25/04/2025 11:15
25/04/2025 11:15
25/04/2025 11:15
25/04/2025 11:15
25/04/2025 11:15
25/04/2025 11:14
25/04/2025 11:14
25/04/2025 11:14
25/04/2025 11:14
25/04/2025 11:14
» Misionesparatodos
Fecha: 25/04/2025 07:32
En la interna cada vez más cruda del PRO, el expresidente Mauricio Macri lanzó munición gruesa contra los dirigentes de Juntos por el Cambio que se pasaron a filas libertarias. “Los que tenían precio ya fueron comprados”, disparó sin sutileza. Sus declaraciones hicieron ruido en todo el país, también en Misiones donde la alianza cambiemita sufrió la fuga de los “radicales con peluca” encabezados por Martín Arjol y dentro del PRO el sayo le cabe a Martín Goerling, referencia local de Patricia Bullrich, la primera en saltar al barco libertario. El expresidente Mauricio Macri golpeó como nunca antes a los dirigentes que dejaron Juntos por el Cambio para sumarse a las filas libertarias: “Los que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”, tiró sin anestesia. Las duras palabras del expresidente no hacen más que enunciar el profundo malestar que impera en los cuarteles cambiemitas con todos los que pegaron el garrochazo desde las áridas llanuras de la oposición hacia las fértiles praderas del Gobierno nacional. Un oficialismo siempre dispuesto a repartir beneficios a cambio de cuadros que le permitan disimular su debilidad legislativa favorece esos procesos. En Misiones son varios los apuntados. En el radicalismo todos miran a Martín Arjol, quien llegó a una banca de diputado nacional integrando la boleta de Juntos por el Cambio, pero desde que el presidente Javier Milei lo invitó a participar del “asado de los héroes” se calzó la peluca y combate del lado de las fuerzas del cielo, lo que llevó a que la conducción de la UCR lo suspendiera. Su nombre aparece asociado a maniobras recientes para deslegitimar al armado de La Libertad Avanza y tejer alianzas con el Partido Libertario, que lo tiene como posible candidato. Siguiendo la lógica expresada por Macri, Arjol sería otro caso de personalismo político que privilegia su propio destino antes que conservar la construcción colectiva que lo llevó al Congreso de la Nación. Dentro del PRO, las miradas apuntan a Martín Goerling, exdirector de Yacyretá durante el macrismo, y que hoy juega bajo el ala de Patricia Bullrich. Arrastrado por la interna del nacional del partido amarillo entre los que pretenden competir con sello propio y los que se conforman con diluirse en las aguas profundas del movimiento libertario. Cercano a la ministra de Seguridad, Goerling quedó más cerca de Milei que del presidente de su propio partido, Mauricio Macri, y no parece muy incómodo con esa posición. Dueño de un importante capital económico, su salto de bloque parece menos ideológico que pragmático. Siguiendo el razonamiento de Macri, se trataría de uno de los tantos «conversos por conveniencia» que proliferan en la nueva era mileísta. El trasfondo de estas críticas va más allá de los nombres propios. Macri está en pleno proceso de resurrección del PRO con la mira puesta en las elecciones legislativas de 2025. Su objetivo es claro: recuperar el control del partido, reordenar la tropa y frenar el drenaje de dirigentes hacia el gobierno nacional. En esa estrategia, los que saltaron el cerco son vistos como traidores políticos, funcionales a un oficialismo que sigue gobernando sin estructura, pero con fuerte capacidad de seducción sobre ciertos sectores del pan-macrismo. El escenario en Misiones refleja, en escala, lo que ocurre en todo el país: una oposición fragmentada, dirigentes sin rumbo claro y un oficialismo que, a pesar del ajuste y el descontento social, sigue sumando apoyos entre los desencantados. La advertencia de Macri no es solo un pase de factura, es una señal de alarma sobre el vaciamiento del capital político opositor, que se diluye entre oportunismos y deserciones. En una provincia donde las estructuras tradicionales vienen siendo derrotadas elección tras elección por el Frente Renovador de la Concordia, la crisis de representación opositora abre aún más el margen para el oficialismo local. Y mientras tanto, los votantes siguen esperando que alguna vez, entre tantos cambios de camiseta, alguien piense en un proyecto de verdad. Fuente: MOL
Ver noticia original