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» Diario Cordoba
Fecha: 21/04/2025 09:42
En el mundo de la escalada de élite, existe un trabajo clave para que los eventos se desarrollen con éxito: el de los route setters o equipadores, los encargados de crear las rutas que desafían a los mejores escaladores del mundo. A pesar de ser un rol técnico poco conocido, su labor resulta decisiva para el espectáculo deportivo. Este año, con la celebración de la Copa del Mundo de Dificultad en Alcobendas (Madrid) y el crecimiento imparable de la escalada a nivel mundial, este oficio adquiere mayor relevancia. Pero, ¿qué hace exactamente un route setter? Hablamos con uno de los mejores en el campo, Sergio Verdasco (Madrid, 1996), para conocer más sobre su trabajo y lo que ocurre entre bambalinas. A sus 29 años, Verdasco es ya uno de los equipadores más reconocidos en España y fuera de sus fronteras. Su relación con la escalada comenzó desde muy pequeño y, durante años, compitió en pruebas nacionales e internacionales. “A nivel nacional conseguí buenos resultados, pero a nivel internacional no terminaba de destacar”, explica el que fue el primer ganador del famoso programa ‘Ninja Warrior’, entre más de 6000 participantes. Con el tiempo, empezó a buscar una forma diferente de seguir vinculado a ese mundo que tanto le apasionaba. “Quería seguir conectado con las competiciones, pero de otra manera”, lo tenía claro. Se había mudado a Barcelona para vivir solo y tenía que empezar a trabajar, y pensó que su nivel de escalada no era suficiente para conseguir buenos resultados en competiciones internacionales, pero sí para equipar. Porque, no es lo mismo tener solo unos minutos para escalar una vía, como ocurre en competición, que “tener todo el día para probar los movimientos, sin necesidad de encadenar”, como sucede cuando creas una ruta. “Quería seguir conectado con las competiciones, pero de otra manera” Aun así, para ser equipador a este nivel, es imprescindible tener una alta destreza técnica, así como mantenerse en plena forma física. “No tienes que tener el mismo nivel que los escaladores de élite, pero cuanto más cerca estés de ellos, mejor podrás entender los movimientos, cómo escalan y cómo piensan”. Sergio tiene esta cualidad. El route setting encajaba a la perfección con ese deseo de seguir escalando, aportando y creciendo dentro del mundo competitivo. “Como route setter escalas casi más que los atletas, diría; y esa es la parte en la que mejor me lo paso”, dice con una sonrisa. Final femenina durante la Copa del Mundo de Búlder de Praga 2024 / Foto: Dimitris Tosidis/IFSC 'Route setting': el arte de diseñar la competición Este oficio, conocido como route setting, consiste “básicamente en crear rutas de escalada en los muros artificiales”, explica Sergio. Con un muro vacío, los equipadores deben imaginar y diseñar los bloques y las vías que los escaladores van a enfrentar en una competición, combinando experiencia, creatividad y las oportunidades que brinda la propia estructura. No solo es cuestión de colocar presas, agarres o volúmenes: cada ruta debe ser probada y ajustada al milímetro para asegurar que los movimientos de escalada exijan lo mejor de cada atleta. Por eso, días antes de una cita internacional, el equipo de route setters se desplaza hasta el recinto para montar, testear, ajustar y modificar. Es un proceso minucioso en el que deben prever cómo responderá cada competidor: si todos caen en el mismo punto, la vía no funciona; pero si todos llegan arriba, tampoco. Buscar el equilibrio perfecto lleva su tiempo. Una buena ruta no solo debe estar bien graduada, también tiene que ser espectacular y transmitir algo. Que quien la vea disfrute tanto como quien la escala. “El diseño también tiene una parte artística”, comenta Sergio. “Buscamos un diseño que sea visualmente atractivo, ya sea armónico, discreto o espectacular”. Y eso no solo incluye los movimientos exactos que se buscan provocar, sino también los colores y formas de los agarres y volúmenes. En alta competición se llega a un gran público y cada detalle cuenta. Final masculina en la Copa del Mundo de Búlder en Praga 2024 / Foto: Dimitris Tosidis/ IFSC París 2024, el reto Verdasco fue uno de los equipadores de la disciplina de boulder —modalidad de escalada a baja altura, que no requiere cuerda— en los Juegos Olímpicos de París 2024. El ambiente en las competiciones de alto nivel siempre presenta desafíos, pero nada se comparó con la presión vivida en París 2024. En otras pruebas, la magnitud del evento no se percibe hasta que