19/04/2025 01:40
19/04/2025 01:40
19/04/2025 01:40
19/04/2025 01:40
19/04/2025 01:39
19/04/2025 01:39
19/04/2025 01:38
19/04/2025 01:38
19/04/2025 01:37
19/04/2025 01:37
» Diario Cordoba
Fecha: 17/04/2025 03:46
Amaneció un nuevo Miércoles Santo con la mirada puesta en el cielo, pero esta vez era azul con nubes blancas, un firmamento que presagiaba que la Semana Santa volvía a cobrar normalidad, por lo menos por ahora. Así, en la tarde de este Miércoles Santo quedaba aparcada la incertidumbre porque el sol volvía a brillar y todo volvía a parecer una Semana Santa de siempre, a pesar de que había algún riesgo de precipitaciones. Pero si éstas aparecían, sería algo pasajero como en algún momento de la tarde ocurrió, cayendo en algunas partes de la ciudad unas gotas que no lograron impedir que todas las cofradías de la jornada se pusieran en la calle para vivir un día de Semana Santa sin pensar en más allá, solamente en disfrutar de cofradías en la calle. Perdón Algo que tenían muy claro las cientos de personas que se dieron cita en las puertas de la iglesia de San Roque para contemplar a la primera de las cofradías de la jornada, la hermandad del Perdón, cuyos nazarenos ya comenzaban a cruzar las calles de la Judería cordobesa. En el interior del templo, el misterio de Nuestro Padre Jesús del Perdón iba avanzando hacia la puerta de la iglesia para ponerse de nuevo en la calle, algo que no tardó en ocurrir. Así, tras las maniobras oportunas, dada la estrechez de esta puerta, el paso de misterio fue tomando la calle. Ya en pie, las vibrantes cornetas de la banda de la Coronación de Espinas elevaron la primera de las marchas al Señor del Perdón, que caminaba en un paso exornado con distintas variedades florales en tonos malvas y morados. Poco tiempo después, el palio de la Virgen del Rocío y Lágrimas estaba ya en la calle; sonaba la banda Tubamirum de Cañete de las Torres que interpretaba el himno del centenario de la coronación canónica del Rocío, la patrona de Almonte. Con esta banda sonora cofrade y rociera la Virgen del Rocío y Lágrimas elevaba su hermosura al cielo de Córdoba, en un palio que estrenó la conclusión de los respiraderos. El Perdón, en imágenes / Chencho Martínez Paz El Miércoles Santo acababa de empezar pero prometía que iba a ser una brillante jornada de cofradías. Mientras la Virgen del Rocío y Lágrimas se perdía por el laberinto de calles de la Judería cordobesa, en Capuchinos todo era un hervidero para contemplar a la popular hermandad de la Paz, cuyo misterio acababa ya de hacer su salida desde la nave aledaña al convento de Capuchinos. El dorado paso exornado en tonos rojos, donde se pudieron ver rosas o claveles, salía poco a poco de la plaza de Capuchinos entre una gran expectación. A estas horas de la tarde todo estaba preparado para ver salir a María Santísima de la Paz y Esperanza, cuyo paso de palio estaba ya a punto de volver a estar bajo el cielo de la plaza de Capuchinos. Una vez en la plaza sonaba la marcha Coronación de la Paz y Esperanza en el recuerdo a su coronación canónica y con la que la hermandad quiso presentar este año a la Paloma de Capuchinos, que volvió a lucir en su palio blanco exornado con una gran variedad floral en tonos blancos. Hermandad de La Paz, en imágenes / Manuel Murillo Calvario Y a la par que la Virgen de la Paz salía de Capuchinos entre una petalada de flores, las cornetas de la banda de Jesús Nazareno de El Arahal anunciaban que Jesús del Calvario estaba ya en la plaza de San Lorenzo camino de la Catedral. El Señor del Calvario andaba con su característico caminar sobre su dorado paso exornado con un calvario en clavel rojo. El Señor del Calvario ya avanzaba por la calle Santa María de Gracia mientras las miradas estaban puestas en la puerta del templo donde se