22/04/2025 08:10
22/04/2025 08:09
22/04/2025 08:08
22/04/2025 08:08
22/04/2025 08:08
22/04/2025 08:08
22/04/2025 08:07
22/04/2025 08:07
22/04/2025 08:06
22/04/2025 08:06
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/04/2025 05:06
La Iglesia Católica se enfrenta este martes a uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente: la despedida del papa Francisco y el inicio del complejo proceso de transición que definirá a su sucesor. Jorge Mario Bergoglio falleció este lunes en el Vaticano, a los 88 años, y con su muerte se activó de inmediato el protocolo de sede vacante, el período en el que el trono de San Pedro permanece sin ocupante hasta la elección de un nuevo pontífice. Desde primeras horas de este martes, los cardenales han sido convocados a una congregación general en Roma, la primera de una serie de reuniones clave. En este encuentro se espera que se determine el día exacto en el que se celebrará el funeral, así como los pasos iniciales hacia el cónclave, que debe celebrarse entre 15 y 20 días después del fallecimiento. Mientras tanto, la Santa Sede y el Estado Vaticano se preparan para recibir a líderes de todo el mundo en una ceremonia de despedida que marcará un hito para millones de fieles católicos. La Basílica de San Pedro será el escenario del funeral, una ceremonia de Estado que se realizará entre el cuarto y el sexto día tras su muerte. A ella asistirán mandatarios, dignatarios religiosos y representantes de casas reales. Donald Trump fue el primer jefe de Estado en confirmar su presencia, al tiempo que rindió homenaje al pontífice con palabras sentidas: “Era un buen hombre, trabajó duro y amó al mundo”. La noche del lunes, el cuerpo del papa fue llevado a la capilla de la residencia Santa Marta, donde vivía desde 2013. El miércoles será trasladado a la Basílica de San Pedro para ser velado por los fieles en capilla ardiente, en una jornada que promete convocar a miles de personas en Roma. Mientras tanto, su apartamento fue sellado formalmente, como establece el protocolo. Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en la capital italiana, un deseo que él mismo dejó por escrito en su testamento. La tumba, situada en la Capilla Paulina, será sobria: sin adornos, ni epitafios, sólo su nombre en latín: Franciscus. Así, se convierte en el primer papa en más de un siglo en ser enterrado fuera del Vaticano, frente al icono de la Salus Populi Romani, ante el cual solía rezar antes y después de cada viaje apostólico.
Ver noticia original