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  • Netanyahu rompe el tabú en Israel y se acerca a la ultraderecha de España, Francia o Suecia: “Comparten chivo expiatorio”

    » Diario Cordoba

    Fecha: 13/04/2025 18:51

    En determinadas circunstancias, los viejos enemigos se convierten en aliados. Si Ronald Reagan levantara la cabeza, el presidente bajo cuyo mandato se acabó la Unión Soviética vería al actual, Donald Trump, alineado con un ex miembro de la KGB, el presidente ruso Vladímir Putin. Si la levantaran David Ben Gurion o Golda Meir, fundadores del Estado de Israel, contemplarían al actual primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cortejando a partidos que hace no tantos años eran de corte antisemita o fundados por ex-nazis. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa'ar, ordenó hace unas semanas a sus embajadas de Madrid, París y Estocolmo que abran conversaciones directas con Vox, Reagrupamiento Nacional y Demócratas de Suecia, según el periodista israelí Barak Ravid. Es un movimiento rompe con un tabú histórico en Israel, que hasta ahora boicoteaba a los partidos de derecha radical por su pasado antisemita o el de algunos de sus miembros. El movimiento tiene su origen en el anterior responsable de la diplomacia israelí, Israel Katz, que mandó realizar hace unos meses un estudio sobre el grado de antisemitismo remanente en los partidos de ultraderecha europeos. En él se concluye que la posición de esos partidos hacia la comunidad judía ha cambiado y que han renunciado a su pasado nazi, según una fuente del ministerio de Exteriores israelí al citado periodista. No se habría levantado todavía el veto, sin embargo, a otros como Alternativa por Alemania o el Partido de la Libertad de Austria. La Embajada de Israel en España ha declinado realizar comentarios al respecto, a preguntas de El Periódico. El ministro Sa'ar declaró en una reunión con líderes judíos en Bélgica que “los tiempos han cambiado” y que “no ve motivo para no tratar con esos partidos” tras revisar su actitud hacia el holocausto y el antisemitismo, según el diario hebreo Ynet. “Netanyahu no es la persona más apreciada ahora mismo en las cancillerías europeas. Por eso está buscando potenciales socios alternativos y haciendo diplomacia pública con partidos con los que comparte visión del mundo”, analiza para El Periódico Héctor Sánchez Margalef, investigador del centro de pensamiento CIDOB. “¿Por qué un partido judío se acerca a partidos con pasado antisemita? La respuesta es que la extrema derecha europea ha cambiado de chivo expiatorio: ya no es el judío, sino el musulmán. Comparten cierta narrativa de que son la última línea defensiva de Occidente”. Origen antisemita, distanciamiento posterior Reagrupamiento Nacional, el partido favorito en las encuestas para las presidenciales francesas, fue creado en 1972 por Jean Marine Le Pen, político antisemita y negacionista del holocausto. Su hija, Marine Le Pen, lo reconfiguró y comenzó un proceso de “des-demonización” para hacerlo mayoritario. En 2018 le cambió el nombre desde Frente Nacional al actual, para renovar la marca y eliminar el tufo reaccionario en un país aún atormentado por el colaboracionismo francés con Adolf Hitler. Vox, por su parte, tiene al frente de su sindicato Solidaridad al político Jordi de la Fuente, que estuvo al frente del partido antisemita Movimiento Social Republicano, disuelto en 2018. El partido asegura que aquello fue “en la prehistoria” y que el político ha cambiado de pensamiento. Parte de los miembros de Vox tienen pasado ideológico en el franquismo y el falangismo, ideologías de corte antisemita. Desde los ataques de Hamás del 7 de octubre contra Israel y durante toda la guerra de destrucción en Gaza, sin embargo, Vox ha apoyado al Gobierno de Benjamín Netanyahu, por ejemplo en las resoluciones del Parlamento Europeo. Abascal se reunió con el primer ministro israelí en Jerusalén el pasado mes de mayo y le prometió revertir el reconocimiento de Pedro Sánchez del Estado de Palestina. El partido de Netanyahu, el Likud, fue admitido el pasado mes de febrero en Patriots, la plataforma de partidos de ultraderecha presidida por Santiago Abascal, como socio observador. En Patriots está también el Partido de la Libertad de Austria, un partido fundado por un miembro de las SS nazis; Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen, la Liga de Matteo Salvini o la Unión Cívica Húngara de Víktor Orbán. Críticas de la comunidad judía Parte de la comunidad judía e israelí ha protestado por estos acercamientos. “Estás ayudando a nuestros enemigos al unir fuerzas con la extrema derecha, y dando armas a los más críticos con Israel. Es una puñalada por la espalda”, dijo a Netanyahu en el Parlamento israelí Ariel Muzicant, presidente del Congreso Europeo de Judíos. “Israel está ayudando