vislumbraba el paso de palio de la Virgen del Mayor Dolor entre altas piñas de rosas blancas. Así se puso en la calle a los sones de la banda de Los Ángeles de Granada. El Calvario, en imágenes / Chencho Martínez Piedad El casco histórico estaba repleto de gente para contemplar las cofradías, un público en la calle que sobre las ocho de la tarde se percató de que caían algunas gotas de lluvia, un tímido aguacero que no llegó a más y que también sorprendía a la hermandad de las Palmeras, que avanzaba a muy buen ritmo por Ciudad Jardín trayendo desde su barrio a la imponente talla del Cristo de la Piedad que caminaba en su paso exornado con clavel rojo y estrenando un soldado romano obra de Antonio Bernal. Un Crucificado que cada Miércoles Santo simbólicamente abraza el barrio de las Palmeras y la Catedral cordobesa, a donde un nutrido cortejo de hermanos llegó para hacer estación de penitencia. La Piedad, en imágenes / Francisco Fernández Misericordia Un Miércoles Santo donde la hermandad de la Misericordia volvió a poner su cruz de guía en la calle. Los nazarenos blancos de la cofradía iban tomando las calles del barrio de San Pedro, una estampa en la que parece que se para el tiempo. Este año la hermandad procesionaba por primera vez la reliquia de los Santos Mártires, titulares de la cofradía, bajo un templete dorado creando un efecto plástico que retrotrae a procesiones antiguas. El templete fue llevado por un grupo de acólitos sobre una parihuela con su música de capilla y cuerpo de ayudantes. La Misericordia, en imágenes / Francisco Fernández Poco tiempo después, el dorado paso del Crucificado de San Pedro estaba ya enmarcado en la puerta del templo. El capataz daba las órdenes oportunas para cruzar esta puerta, la banda Caído Fuensanta interpretaba la Marcha Real y a continuación la primera de las composiciones. El Cristo de la Misericordia estaba ya de nuevo en las calles. Mientras el Crucificado iba buscando la calle Juan de Mesa seguían saliendo nazarenos blancos que precedían el paso de palio de la Virgen de las Lágrimas en su Desamparo, que este año celebra el 75 aniversario de su incorporación a la cofradía, motivo por el cual la hermandad bendijo este Miércoles Santo por la mañana un azulejo conmemorativo en la plaza de San Pedro. La hermandad de la Piedad de las Palmeras estrenó un soldado romano obra de Antonio Bernal Una plaza que cruzaba la Virgen en su palio malva y oro exornado con rosas blancas, mientras subían el aire los sones de la banda de música de la Esperanza interpretando la marcha Lagrimas y Desamparo. Ya no había duda de que era Miércoles Santo. Pasión Y la última de las cofradías en ponerse en la calle fue la hermandad de Pasión. La cruz guía de la cofradía avanzaba por el barrio de San Basilio, a la vez que en la puerta del templo estaba el Señor de Pasión que comenzaba su caminar bajo un cielo gris plomo por las calles a los sones de la marcha La saeta interpretada por la banda Santo Tomás de Villanueva. El paso lució con un variado exorno floral en tonos rojos donde se podían ver rosas y tulipanes. La Misericordia procesionó en un templete las reliquias de los Santos Mártires Ya con el Señor camino del Arco de Caballerizas Reales, la Virgen del Amor se disponía a hacer su salida. La Dolorosa lució en su rojo palio exornado con diferentes variedades florales. A los sones de la banda de música de Coria del Río la Virgen del Amor caminaba hacia la Catedral. Para estas horas de la noche todas las cofradías estaban en la calle, algunas de vuelta hacia sus respectivos templos, otras en carrera oficial pero todas henchidas de gozo al poder completar su estación de penitencia en la Catedral a pesar de la amenaza constante de la lluvia. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original