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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/04/2025 14:58
El transporte de insumos y productos, la elección de rutas de distribución y el acceso a herramientas digitales para medir y comunicar datos son hoy eslabones críticos en la transición hacia una producción alimentaria más sustentable (Foto: Shutterstock) En un contexto de creciente presión por reducir las emisiones del sistema alimentario global, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) publicó un informe que subraya el rol central que la logística puede tener —y aún no tiene del todo— en ese proceso. El documento, titulado "Improving the evidence base on the environmental sustainability of food systems", advierte que la falta de interoperabilidad entre los actores de la cadena agroalimentaria limita la capacidad para actuar con base en evidencia real sobre huella de carbono. El transporte de insumos y productos, el uso de fertilizantes y energía en origen, la elección de rutas de distribución y el acceso a herramientas digitales para medir y comunicar datos son hoy eslabones críticos en la transición hacia una producción alimentaria más sustentable. “Si no hay trazabilidad confiable desde el productor hasta el consumidor, no hay forma de saber si un alimento tiene baja o alta huella ambiental. La logística física y la digital están en el centro del problema, pero también de la solución”, advierten los autores del informe. Logística física: los insumos también cuentan Una de las claves que expone el documento es que los esfuerzos por medir la huella ambiental de los alimentos suelen enfocarse en el producto final, pero no en los insumos que lo componen. Fertilizantes, alimentos balanceados, electricidad, transporte o sistemas de riego son muchas veces subestimados o directamente ignorados. Esto plantea un desafío logístico complejo: rastrear el recorrido, la composición y el impacto de cada uno de los insumos. Y hacerlo de forma estandarizada, con criterios comparables y accesibles a todos los actores de la cadena. “La logística de entrada a la producción es tan determinante como la de salida”, señala el reporte. En este punto, el informe reconoce el avance de algunas plataformas europeas que buscan ordenar y centralizar esta información. Ejemplos de empresas en Francia o en Finlandia permiten conectar a productores, procesadores, distribuidores y minoristas en un mismo ecosistema de datos, con foco en la sostenibilidad. Uno de los grandes desafíos para los próximos años será democratizar el acceso a la logística digital. Que el dato no sea un privilegio, sino una herramienta compartida (Foto: Shutterstock) Logística digital: datos que se mueven con sentido Además del transporte de bienes, la otra cara de la logística que cobra fuerza en el informe es la logística digital, entendida como la capacidad de mover, transformar y compartir datos de manera segura y eficaz. La OECD destaca iniciativas como DjustConnect, una plataforma que actúa como “puente de confianza” para que los productores puedan autorizar el uso de sus datos ambientales a otras organizaciones. Este tipo de herramientas permiten evitar duplicaciones, garantizar la privacidad y reducir los costos administrativos. Sin embargo, la brecha digital es todavía un freno. Muchos agricultores, especialmente los pequeños, enfrentan dificultades para acceder a tecnologías, calcular su huella de carbono o cumplir con estándares exigidos por retailers y exportadores. El informe plantea que uno de los grandes desafíos para los próximos años será justamente democratizar el acceso a esta logística digital. Que el dato no sea un privilegio, sino una herramienta compartida. El futuro depende de la interoperabilidad La conclusión de la OECD es clara: sin interoperabilidad —tanto de datos como de procesos— no será posible avanzar hacia una alimentación sustentable a escala. Y esa interoperabilidad necesita, necesariamente, de una logística eficiente y coordinada. Mientras los consumidores demandan cada vez más alimentos con bajo impacto ambiental, y los mercados imponen nuevas regulaciones, la industria enfrenta una tarea urgente: integrar la sustentabilidad en cada etapa del recorrido de un alimento, desde el insumo hasta la góndola. La logística, en todas sus formas, será una pieza determinante.
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