a la extrema derecha europea a tomar el poder. Al eliminar la etiqueta de antisemita a la extrema derecha, el Estado judío les ayuda a ganar votos de la derecha moderada”, ha escrito en Haaretz el analista israelí Eitay Mack. “Israel ha roto el último tabú: cómo el partido de Netanyahu está abrazando a los extremistas de derecha europeos. El partido de Netanyahu está impulsando su alianza con los nacionalistas de extrema derecha europeos, a pesar de los lazos antisemitas y neonazis. La conferencia, repleta de políticos de extrema derecha, cementa un pacto antes impensable. El Likud forma ya parte de la derecha iliberal y populista”, escribe David Issacharoff, también en el Haaretz. Orbán, refugio de Netanyahu en Europa A las pocas semanas de los ataques de Hamás contra Israel, en los que perdieron la vida alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y otras 250 fueron secuestradas, los principales líderes europeos viajaron a Israel para mostrar su apoyo al país. Defendían el “derecho a la defensa” que ya había comenzado a ejercer Netanyahu. Pero, con el paso del tiempo, la guerra de Gaza acumuló tal nivel de destrucción y matanzas de civiles que las cancillerías europeas comenzaron a distanciarse del líder israelí y su gobierno, formado por ultraderechistas y ultranacionalistas. En España, el Partido Popular se ha ido reposicionando hasta llegar a una crítica a los excesos de la ofensiva israelí en Gaza, que ha calificado en el Congreso de “contraria al derecho internacional”, al tiempo que se opone a los planes de deportación de palestinos o los obstáculos a la entrada de agua y comida en la Franja. Los bombardeos israelíes han destruído casi por completo Gaza, y han acabado con más de 50.000 personas, en su mayoría niños y mujeres. La decisión de la Corte Penal Internacional de emitir una orden de arresto por presuntos crímenes de guerra contra Netanyahu ha aumentado el distanciamiento. El líder francés, Emmanuel Macron, ha anunciado que estudia el reconocimiento de Palestina como Estado. Netanyahu ha encontrado un refugio en medio de este panorama europeo en el ultraderechista húngaro Víktor Orbán. El pasado 3 de abril, el primer ministro anunció que Hungría se retiraba del Estatuto de Roma, el acuerdo internacional que sustenta la Corte Penal Internacional. Lo hizo al tiempo que recibía con honores en Budapest a Netanyahu, ignorando la obligación legal de detenerlo tras la petición de la corte de La Haya. Orbán había invitado a Netanyahu a visitarlo inmediatamente después de que, el pasado mes de noviembre, emitiera la orden de detención por los delitos más graves: los de lesa humanidad y crímenes de guerra como el uso de hambre como arma de guerra, entre otros. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, junto a su homólogo israelí Benjamin Netanyahu en Budapest / Europa Press/Contacto/Attila Volgyi Israel y Hungría, dijo Netanyahu durante la visita, están en una batalla común “por el futuro de nuestra civilización común, judeo-cristiana y occidental como la conocemos, ante el asalto del islam radical”. Conferencia sobre antisemitismo A finales de marzo, el candidato a primer ministro y posible presidenciable del partido francés Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, salió al escenario de la conferencia sobre antisemitismo organizada en Jerusalén por el derechista Amichai Chikli, ministro para la Diáspora. También acudió Marion Maréchal, nieta del fundador del partido, Jean-Marie Le Pen. La invitación fue fuertemente criticada por medios y figuras prominentes judías. Boicotearon la conferencia el filósofo francés Bernard-Henri Lévy, el comisario alemán de Antisemitismo Felix Klein, el director general de la Liga Antidifamación Jonathan Greenblatt, y el Gran Rabino Pinchas Goldschmidt, presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos, según Euronews. El asunto es especialmente relevante porque la comunidad judía francesa es la mayor de toda Europa. Al darle su bendición política, el gobierno israelí les favorece electoralmente. El pasado lunes, Netanyahu visitó por segunda vez a Donald Trump en la Casa Blanca. Ambos hablaron de nuevo de la limpieza étnica de Gaza, que definieron eufemísticamente como “emigración voluntaria” de los palestinos a otros países. El apoyo de Estados Unidos a Israel es una cuestión de Estado, que han apoyado tanto líderes demócratas como Joe Biden como el propio Trump. Sin embargo, la sintonía personal de Netanyahu con el republicano es manifiesta, mientras que con Biden era renuente y con Barack Obama rozaba el enfrentamiento personal. El líder israelí se siente cómodo con los políticos de corte más iliberal. Y, en ese espíritu, ha mandado romper con el tradicional cordón sanitario israelí y acercarse a los ultraderechistas del mundo.

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