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  • Jorge Macri presentó un proyecto para rebautizar una estación de subte clave con el nombre del papa Francisco

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/04/2025 16:37

    El gobierno porteño presentó un proyecto para agregarle el nombre del Papa Francisco a la estación de subte Catedral En poco tiempo podría cumplirse la frase de la canción Vida de topos, de Divididos, que habla de “combinar paraíso y catedral”, ya que en medio de la conmoción mundial por la muerte del papa Francisco y los homenajes que le preparan tanto en Argentina como en otros países al fallecido Santo Padre, Jorge Macri comunicó este martes que presentó un proyecto para rebautizar con su nombre a una estación de subte clave para la circulación diaria en la Ciudad de Buenos Aires. “Envié un proyecto a la Legislatura para que la estación Catedral de la Línea D -en la que se puede combinar con las líneas A y E- pase a llamarse ‘Catedral – Papa Francisco’. Es un homenaje al primer Papa argentino, pero también al vecino porteño que, pasando casi inadvertido, caminó entre nosotros con humildad”, informó el jefe de Gobierno a través de sus redes sociales. Macri destacó que “Francisco fue ese ciudadano que viajaba en subte hacia la Catedral y el Arzobispado”, y recordó que, cuando aún era simplemente Jorge Bergoglio, “en los andenes bendecía, saludaba, escuchaba a quien se le acercaba buscando consuelo o ayuda”. “Su cercanía de padre y pastor, su forma de ‘sentirse uno más’, quedó grabada en la memoria de muchos. Desde esos gestos simples, llegó a ser un líder mundial, siempre defensor del diálogo, la paz y el encuentro”, resaltó el alcalde. Y concluyó su mensaje conmemorativo: “Renombrar la estación es un gesto simbólico con las generaciones futuras, para que cada vez que pasen por allí recuerden que, alguna vez, entre ellos, viajaba alguien que inspiraría al mundo entero”. No es la primera vez que se intenta ponerle el nombre “Papa Francisco” a una estación de subte. En 2013, tras el nombramiento como Santo Padre del ex arzobispo de Buenos Aires, el PRO, con Cristian Ritondo (en su rol de diputado porteño) a la cabeza y el apoyo del entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri, había propuesto en la Legislatura ponerle esa denominación a la Estación Flores de la Línea A. Sin embargo, ese proyecto quedó trunco por la negativa del bloque kirchnerista, que se escudaba en que el artículo 5 de la Ley 83, sancionada por la Legislatura porteña, dice que “ninguna calle ni lugar público puede ser denominado con el nombre de una persona hasta que hayan pasado diez años de su muerte”. “No se puede ser más papista que el Papa. La ley no te deja”, esgrimió en ese momento Gabriela Cerruti, por entonces legisladora porteña. La historia detrás de la foto de Bergoglio en la Línea A del subte Jorge Bergoglio sentado en uno de los asientos de los viejos coches belgas de la Línea A en mayo de 2008 (Foto/AP/Pablo Leguizamón) Pablo Leguizamón saltó el molinete con la cámara colgada del hombro. Jorge Mario Bergoglio, todavía arzobispo de Buenos Aires, se había reunido con familiares de víctimas de Cromañón en Plaza Once y se dirigía rumbo a la Catedral Metropolitana para celebrar la ceremonia del Corpus Christi. Para trasladarse de un lugar a otro, el religioso tomó el subte. Era mayo de 2008. Leguizamón, entonces un joven fotoperiodista de 29 años, lo persiguió con el instinto del oficio. Varios reporteros lo hicieron; pero solo él capturó la imagen que, cinco años después, se volvió postal viral cuando el hombre llegó a ser nombrado Papa. El lunes 21 de abril de 2025 la foto circuló otra vez con fuerza en redes sociales, luego de que el Vaticano confirmara la muerte del Sumo Pontífice. En ella se ve a Bergoglio vestido con su sotana bajo un abrigo negro y sentado en uno de los asientos de los viejos coches belgas de la Línea A. Leguizamón estaba a un metro y medio de distancia, con un equipo viejo y un lente corto. Disparó en silencio varias veces. En una de las tomas, el arzobispo aparece con la mano en el pecho, la mirada en alto y una expresión serena. Hay gente alrededor, un hombre con anteojos y bigote a su lado, y su vocero, Federico Wals, de costado en el asiento de atrás. Con el tiempo, el ángulo y el contexto transformaron esa escena cotidiana en una imagen de enorme peso histórico. “Recuerdo que él entró y se sentó como un pasajero más”, cuenta Leguizamón a Infobae. “En aquel entonces yo todavía era un estudiante y no tenía tanto conocimiento técnico. Además, había poca luz y el subte se movía para todos lados. Hice una secuencia, pero esta fue la que trascendió”, cuenta desde Viedma, provincia de Río Negro, donde vive desde hace más de una década. Durante cinco años, la foto que Leguizamón le tomó a Bergoglio viajando en la Línea A quedó guardada en un cajón. No hubo medios interesados en adquirirla ni redes sociales con capacidad de viralizarla, como sucede en estos tiempos. El reportero gráfico, que en ese momento trabajaba como freelance, la conservó junto a otras que tampoco habían encontrado su lugar. En marzo de 2013, cuando el arzobispo fue elegido Papa, recibió un llamado de un colega. “¿Te acordás de la foto que le sacaste en el subte? ¿Por qué no te fijás?”, le dijo. Pablo ni lo había pensado. “Estaba súper desmotivado con la profesión, pero como andaba mal económicamente, busqué toda la secuencia y empecé a ofrecerla”, recuerda. Al final, logró vendérsela a un medio importante y la imagen comenzó a circular por el mundo. No por azar, sino por lo que mostraba: al flamante Papa viajando en un medio de transporte público, como cualquier ciudadano de a pie.

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