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  • Tres familias, un mismo dolor y la certeza de que el amor trasciende los cuerpos

    » Elterritorio

    Fecha: 18/04/2025 06:42

    Un nuevo lapacho blanco fue plantado en Posadas en memoria de Juan Ignacio Acosta, a dos meses de su fallecimiento. Se sumó a los que ya recuerdan a Luca Ceballos y Juan Cruz Martínez; cumpliéndose hoy un año de sus muertes. Un emotivo acto cargado de simbolismo y unión entre sus seres queridos en la plazoleta Los Lapachitos Blancos de la Costanera jueves 17 de abril de 2025 | 19:41hs. Fotos: Guadalupe De Sousa Tres familias lloran hoy la pérdida de un hijo, un hermano, primo, pero que también supieron ser buenos amigos, estudiantes, soñadores, alegres. Pero más allá del dolor que produce una muerte prematura, estos seres queridos buscan honrarlos trascendiendo las corporalidades, es decir, del amor que sólo se transforma porque es eterno. Es que hoy se cumple el primer aniversario de la muerte de Luca Ceballos y Juan Cruz Martínez producto de un accidente automovilístico sobre la costanera posadeña. Ambos eran amigos y estudiaban en el Colegio Santa María de Posadas. Asimismo, se cumplen mañana dos meses del fallecimiento de Juan Ignacio Acosta, el estudiante del instituto San Arnoldo Janssen que murió tras desvanecerse durante una práctica de kickboxing en un gimnasio de esta ciudad. En un acto simbólico, profundo y lleno de un amor indescriptible, se plantó un lapacho blanco en la plazoleta que fue bautizada como “Los Lapachitos Blancos”, al lado del Bike Park, de la Costanera, en memoria de Juani, en el mismo espacio donde se plantaron hace unos meses los ejemplares para Juan Cruz y Luca. Del homenaje, y con la consigna clara de que “la gente buena no se entierra, se siembra”- participaron familiares, amigos, conocidos, comunidad educativa y todos quienes los conocían. “Yo sentía el minuto a minuto de ellos (por los padres de Juani) en el hospital, sabía lo que estaban pasando. Pero también entendí que era un momento para ir hacia adentro. Por eso esperé el momento adecuado y se dio. Nos encontramos las tres mamás en la plazoleta y le sugerí plantar el lapacho. Ella accedió, y a partir de ahí somos tres mamás unidas por una situación límite, pero convencidas de que no hay ausencias, sino presencias desde otro lugar y que se puede continuar”, dijo esta mañana Gabriela, mamá de Juan Cruz en diálogo con Acá te lo contamos por Radioactiva 100.7. A las madres las unió el dolor en un principio, pero también la certeza de que la muerte no es el fin. El padre Gigio Barrios, dedicó unas palabras al inicio de la ceremonia en el paseo costero y contó la historia del lapacho, que florece en invierno y su forma de nacer. “En el proceso del duelo es importante tener un símbolo vivo y que dentro del vientre del dolor un símbolo vivo despierta otras energías. Así como el árbol se dirige a las alturas, en el fondo también habla de la vida del ser humano”, señaló. El sacerdote recordó que en ese espacio, que hoy está reconvertido, antaño era el barrio periférico Tiro Federal y que donde hoy se plantan estos tres lapachos fue en su momento la cancha de fútbol y recreación de innumerables gurises y jóvenes que allí vivieron. “Es muy simbólico tener estos tres árboles en memoria de tres jóvenes, de vidas, plena de energía que parten con una situación trágica, dura, pero dentro de ese dolor la vida esos jóvenes nos dejaron un mensaje muy fecundo. El amor continúa, el amor es energético”, reforzó el religioso. Madres unidas que celebran el amor y la amistad “Estos chicos se encargan de que estemos bien, porque ya nos hemos encontrado las tres y sin decir mucho nos entendimos, sabemos por qué estamos acá. Este va a ser nuestro espacio”, dijo Gabriela, la mamá de Juan Cruz. “Nos sostienen desde esa vida que hay después de la muerte, no hay fin, les puedo asegurar que es otro tipo de presencia, que se va aprendiendo un día a la vez, pero está. Ellos se encargan de que nosotras estemos de pie”, agregó rodeada de Virginia y Karina, las madres de Juani y Luca, respectivamente. Asimismo, agregó, emocionada: “El mensaje que deja esta Semana Santa es que el amor le gana a la muerte, ellos están en el amor de sus amigos, en sus alegrías, fueron buenas personas, sembraron muchísimas cosas y estamos orgullosas de ser la mamá de Juan Cruz, la mamá de Luca y la mamá de Juani, estamos cosechando todo ese amor”. Por su parte, Virginia, reconoció que cuando estaban organizando este homenaje no dimensionaron que fuera Semana Santa. “Qué pasa el Jueves, que Jesús ora en el monte y le pide a sus amigos que no lo abandonen. Por eso lo traigo a nuestra vida y le digo, ‘Señor, que se haga tu voluntad porque seguramente vos sabés cómo nos vas a acompañar’”, sostuvo la mamá de Juani y rescató la cantidad de personas que se hacen presente en el día a día para ayudarlos a cargar con el dolor y recordar todo lo lindo vivido con sus hijos en un abrazo, un mensaje en el celular, un recuerdo, un mate. “¡Que viva el amor y la amistad!”, cerró y agradeció a la numerosa cantidad de personas que los acompañaron en este atardecer posadeño. “Las palabras son todas las mismas, es recordarlos con todo el amor que dejaron, porque nos dimos cuenta de todo eso. Lo sentíamos en casa, lo sentíamos en todos lados, pero este amor tan inmenso que tienen todos por ellos es porque dejaron una marca muy grande”, expresó Gabriel Ceballos, papá de Luca. “Fue un año de tenerlos presentes todo el día, al esperarlos al almuerzo, para que te digan ‘pa, vamos; pa, podemos hacer; pa’. Era mi mano derecha, era mi compañerito. Fue un año con todos esos recuerdos que uno tiene y proyectando también lo que podría haber sido con él. Fue un año bastante duro”, compartió visiblemente emocionado. Madres y padres de los adolescentes invitaron a la comunidad a hacer propio el espacio, a honrarlo y a regar también para mantener esos ejemplares que un día serán muy bellos y darán sombra para reposar a sus pies. El día del trágico accidente, Luca Ceballos y Juan Cruz Martínez se dirigían a la clase de educación física en un automóvil conducido por otro compañero de curso, quien posteriormente fue imputado judicialmente por doble homicidio culposo, al comprobarse que circulaba con exceso de velocidad. La muerte Juani Acosta, por su parte, fue causada por un hematoma subdural producto de un traumatismo severo en el cráneo, lo que también dio lugar a una causa judicial aún en investigación porque se dio en el contexto de una clase de kickboxing, que practicaba con frecuencia.

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