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  • Norberto Liwski: "Francisco es un hermano que me dio la vida"

    » Radio Sudamericana

    Fecha: 21/04/2025 22:53

    Lunes 21 de Abril de 2025 - Actualizada a las: 22:42hs. del 21-04-2025 HABLÓ UN AMIGO DEL PAPA El referente de los derechos humanos recordó con profunda emoción su amistad con Jorge Bergoglio. En diálogo con Radio Sudamericana, repasó anécdotas, proyectos compartidos y el compromiso inquebrantable del Papa con los más humildes. A horas de conocerse la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco, el reconocido defensor de derechos humanos, Dr. Norberto Liwski, compartió un profundo y emotivo testimonio sobre su amistad entrañable con Jorge Mario Bergoglio. “Francisco es un hermano más que me dio la vida”, expresó Liwski, visiblemente conmovido, en diálogo con Radio Sudamericana. “Fue el amigo que nunca falló, que estuvo en los momentos difíciles, en las alegrías, en los proyectos compartidos, en los logros y las frustraciones”. Un vínculo que nació en la villa y nunca se quebró Liwski relató que su amistad con el entonces Padre Jorge comenzó a principios de los años ‘70, en los pasillos de una villa de Retiro, donde él trabajaba como médico joven y Bergoglio celebraba misa en una casa que funcionaba como capilla improvisada. “Nos conocimos en los días en que yo hacía control de salud a los niños. Desde entonces, nuestra relación no tuvo nunca un paréntesis, ni siquiera durante la dictadura”. Durante esos años oscuros, el Papa supo del secuestro del equipo médico en La Matanza y se acercó a su madre para brindar consuelo, pero también para gestionar ayuda. “Nunca se alejó. Siempre actuó como un hermano”, recordó. El compromiso social, la fe y la justicia Liwski habló del compromiso social del Papa sobre todo durante la crisis del 2001: “Le dije: ‘Padre Jorge, hoy cada capilla debería ser un consultorio para atender niños’. Y él lo entendió perfectamente. Comprendió que, ante la ausencia del Estado, había que transformar esos espacios en refugios de protección”. Años después, juntos impulsaron el programa Adolescencia e Integración Social, que tuvo alcance federal. “Él me insistía en que lo llevara adelante, y yo le decía que sin él no podía. Siempre trabajamos desde ese compromiso común con la justicia social”. Un abrazo en el Vaticano y una carta final Uno de los recuerdos más entrañables fue un encuentro inesperado en el Vaticano: “Estábamos en una reunión del Buró Internacional Católico para la Infancia. Nadie sabía que el otro estaba ahí. Se abrió una puerta… y estábamos uno frente al otro. Ese abrazo espontáneo fue de una emoción indescriptible”. Poco antes de su internación, Francisco le envió una carta que Norberto conserva con cariño: “En dos frases resumió toda esta historia. Con esa humildad, esa calidez, esa serenidad que siempre tuvo. Siempre escribió a mano, con letra cursiva chiquita, difícil de leer, pero llena de humanidad”. “Ningún niño es descartable” Liwski recordó también que Francisco fue el autor de la consigna “Ningún niño es descartable”, que llevó adelante desde su rol como arzobispo de Buenos Aires y que aún hoy se ve impresa en camisetas de jóvenes de barrios populares. “Él miraba el mundo desde los ojos de los más humildes. Transformaba el dolor en gestos, en palabras, en acción”. Consultado por su reacción ante la noticia del fallecimiento, Norberto confesó: “Lloré largamente. No me avergüenzo. A mis 70 años, pocas veces sentí un dolor así. Le escribí el jueves de Pascua con la esperanza de que se recuperara. Tal vez fue mi carta de despedida”. Y cerró con una reflexión poderosa: “Nos queda el desafío de aprender de Francisco. De su obra, de sus palabras, de su humildad, de su lucha contra el odio y por la justicia social. Necesitamos políticos con olor a pueblo, como él decía: pastores con olor a oveja. Ese es el mandato que nos deja”.

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