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  • Estados Unidos lanza alerta por peces invasores que caminan en tierra y respiran aire

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/04/2025 14:32

    Este animal, que puede alcanzar casi un metro de longitud, respira aire atmosférico y es capaz de desplazarse sobre tierra firme durante varios días. En un contexto donde las especies invasoras representan un desafío creciente para los ecosistemas estadounidenses, un pez de aspecto inusual y capacidades sorprendentes captó la atención de las autoridades: el Channa argus, más conocido como pez cabeza de serpiente del norte. Este animal, que puede alcanzar casi un metro de longitud, respira aire atmosférico y es capaz de desplazarse sobre tierra firme durante varios días. Su presencia ya se considera un riesgo significativo para la fauna, tanto por sus hábitos depredadores como por su notable capacidad de supervivencia en ambientes donde otros peces no logran subsistir. Expansión geográfica y vías de introducción El cabeza de serpiente combina rasgos anfibios y fuerza depredadora, convirtiéndose en un caso atípico entre los peces invasores conocidos (Servicio Geológico de EE. UU.) De acuerdo con Smithsonian Magazine, el primer registro de esta especie en aguas de Estados Unidos se remonta a 2002, en la localidad de Crofton, en el estado de Maryland. El Servicio Geológico de los Estados Unidos destaca que su llegada al país se pudo haber producido por liberaciones accidentales o deliberadas desde el comercio de acuarios o de pescado vivo. Desde entonces, el pez se expandió a múltiples estados, incluyendo Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, Arkansas y Misuri, donde fue detectado por primera vez en 2019 en un canal de drenaje del sureste del estado. Las autoridades locales, entre ellas el Departamento de Conservación de Misuri, confirmaron que los avistamientos aumentaron notoriamente desde aquella primera aparición. Esta expansión, según la revista, sugiere un proceso de adaptación y propagación exitoso que complica los esfuerzos de contención y control. Su presencia en distintos estados evidencia una propagación acelerada que comenzó con escapes o liberaciones vinculadas al comercio de fauna acuática (USFWS) Un depredador con impacto ecológico El impacto ambiental de esta especie se manifiesta principalmente a través de su comportamiento alimenticio. Smithsonian Magazine detalla que el cabeza de serpiente es considerado un “depredador agresivo”, capaz de devorar peces pequeños, crustáceos y otros organismos acuáticos. Su voracidad, sumada a su rápida tasa de reproducción, amenaza con desplazar a especies nativas y alterar de forma significativa el equilibrio ecológico de los cuerpos de agua que invade. A estas características se suman sus habilidades fisiológicas únicas. Según los expertos, puede vivir en aguas turbias y poco oxigenadas, gracias a su sistema respiratorio adaptado para absorber oxígeno atmosférico. La competencia por alimento y espacio deja en desventaja a las especies locales, afectando tanto a ecosistemas como a actividades pesqueras (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU.) Estrategias reproductivas y defensa del territorio Uno de los factores que explica su éxito como especie invasora es su capacidad reproductiva. Las hembras pueden cargar hasta 50.000 huevos, que eclosionan entre uno y dos días después de ser fertilizados. Smithsonian Magazine destacó que tanto el macho como la hembra protegen ferozmente a las crías y que, durante esta etapa, los adultos pueden mostrar una actitud agresiva hacia cualquier intruso. Este comportamiento, inusual entre especies invasoras de peces, complica aún más los intentos de erradicación, ya que los adultos defienden el área de reproducción y aseguran un alto índice de supervivencia. Recomendaciones y medidas de control Frente a esta amenaza, las autoridades adoptaron una postura contundente. Tal y como informó Smithsonian Magazine, los pescadores recreativos que capturen un ejemplar deben matarlo de inmediato. Las opciones sugeridas incluyen decapitar al pez, destriparlo o colocarlo en una bolsa plástica sellada. La coordinadora de especies invasoras del Departamento de Conservación de Misuri, Angela Sokolowski, afirmó al New York Times que el método elegido queda a discreción del pescador. A pesar de estar catalogado como especie “dañina” a nivel federal, lo cual prohíbe su comercialización y transporte interestatal, sí se permite el consumo doméstico del pez. El Departamento de Recursos Naturales de Maryland incluso alienta su ingesta como una forma de frenar la proliferación, describiendo su carne como “suave, escamosa y abundante”. Las autoridades piden eliminar al pez al ser capturado y promover su consumo como estrategia para reducir su población en los ecosistemas afectados (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA) Diferencias con especies nativas y rol de la ciudadanía Una de las dificultades radica en la identificación del cabeza de serpiente, ya que puede ser confundido con especies nativas como el bowfin. Smithsonian Magazine precisó que la clave para diferenciarlos se encuentra en la aleta anal: en el invasor es mucho más larga, mientras que el bowfin presenta una mancha oscura en la cola, ausente en el primero. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU instó a la población a fotografiar y reportar cualquier avistamiento, indicando el lugar exacto del hallazgo. Tal y como indicó la entidad, si bien la erradicación total resulta poco probable, los esfuerzos coordinados (incluida la participación ciudadana) lograron contener su expansión en algunas regiones. “Con la ayuda del público, podemos seguir controlando las poblaciones de cabeza de serpiente del norte allí donde existen, lo cual debería ayudar a minimizar futuros impactos negativos”, concluyó el organismo, según retomó Smithsonian Magazine.

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