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  • Lali Espósito reveló cuál es el insólito apodo que le puso Pedro Rosemblat: “Con razón, la verdad”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 16/04/2025 22:36

    Lali Espósito reveló el curioso apodo que le dio Pedro Rosemblat, generando repercusión en redes sociales (Video: Perros de la calle, Urbana Play) En un momento espontáneo y lleno de humor, Lali Espósito dejó entrever un costado inesperado de su relación con Pedro Rosemblat, el conductor con quien mantiene un vínculo sentimental desde hace más de un año. Invitada al programa radial Perros de la Calle, la artista sorprendió al contar cómo la llama su pareja en la intimidad y, como era de esperar, el episodio no tardó en generar repercusión. Según relató al aire, y entre carcajadas, Pedro le puso el apodo de “enano faquero”, una expresión que ella misma aceptó con naturalidad y hasta con orgullo. “Perdón, mi amor. Debería consultarle primero, pero quiero decir que él me dice enano faquero. Él me dice, con razón la verdad, enano faquero. Soy re faquera. Cuando me ve venir, me dice: ‘uh, ahí viene el enano faquero’. La paz conmigo no dura, soy discutidora”, relató Lali frente a Andy Kusnetzoff y el resto del equipo del ciclo matutino. Lo que empezó como una confesión espontánea se transformó en uno de los momentos más comentados del programa, con los integrantes del estudio riendo a carcajadas ante la revelación de la cantante. Lejos de incomodarse, Lali expuso con frescura la dinámica cotidiana que mantiene con Rosemblat, basada, según sus palabras, en el intercambio constante, la confianza y el sentido del humor. La relación de Lali y Pedro se caracteriza por el humor y la confianza mutua, según la artista El apodo, inesperado y de tono afectuosamente burlón, resonó en redes sociales con velocidad. Los fans de la pareja no tardaron en reaccionar al fragmento difundido, generando memes, comentarios de apoyo y múltiples interpretaciones del sobrenombre. La etiqueta “enano faquero” (en lunfardo, cuchillero) llegó a circular ampliamente en plataformas como X (ex Twitter) e Instagram, donde tanto Lali como Pedro suelen compartir su vida pública. En una entrevista anterior con Moria Casán, la intérprete había revelado el apodo que ella le puso a su pareja. Con una referencia política que no pasó desapercibida, contó que lo llama “unidad básica”, expresión asociada históricamente a los locales del peronismo. En ese mismo diálogo, Lali reconoció que antes de conocer a Rosemblat se encontraba emocionalmente golpeada: “Sí, estaba jodida”, confesó ante la conductora. Y añadió: “Es ese otro nuevo que viene a aportarte todo eso que te hace despertar algo tan lindo y tan importante que es el amor, pero también es uno”. “Enano faquero”, el insólito sobrenombre que Rosemblat utiliza para referirse a Lali en la intimidad Otro tema que la cantante desarrolló durante la entrevista, fue el de las tensiones que enfrentan las figuras públicas cuando deciden expresarse sobre temas sociales y políticos. Acompañada en la charla por el psicólogo Gabriel Rolón, la cantante reflexionó sobre el impacto que tiene alzar la voz, tanto hacia afuera como hacia adentro, y puso en palabras un conflicto que muchas veces se vive en silencio. Al referirse al costo de manifestar públicamente sus ideas, Lali afirmó que “los silencios también tienen un costo”, y no se limitó a considerar únicamente las consecuencias externas de una declaración. Para ella, el hecho de expresar una posición conlleva un precio, pero el no hacerlo también implica una pérdida en términos de coherencia personal. “¿Vos decís que hay que expresarse o que decir algo o que aportar algo que te parece importante tiene un costo?”, le preguntó Kusnetzoff abiertamente. La respuesta de Lali fue contundente. “Claro y depende de las visiones. Yo creo que no hacerlo también tiene un costo”, señaló con énfasis. La artista apuntó que, en su caso, la incomodidad mayor surge del silencio, no de la palabra. “Para mí es más incómodo no hacerlo”, dijo sin dudar. Lali aseguró que el silencio personal resulta más incómodo que enfrentar críticas externas (Video: Perros de la calle, Urbana Play) En un momento de la charla, el conductor retomó la idea del precio a pagar por expresarse y ella aseguró: “A eso voy. Tiene un costo, tiene un costo”. La reiteración, lejos de ser un error, funcionó como subrayado de una verdad incómoda. Lali coincidió, pero amplió la mirada: “Los silencios. Esto es más romántico, tal vez, pero yo creo que los silencios también tienen un costo. Que al no decir nada, siempre hay una facturita y ni siquiera pública. No todo tiene que ver con el afuera”. Fue en ese punto que Rolón intervino para señalar que esa factura puede llegar de uno mismo. “Vos, con vos”, acotó Andy. “Factura contigo misma”, replicó Lali, dando cuenta de la dimensión íntima de esa incomodidad. El testimonio cobró densidad cuando Lali explicó que su necesidad de hablar surge de la conciencia de pertenecer a una comunidad. “O sea, en lo personal me pasa que para mí es más choto no expresar algo que yo sé que repercute en la gente de la que soy parte. Yo no vivo en una nube de pe...”, expresó con crudeza, para luego agregar que incluso cuando no coincide con ciertas personas, las escucha e incorpora otras realidades: “Aprendo de aquel que no piense igual que yo”. La intérprete resaltó cómo aprende del diálogo incluso con quienes no comparten sus opiniones (EFE/ Álvaro Cabrera) En su intervención, la artista puntualizó que su empatía con determinados colectivos es lo que la impulsa a tomar posición. “Tengo que compartir humanidad con esa persona”, dijo, y luego fue más específica: “Sé cómo repercuten las cosas en mis amigos, en mis amigos putos, si nos queremos poner como más puntual”. En esas palabras se condensó una postura que excede la opinión personal y que se vincula con una ética del cuidado, del reconocimiento de los otros, y de cómo ciertas declaraciones —o su ausencia— pueden tener efectos reales en la vida de quienes integran grupos históricamente vulnerados. Lali no evitó admitir que, tras expresarse, suele recibir respuestas hostiles. “Después me va a venir algo que no es agradable”, admitió, aunque dejó en claro que ese costo resulta menor frente al daño que, en su perspectiva, podría generar el silencio. En un medio donde las declaraciones de los artistas son rápidamente amplificadas, interpretadas o tergiversadas, sus palabras marcaron una toma de posición clara, una defensa de la expresión pública como acto ético y político.

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