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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/04/2025 04:32
Horacio Rodríguez Larreta en un encuentro con vecinos “Nuestro voto no es ideológico, a Larreta lo van a votar los vecinos disconformes con las calles sucias”. La máxima que postula uno de los estrategas del ex jefe de Gobierno porteño sintetiza un dilema que será determinante para las elecciones legislativas del 18 de mayo en la ciudad de Buenos Aires: ¿de qué hay que hablarle a los porteños durante esta campaña? La decisión de adelantar las elecciones dejó en claro que Jorge Macri buscaba municipalizar el debate y cortar el efecto arrastre que podrían tener las principales figuras del Gobierno nacional -como Karina Milei o Patricia Bullrich- si decidían encabezar la boleta libertaria en las categorías de diputados y senadores nacionales. En el búnker del larretismo consideran que esta decisión táctica fue un claro error por diferentes razones. Mauricio Macri y Silvia Lospennato, en una recorrida de campaña por la ciudad de Buenos Aires En primer lugar, porque la gestión de Jorge Macri no tiene los mismos niveles de imagen positiva que supo tener el PRO años atrás. Justamente por eso creen que tuvo tanto impacto el eslogan del “olor a pis”. Esa mala gestión, aseguran, es lo que permitió tanto que el kirchnerismo sueñe con salir primero como que los porteños revaloricen el gobierno de Larreta. Por otro lado, la decisión del gobierno nacional de jugar una carta fuerte como Manuel Adorni también puso en jaque los planes del PRO. El vocero presidencial, inevitablemente asociado a la figura de Milei, ya dejó en claro en sus primeras intervenciones públicas que su apuesta es a “nacionalizar” la campaña y plantear la elección como una forma de validar al Gobierno. De hecho, hasta el momento su principal propuesta de campaña fue “pasar la motosierra” por la administración porteña, equilibrar las cuentas y bajar impuestos, las mismas promesas que llevaron a LLA a la Casa Rosada. Manuel Adorni junto a Karina Milei en la sede de gobierno de Uspallata El tercer error de cálculo fue no tener en cuenta la posible candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, quien fuera ocho años jefe de Gabinete de Mauricio Macri y luego jefe de Gobierno por otros ocho años. Para los estrategas del larretismo la candidata Silvia Lospennato no puede ganarle al ex alcalde en el debate sobre la “agenda de cercanía” porque no estuvo a cargo de la gestión y no conoce tanto la ciudad. También chicanean con que actualmente es diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. Asimismo, entienden que la apuesta por la marca PRO también choca con que su cara más visible en CABA durante los últimos años compite en otra lista. “Quieren hacer campaña con las obras que hizo Horacio”, ironizan. Tras la dura derrota en la interna presidencial con Patricia Bullrich, el ex jefe de Gobierno busca reposicionarse en el distrito que lo vio nacer y no oculta sus intenciones a mediano plazo de volver a la sede de gobierno de Uspallata. “Mucha gente no sabe bien qué se vota y esa confusión hasta nos juega a favor porque quieren que Horacio vuelva a ser jefe de Gobierno”, explican. La catástrofe de la campaña 2023 les dejó varias enseñanzas. Una de ellas tal vez sea ponerse objetivos más modestos. Por eso ahora aseguran que llegar a los dos dígitos ya les permitiría quedar bien posicionados para lo que sigue. Con ese resultado, Larreta ingresaría a la Legislatura porteña escoltado por la actual senadora nacional Guadalupe Tagliaferri y el legislador Emmanuel Ferrario, las dos principales figuras del nuevo armado larretista. Horacio Rodríguez Larreta, Guadalupe Tagliaferri y Emmanuel Ferrario Si todo sale de acuerdo al plan, conformarán un flamante bloque -que trabajará en tándem con los legisladores de Confianza Pública de Graciela Ocaña- desde donde buscarán marcar la agenda con propuestas que ya comenzaron a exponer públicamente como la elevación del tren Sarmiento (siguiendo el modelo aplicado para el Mitre y el San Martín), la creación de trenes urbanos que funciones sobre las vías de las líneas ya existentes pero sirvan para aumentar la frecuencia dentro de la capital y el aumento de la presencia policial en las calles. Pero por sobre todo, la actividad en la Legislatura le brindará la excusa perfecta para “seguir caminando” la ciudad, siempre con el 2027 en la mira. La premisa de ser el candidato que más camina la capital es el eje de campaña de Larreta, que optó reducir al mínimo las apariciones mediáticas (una vez por semana priorizando programas donde lo dejen hablar con cierta extensión) para apuntar todos los cañones a las recorridas y encuentro con vecinos. Armado con su libreta negra, donde anota los reclamos de los porteños, el candidato de Volvamos Buenos Aires dedica varias horas casi todos los días a los encuentros de cercanía. Larreta tiene casi 100% de conocimiento, por lo que no debe gastar energía para posicionarse, y buscará pasar cuatro veces por cada comuna antes del 18 de mayo. Apuesta a capitalizar la “necesidad de escucha” de los porteños insatisfechos con la gestión y al efecto multiplicador que tiene que las personas cuenten en sus círculos que “vieron a Larreta” y hasta lo suban a sus redes sociales. Justamente por eso en el comando de campaña descartan un lanzamiento formal con un acto partidario, tal como hizo el PRO en el Planetario. Creen que ya no tienen el impacto de años atrás e incluso pueden generar mucho rechazo en algunos sectores. Para reforzar esta imagen centrada en la gestión de los “problemas del metro cuadrado”, como la basura, la inseguridad, el bache y la escuela, no intentaron sellar alianzas electorales. Un acuerdo con Martín Lousteau, con quien Larreta formó en el pasado una coalición en CABA y con quien Tagliaferri trabaja codo a codo en el Senado, parecía una opción hasta lógica. Pero ahora aseguran que no es el momento de rodearse de políticos sino de tener un perfil bien nítido centrado en la gestión. En el larretismo aseguran que no les cambia que termine primero Leandro Santoro o el libertario Manuel Adorni, aunque sí pronostican que el PRO tal como lo conocemos, es decir conducido por Mauricio y Jorge Macri, dejará de existir si quedan detrás de La Libertad Avanza. “Esta elección se va a definir por el voto del metro cuadrado”, repiten, tal vez en un intento de autovalidar la estrategia de campaña que eligieron. Las encuestas que se conocieron hasta el momento le dan entre 13 y 5 puntos de intención de voto. Un espectro que va del batacazo al fracaso rotundo. Hay mucho en juego para el larretismo ya que difícilmente pueda recuperarse de una segunda debacle electoral consecutiva.
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