge apunta a reducir la brecha entre la velocidad de la guerra moderna y la respuesta militar actual (Imagen Ilustrativa Infobae) Las tecnologías que transformarán el campo de batalla El arsenal tecnológico de Thunderforge incluye desarrollos de vanguardia: Modelos de Lenguaje Grandes (LLMs) capaces de procesar y sintetizar volúmenes masivos de información. Sistemas de IA Generativa que pueden crear múltiples escenarios y cursos de acción alternativos. “Agentes de IA” con capacidad para ejecutar tareas con creciente autonomía. Simulaciones y wargames impulsados por inteligencia artificial para anticipar movimientos adversarios. La ambición no es simplemente asistir a los comandantes, sino transformar fundamentalmente el proceso de planificación militar, haciéndolo exponencialmente más rápido y adaptable. La carrera armamentística silenciosa La aceleración del desarrollo de Thunderforge no ocurre en el vacío. Los medios estadounidenses contextualizan consistentemente esta iniciativa como respuesta a la creciente capacidad tecnológica de potenciales adversarios, particularmente China. Se configura así una nueva dimensión en la competencia geopolítica global: una carrera armamentística centrada no en ojivas nucleares, sino en algoritmos y capacidades computacionales. Esta dinámica competitiva ha catalizado un flujo creciente de inversión de capital de riesgo hacia empresas relacionadas con la defensa, consolidando la convergencia entre innovación comercial y aplicaciones militares. Thunderforge aparece así como emblema de una tendencia más amplia que está reconfigurando la intersección entre tecnología civil y seguridad nacional. El dilema del control humano Persisten dudas sobre el control humano en sistemas de IA diseñados para decisiones autónomas a “velocidad de máquina” (Imagen Ilustrativa Infobae) A pesar del entusiasmo oficial por las capacidades transformadoras de estos sistemas, persisten interrogantes fundamentales sobre el equilibrio entre autonomía artificial y supervisión humana. Aunque tanto la DIU como Scale AI han enfatizado que los sistemas operarán bajo control humano, queda la duda sobre cuán efectivo puede ser este control cuando el objetivo principal es precisamente operar a “velocidad de máquina”. La capacidad real del personal para comprender, revisar y modificar las recomendaciones generadas por estos complejos sistemas de IA constituye un desafío práctico reconocido incluso en los documentos oficiales. El problema de la “caja negra” —la dificultad para entender completamente cómo un sistema de IA llega a una conclusión particular— cobra especial relevancia cuando las decisiones involucran vidas humanas y seguridad nacional. El futuro de la guerra algorítmica Thunderforge se encuentra actualmente en fase de desarrollo de prototipos, con planes para expandir su implementación a otros comandos combatientes si demuestra éxito operativo. Más allá de sus capacidades técnicas, este proyecto señala un punto de inflexión en la integración de la inteligencia artificial en el núcleo mismo de la maquinaria militar estadounidense. La tecnología que hoy se desarrolla para planificación y simulación podría, eventualmente, influir en la ejecución de operaciones en tiempo real. Estamos presenciando los primeros pasos hacia una era donde la velocidad computacional determinará cada vez más la ventaja estratégica en el campo de batalla. En este nuevo paradigma, la supremacía militar no se medirá solamente en términos de poder de fuego o número de efectivos, sino en la capacidad para procesar información, generar escenarios predictivos y tomar decisiones a velocidades inimaginables para la cognición humana. La guerra, como tantos otros ámbitos de la actividad humana, entra definitivamente en la era de la inteligencia artificial.
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