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» Elterritorio
Fecha: 24/04/2025 18:12
Se trata de Franco Gutiérrez. Se presentó en la Fiscalía de Luján (Buenos Aires) y quedó detenido por el brutal homicidio del misionero al que, sostienen, confundieron con un delincuente. jueves 24 de abril de 2025 | 14:26hs. El pedido de justicia persiste, a poco más de dos meses del crimen del misionero. //Foto: Facebook. Justo a dos meses del brutal linchamiento que terminó con la vida del misionero Jeremías Sosa, en la ciudad de Olivera, partido de Luján, provincia de Buenos Aires, la causa sumó un nuevo capítulo. Es que Franco Emanuel Gutiérrez, uno de los cinco prófugos que tenía el expediente judicial, se entregó en la Fiscalía. El joven de 28 años, oriundo de Olivera, se encontraba con pedido de detención desde marzo y está imputado como coautor de "homicidio agravado por alevosía", según reveló el semanario El Civismo. En declaraciones al citado medio, el abogado defensor del sospchoso, Oscar Escuredo, negó que Gutiérrez haya estado prófugo durante este tiempo y aseguró que "va a demostrar su inocencia". Según dijo, durante estos meses Gutiérrez habría permanecido en la vivienda de su padre. La causa cuenta con otros tres detenidos, todos con prisión preventiva dictada por el Juzgado de Garantías 3 a fines de marzo. Dos de ellos imputados como partícipes necesarios y el tercero como coautor, al igual que Gutiérrez. Cuatro prófugos Desde la primera semana posterior al crimen, la Fiscalía logró identificar a otros cuatro presuntos implicados -tres hombres y una mujer- quienes, a través de sus abogados, solicitaron la eximición de prisión. Sin embargo, la Fiscalía pidió sus detenciones y, tras una apelación, la Cámara de Apelaciones y Garantías ordenó al juez de Garantías que se expida sobre la cuestión. El magistrado resolvió finalmente negar las eximiciones a Néstor Rebottaro, Walter Atrio, su hijo Matías Atrio y Agustina Atrio. Tras emitirse las órdenes de detención y concretarse varios allanamientos infructuosos, los cuatro permanecen en condición de prófugos desde entonces. Por su parte, el juez dispuso la prohibición de salida del país para todos, aunque las autoridades -dicen- no los encuentran. La secuencia La secuencia que culminó con la muerte de Jeremías Sosa comenzó pasadas las 10 de la noche del 22 de febrero. Uno de los testigos declaró que, al llegar a la casa de su madre, ubicada sobre Avenida Juan XXIII, observó a un hombre descalzo -identificado luego como Jeremías Sosa- que corría perseguido por varias personas. El joven intentó treparse a una reja para ponerse a salvo, pero no lo logró y fue alcanzado por un hombre con remera verde, luego identificado como Franco Gutiérrez, quien comenzó a golpearlo. Otros testigos mencionan que Gutiérrez no actuó solo. En la golpiza también habrían participado Walter Atrio, su hijo Matías, y Néstor Rebottaro. Asimismo, se señala a Gustavo Rocha como una de las personas que ayudó a reducir a Sosa, aunque presuntamente no lo habría golpeado directamente. El expediente judicial detalla que a las 22:16, apenas tres minutos después del inicio de la persecución, una cámara de seguridad capta a un hombre vestido con bermuda y remera verde saliendo de la casa de la familia Iñeguez. Esa persona -identificada como Gutiérrez- corre en la misma dirección que Sosa, seguido de otro hombre con bermuda de jean y remera oscura con inscripción, quien también fue señalado como participante del hecho. En otro tramo de la causa, se hace referencia al testimonio de una persona que, desde su domicilio, escuchó gritos y observó a tres hombres agrediendo a un joven en la esquina de Juan XXIII y Reconquista. Según su declaración, los agresores eran Walter Atrio, Gustavo Rocha y Lucas González Bonomo. También observó que la víctima estaba inmovilizada con las piernas atadas con una soga. A esto se suma la presencia de otro hombre con remera verde -presuntamente Gutiérrez- quien le propinó una patada a Sosa mientras permanecía indefenso. La causa cuenta también con la declaración de un testigo que, en sede policial, había señalado a Alex Ezequiel Iñeguez como uno de los agresores. Sin embargo, más tarde, en sede fiscal y tras observar una filmación aportada por un particular, se corrigió su testimonio. Quedó establecido que no era Iñeguez quien perseguía inicialmente a Sosa, sino Gutiérrez. Una de las pruebas más comprometedoras para el imputado es precisamente esa filmación. Si bien la cámara no apunta directamente al lugar del ataque, logra captar el paso de la víctima corriendo, seguido de Gutiérrez y luego por Néstor Rebottaro. En los breves segundos que dura la grabación, se observaría a Gutiérrez sujetando a la víctima cuando ya se encontraba en el suelo. El crimen de Jeremías Sosa sacudió a la comunidad y puso de relieve un supuesto hecho de justicia por mano propia que se convirtió en un homicidio. Según la investigación, Sosa habría sido confundido con un ladrón en medio de un episodio aún poco claro, y fue linchado por un grupo de personas en plena vía pública. La entrega de Gutiérrez representa un nuevo giro en la investigación, aunque aún resta que se entreguen o sean detenidos otros cuatro imputados que continúan evadiendo a la Justicia. Mientras tanto, la familia de Sosa, desde Misiones, sigue exigiendo justicia y reclama que todos los responsables -materiales y encubridores- paguen por su accionar.
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