llegan los atletas, los medios de comunicación y resto del equipo. En París “aunque el proceso era el mismo que en cualquier otra competición, sentías una presión diferente desde el comienzo”, asegura Sergio. Las condiciones climáticas tampoco ayudaban. “Teníamos el sol en el muro al mediodía, y trabajábamos desde pronto hasta tarde, con descansos en el medio”, recuerda. Además, tuvieron que adaptarse a trabajar en parejas, lo cual es “un poquito diferente a lo habitual en el proceso”. A pesar de los retos, mereció la pena: “cuando todo terminó fue bastante gratificante. Y ahora con el tiempo me siento afortunado de haber vivido esa experiencia”, concluye. La Copa del Mundo de Dificultad en Alcobendas Este año, con la celebración de la 'IFSC Climbing World Cup Comunidad de Madrid 2025' los días 18 y 19 de julio, Sergio Verdasco tendrá la oportunidad de hacer algo que le emociona especialmente: equipar en casa. Tras años desarrollando su carrera fuera de España —se marchó de Madrid en 2018—, vivir una cita de esta magnitud en su ciudad supone casi un regreso simbólico. “En el fondo es como cerrar un ciclo”, añade. A esto se suma el valor de compartir equipo con viejos amigos como Lucas de Jesús y José Luis Palao. “Poder equipar un evento internacional en España y, además, en Madrid, me hace mucha ilusión” En este tipo de competiciones, la Federación Internacional de Escalada Deportiva (IFSC) suele contar con tres equipadores oficiales y completar el resto del equipo con profesionales locales. “Creo que eso ayuda a desarrollar el route setting en los países”, comenta Sergio, quien además destaca su papel como enlace entre ambos equipos: “conozco a los equipadores internacionales y también a los locales, así que puedo ser un buen punto entre medias de comunicación”. Cuando le preguntamos por el estilo de escalada que podremos ver en la Copa del Mundo de Alcobendas, Sergio señala una tendencia clara que nos puede dar pistas: “Vuelve un poco la escalada más tradicional con más regletas y más de fuerza”. Los saltos y movimientos dinámicos seguirán presentes, pues son un gran atractivo para el público, pero las presas serán cada vez más pequeñas y el esfuerzo, mayor. Final durante la Copa del Mundo de Dificultad, Chamonix 2019 / Foto: Eddie Fowke/IFSC A Sergio, de hecho, le fascinan esos movimientos que parecen imposibles... hasta que alguien descubre cómo resolverlos. “Es espectacular ver cómo un escalador encuentra una solución donde otros siete no se han movido. Ahí se ve de verdad quién destaca.” Lo que es seguro es que la ronda con menos escaladores en el muro, y la que más ve el público, ya sea en vivo como por televisión, es la final; ahí es donde todo se decide y el route setting busca crear el mayor espectáculo. En las clasificatorias y semifinales el foco está más en el resultado. Además, esta temporada, la IFSC ha empezado a definir con más claridad las pautas que debe seguir cada competición. Se busca un equilibrio entre fuerza, técnica y coordinación, entre otros estilos, lo que profesionaliza el deporte y marca un terreno de juego más claro. Eso sí, siempre dejando algo de espacio a la sorpresa. Y es que, ahora mismo el nivel es altísimo. Aunque, como dice Sergio: “En competición no siempre gana el más fuerte, sino quien ha visto los métodos y escala mejor justo ese día”. “Cuando el nivel está bien ajustado, es súper interesante de ver” Un deporte cada vez más global Además de aportar a la escalada desde el muro, Sergio Verdasco también es testigo directo del esfuerzo que está haciendo la IFSC por llevar la escalada de competición a nuevos públicos. Según el route setter profesional “La idea es llevar el circuito de competiciones a ubicaciones con mayor acceso y posibilidades de atraer a un público más amplio”. Y un ejemplo de esto podría ser la Copa del Mundo de Dificultad de Alcobendas, en la Comunidad de Madrid, una región que cuenta con millones de habitantes, además de una gran afición a la escalada. Este año, un paso más en esta expansión será la primera Copa del Mundo de Búlder en Curitiba, Brasil, un hito importante para acercar la competición de escalada a un continente que, hasta ahora, ha tenido que enfrentar largas distancias y altos costes para participar en este tipo de eventos internacionales. “Este año, por primera vez, se celebrará una Copa del Mundo de escalada en un país sudamericano” Con estos avances, el futuro de la escalada de competición parece claro: más accesible, más global y, sobre todo, más popular.
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