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» El Ciudadano
Fecha: 11/04/2025 11:35
Por Candela Ramírez Este domingo 13 de abril, la militante del Movimiento Evita Majo Poncino compite en las Paso de algunos sectores del peronismo con Ciudad Futura para el Concejo. Histórica referente del Frente de Mujeres del Evita, cuestiona duro la gestión municipal y considera que hay «un total alineamiento entre Nación, provincia y Municipalidad». Es la segunda campaña política que hace; la primera fue en 2017 acompañando a Fernando “Chino” Rosúa en su intento de ingresar al Concejo. Ahora forma parte de la alianza Rosario Sin Miedo que encabeza Juan Monteverde, referente de Ciudad Futura, y de la también forma parte el sector de los ex rossistas de Comunidad. —¿Cómo viene la campaña? —Tengo tres sensaciones, tres variables por estar caminando y charlando porque es una campaña muy militante, del casa por casa, el vecino por vecino. Por un lado, veo un desconocimiento. Vamos de cara a un proceso eleccionario este domingo en que la gente no sabe que existen las elecciones. Creo que el gobernador se ha encargado de bajar y planchar el nivel de participación de la ciudad de cara a las elecciones. Dos, hay muy buena adhesión con Juan (Monteverde), hay muy buen reconocimiento de lo que representa y lo que expresa la alianza política, la alternativa política. Muchos tienen el recuerdo de que estuvimos ahí de ganar la intendencia del 2023. Y en tercer lugar, al no saber que hay elecciones, ¿quiénes son los candidatos? Cuando les mostrás a Juan, el volante de Juan o decís «Mirá, te venimos a compartir la propuesta de Rosario Sin Miedo, Más para Santa Fe” y lo nombrás a Juan, a Norma, a Tony y los conocen. Este momento de elecciones es un momento difícil, muy complejo a nivel nacional y a nivel provincial. Está lo que sucede los miércoles con la marcha de los jubilados y también lo que sucede este jueves con el paro general. Estas elecciones son también la posibilidad compartir que algo diferente estamos haciendo, hace bastante tiempo, pero sobre todo que hoy tenemos otra propuesta que recoge los reclamos de la gente y al mismo tiempo las materializa en ideas más concretas. El alineamiento político está más que claro a nivel provincial, municipal y nacional. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) —¿Cuáles son los mayores problemas que ves en Rosario? —El problema es integral, hay un abandono que tiene la ciudad en términos de trabajo, seguridad, salud, educación es general, es transversal. La ciudad hoy está atravesando un punto de inflexión muy complejo de abandono, de descuido, de poca cercanía del Estado para poder resolver el problema que tiene la gente. Podemos poner como ejemplo el tema del transporte que es un punto nodal, debería conectar toda la ciudad y hoy está siendo un grave problema. No solamente por el costo sino también porque no tener un transporte de cercanía o un colectivo de cercanía, que también te genera inseguridad. Las cuestiones más estructurales de los barrios tienen que ver con esto. Hay agua estancada hace un montón de tiempo. Son problemas que hasta parecen consignas, pero en realidad es algo que vive permanentemente la gente. Por ejemplo, no tienen donde filtrar el agua en su barrio. Lo podemos ver en relación al cambio climático: caen dos gotas y nuestra ciudad se inunda. La deficiencia en la calidad de obras se ve. O la diferencia entre un pavimento y un asfalto. Volvemos a arreglar calle Maipú que ya hasta parece un meme, pero la realidad concreta es ¿cómo se definen las prioridades, los problemas que tiene nuestra ciudad? Esto no se resuelve únicamente con tener un policía en la puerta de cada uno de los vecinos y las vecinas, que es una mirada más punitivista que nosotros no compartimos. El abandono se viene transitando, porque es una gestión que gobierna hace más de 30 años. Los conocemos a Javkin, Fein y el resto de los que fueron intendentes, ¿dónde pusieron el foco en su planificación de cómo pensar la ciudad? Históricamente se ha construido un relato, una creencia alrededor de eso, de que tenemos determinados límites o fronteras en prioridades. La prioridad es el centro porque es la cara visible de nuestra ciudad para con el país o con el mundo. El espectro de lo que es el macrocentro ya se amplió y dejó de ser 27 de Febrero, Oroño y el río. Ya podemos hablar de Segui, Ovidio Lagos y el río. Yendo al macrocentro