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  • ¿Quién paga por las ciudades que sostienen el comercio digital? – DiarioVictoria.com.ar

    Victoria » Diario Victoria

    Fecha: 15/04/2025 19:32

    A pesar de operar en todo el país, Mercado Libre no tributa en muchas ciudades donde utiliza infraestructura urbana para distribuir productos. En Victoria, Entre Ríos, ya existen antecedentes legales para exigir una tasa municipal. Mercado Libre ha revolucionado el comercio electrónico en América Latina, pero también ha dejado al descubierto una brecha en los sistemas fiscales municipales: opera y lucra en cientos de ciudades donde no paga un solo tributo local. En Victoria, Entre Ríos, la plataforma utiliza comercios asociados como puntos Pickit para entregar y recibir paquetes. Estos lugares —librerías, kioscos, pinturerías— son piezas claves en su red logística, y permiten que Mercado Libre concrete operaciones en la ciudad sin contar con oficinas ni depósitos propios. Sin embargo, mientras la empresa multinacional circula y distribuye por calles, veredas y barrios de Victoria, no realiza ningún aporte a la ciudad que sostiene físicamente su funcionamiento. Esto contrasta con lo que ocurre con los vendedores ambulantes locales, quienes deben pagar tasas municipales por utilizar el espacio público, de acuerdo con ordenanzas vigentes desde 1987. El antecedente más directo es el caso de John Deere, cuando en 2006 la Comisión Arbitral del Convenio Multilateral falló a favor del municipio de Victoria, permitiéndole cobrar una tasa a la empresa por tener un concesionario que vendía sus productos en la ciudad. La resolución sentó un principio clave: no es necesario tener una sede física para estar obligado a tributar si hay actividad económica con “sustento territorial”. Ese mismo criterio podría aplicarse hoy a Mercado Libre, que claramente realiza actividades comerciales en Victoria mediante terceros, utilizando recursos urbanos, calles, y servicios públicos. La desigualdad es evidente: los trabajadores más vulnerables son regulados y gravados, mientras empresas multimillonarias operan sin rendir cuentas a los gobiernos locales. Este vacío normativo plantea un desafío urgente: repensar la fiscalidad en tiempos de economía digital. Si hay presencia económica, debe haber tributo. Si se usa el espacio urbano, debe haber una contraprestación justa. En ese sentido, Victoria podría convertirse en un caso testigo si avanza en la creación de una ordenanza que obligue a las plataformas digitales a tributar por su actividad logística local. No se trata solo de recaudar, sino de establecer un nuevo equilibrio entre innovación y justicia fiscal urbana.

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