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  • Francisco, convicción de hierro y mano de seda

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/04/2025 04:45

    Francisco, el Papa argentino (AP Foto/Alessandra Tarantino) Esta cronista argentina y católica hubiera preferido no escribir sobre lo inevitable: la muerte del papa Francisco. Ante ello, la primera pregunta que me hice fue cómo habrá sido su encuentro con Jesús (él no dudaba, yo a veces transformo mi duda en deseo de que ocurra). Para quien me lea, debo decir, además, que no ha transcurrido el tiempo suficiente que me permita hacer tablas entre la emoción y la razón. En esta ocasión no hay fuentes para chequear, sino un par de preguntas a manera de introspección, para compartir. Me surgió en forma inmediata otra pregunta: ¿qué Iglesia -es decir, qué Papa- sucederá al argentino? Las bases y los derechos conquistados por Bergoglio para lo humano, ¿gozan de buena salud? La Iglesia sin puertas y sinodal, ¿continuará? En cuanto a los descartados, excluidos, abusados y señalados por su condición sexual y/o racial, quienes antes de Francisco eran ignorados, ¿quién se encargará ahora de ellos? ¿Quién vestirá su ropaje comprendiéndolos? ¿Quién será su voz ante los que los usan y/o abusan? ¿Quién dirá “basta de esconder pobres bajo la alfombra”? ¿Quién trabajará para acercar a todos? ¿Quién, sin levantar la voz, le dirá al Poder real del mundo en argentino básico: “pará la mano, hermano”? Si recurro a mi fe, debo decir que fue el Espíritu Santo quien puso al Padre Jorge en el sillón de Pedro. Pero, en mi lucha con la razón, esta no me permite ignorar que la Iglesia es la institución con mayor poder sobre la Tierra, que hace 2000 años permanece con enormes acercamientos y enormes retrocesos en el camino señalado por su creador: Jesús. Por lo tanto, no puedo soslayar la posibilidad de que, en un mundo en el que la derecha gobierna y avanza, su influencia llegue al Vaticano. Veremos. Ahora bien, si este mundo entero lo despide con emoción y respeto producto de su huella, hay esperanzas. Significaría que el Humanismo no ha perdido definitivamente ante el consumismo y el individualismo. Una mirada hacia nosotros, los compatriotas de Francisco Un obispo de un país alejado del Poder mundial fue elegido Papa hace 12 años. ¿Valoramos las capacidades intelectuales que ese obispo debía tener para ser elegido entre tantos candidatos capaces del centro del poder eclesiástico?¿Alguien reparó en los extraordinarios antecedentes doctrinarios y revolucionarios comenzados en su barrio de Flores que encarnaba el nuevo Papa? Se prefirió cuestionarlo diciendo que era peronista (a pesar de haber enfrentado el cesarismo de Néstor y Cristina Kirchner). Recuerda esta cronista que, al conocerse su designación, fue recibida con silbidos por La Cámpora. Lo cuestionaron por los derechos humanos y su actitud en épocas de la dictadura, cuando se demostró que ayudó a sobrevivir a muchos argentinos en ese cruel período. El Papa argentino hizo historia e hizo lío contra conservadores de todas las calañas. Con convicción de hierro y mano de seda. Siempre con los pobres, con los migrantes, con el cuidado ambiental de nuestra Casa. Fue insultado por nuestro Presidente. Francisco lo recibió, lo abrazó y le prodigó buenos consejos que se empeña en desoír. Lo vamos a extrañar mucho porque su palabra y pensamiento defienden los valores que nos enseñaron de chicos, que, parece, no predominan en el mundo y en nuestra nación. Como tantas otras veces, una minúscula dirigencia no estuvo a la altura de los grandes hombres y mujeres que de tanto en tanto genera nuestra Argentina; y que, como Francisco, ni siquiera pudieron volver para caminar sus calles, abrazar a su gente y ¡a su San Lorenzo querido!

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