podemos ver la basura, la iluminación, el asfalto, el transporte. Hay una política de vender espejitos de colores. El bloqueo mediático también colabora un poco en esto de vender grandes publicidades, pero la realidad con la que transitamos todos los días es otra. Sin ir más lejos, las veredas. —¿Con qué crees que se venden espejitos de colores? —Con que el problema de tener una ciudad más habitable, más vivible, tiene que ver con una medida de seguridad donde la resolución a todos nuestros problemas sea con la policía. De generar miedo desde ese lugar y no con voluntad política. La respuesta a los problemas que tiene hoy nuestro pueblo, nuestra ciudad, no tiene que ver con generar más miedo o con poner más policías en la calle, «convoquemos los tanques del Ministerio de Seguridad de la Nación, Gendarmería Nacional». Eso es una construcción a un problema concreto que tiene que ver con el narcotráfico. Pero esas policías, ese dispositivo y medidas de seguridad no van a resolver que el vecino, la vecina pueda llegar a pagar el transporte a 2500 pesos. O que no se le inunde el barrio. O que creamos que tener un policía en la puerta de la casa resuelve que los pibes y las pibas estén en la calle, no lo resuelve que tenga la policía en la puerta de su casa. Pensar una ciudad más vivible tiene que ver con resoluciones más integrales a esos problemas que son más complejos. Tener una asistencia digna en un centro de salud municipal no lo va a resolver la policía. Creo que se polarizan determinadas discusiones en torno a cómo pensamos resolver esos problemas. Que hoy se acerque una mamá, un papá, una familia al centro de salud por X problema no lo va a resolver la policía. Entonces, hasta tiene que ver con el sentido común. Los espejitos de colores son «tenemos las mejores medidas de seguridad». Bullrich así lo vende, de hecho vino hace un par de días a capacitar a la Gendarmería Nacional para que implemente la ley antimafia. Es fácil pensar que las medidas punitivistas resuelven todos los problemas estructurales. Esa es para mí la gran publicidad que hace el gobierno. Hace mucho tiempo, lamentablemente, fueron construyendo ese relato, esa creencia de que nuestros problemas para vivir bien o dignamente tiene que ver únicamente con una medida de seguridad. —Y desde el Concejo, ¿qué se puede hacer o qué propuestas hay desde tu espacio para poder abordar esos problemas? —Lo legislativo tiene un rol de aportar herramientas para prevenir y también herramientas que ofrezcan oportunidades o posibilidades. En relación a lo anterior creo que va con todo un debate que se da con la baja de edad de imputabilidad, que es un debate que hoy está vigente en el Congreso. Si no me equivoco va a ser uno de los grandes debates del Congreso nacional. Por ejemplo, ¿cómo pensamos esta ciudad para los jóvenes? Para que no sean soldaditos, para que vayan a la escuela. ¿Cómo colaboramos o aportamos estrategias o invertimos en mayor presupuesto social para tener más posibilidades para esos jóvenes? Que la alternativa en la salida a pensar un proyecto de vida no sea ganar un ingreso, un salario o como quieran llamarle por colaborar o trabajar para una banda narcocriminal. Que esos pibes y pibas estén incluidos en los deportes, en la educación. Que desde el Concejo se aporten herramientas para la prevención, la sensibilización y la concientización porque entendemos que también lo ejecutivo aporta a ejecutar esas medidas que pongan a discutir con la provincia. En torno a lo que puede suceder con el paro y la educación: si nosotros invirtiéramos más en educación y que la discusión se corra de los docentes o no, de si toman medidas de fuerza o no, sino que a partir de ese debate de las condiciones laborales de los docentes también mejoren. Porque a los docentes hoy los tienen disciplinados, condicionados, con mucha violencia. Genera mucha violencia decir «si ustedes paran, les descuento». Juegan con el bolsillo de la gente, con quienes están dando clases. No solamente es mejorar la calidad laboral de esos docentes que ponen el cuerpo todos los días para brindar una mejor educación sino que al mismo tiempo a partir de las escuelas les generes la oportunidad a los pibes. Hay estudios que indican que cuanto más presupuesto se destina a la educación, la posibilidad de erradicar situaciones de violencia urbana desde los jóvenes y para con los jóvenes es una posible herramienta. De todas las aristas podemos compartir, proponer, gestionar y acompañar debates que no queden únicamente en cuestiones de seguridad que hoy es la bandera de Pullaro y de Javkin. Hace un par de días Javkin declaró «Si pierde Pullaro, ganan los narcos». Ese es el nivel de sometimiento que pretenden gestionar para una ciudad como la nuestra, siendo la segunda o la tercera en el país, donde fuimos pantalla durante mucho tiempo de los niveles de violencia con los que vivimos. El rol legislativo, el concejo municipal, tiene tiene oportunidad de poder proponer. —¿Hay algunas propuestas concretas? —Desde mi militancia, por un lado hay que pensar en una ciudad mucho más integral. No podemos pensar en una ciudad sectorizada y decir, «Bueno, resolvemos esto y después vemos esto y después vemos esto otro». Porque tiene que ver con una cuestión de accesibilidad, de seguridad, de reconocimiento, de planificación. Hoy la ciudad se trabaja en función de una demanda y terminan siendo políticas de parche. Eso implica también, como militante feminista, pensar qué ciudad queremos para que las mujeres y las diversidades también circulen con accesibilidad y tengan perspectiva. Pienso como primer punto que un sistema de cuidados hace a la seguridad, al trabajo, al mercado, a lo productivo, al tiempo. ¿Y qué quiero decir con esto? Que cuando discutimos un sistema de cuidados no solamente estamos hablando del cuidado de las infancias, porque es lo primero que nos remite la idea de cuidado, sino que hablamos de cuidados desde el momento en que alguien tiene una triple o cuarta jornada de trabajo por la precarización y la deserción laboral que con la cual vivimos, al momento en que me tengo que trasladar para en el caso que tenga hijos o hijas poder trasladarlos hacia el colegio, de poder pensar cuánta cantidad de horas destino para el trabajo. Esto hace también a un sistema de cuidados porque soy quien después abono a un circuito productivo de que otra trabajadora cuide. Hablo siempre de familias. La posibilidad de proyectar desde un sistema de cuidado herramientas educativas o de la salud. Pensar la integralidad de un sistema de cuidados nos permita trabajar con lo geográfico y la seguridad. Tener un colectivo que me deje a cuatro o cinco cuadras de mi casa porque recortaron las líneas o porque tiene una frecuencia muy baja, hace a la seguridad con la cual hoy vivimos con mayores índices de violencia. Y no solamente violencia por motivos de género, como lo que estamos viviendo ahora que cada día tenemos un femicidio y ni hablar todos los que no nos enteramos porque están caratulados homicidio y no como femicidio. Hablo de la violencia urbana en general y hay que pensarlo también geográficamente: el transporte, la seguridad, la accesibilidad que tengo a un centro de salud y cómo me asisten, lo mismo en las escuelas. Hoy hay un problema gigante. Las competencias del Concejo Municipal son limitadas, pero creo que no son imposibles para generar esos debates y decir ¿cómo pensamos esta ciudad? Quienes venimos de la militancia territorial vemos, por ejemplo, el funcionamiento de los distritos: hace mucho tiempo el ejecutivo planteó una modificación en su administración pública, la delegación de diferentes distritos. Pero hay distritos que cuando un vecino hace un reclamo y se acerca al área que tiene más cercana a su domicilio, le toman el reclamo y queda ahí. No hay una intervención directa o queda en un circuito burocrático que queda estancado. ¿Cómo pensamos que todas esas cuestiones que parecen tan sencillas y que quedan en reclamos en los distintos distritos puedan ser gestionados realmente? Tiene que ver con una falta de voluntad política, por eso arrancaba diciendo que hay un abandono. —En relación a esta alianza que cristalizaron hace dos años ya, Rosario Sin Miedo, desde algunos sectores del peronismo se cuestiona que el primer candidato no venga de una tradición peronista, ¿qué pensás y cómo viene ese trabajo? —Yo, la verdad, estoy re contenta con la propuesta. Lo venimos haciendo desde el 2023. Creo que hemos acertado en la lectura política del momento. Como militante de una organización política y social como es el Movimiento Evita, venimos discutiendo que hay otra forma de hacer política. Y aún así tiene que ver con este poder popular, poder social, de mayor participación de nuestros compañeros y compañeras. Lo hacemos a diario, no es novedad para nadie, pero esta alianza nos permitió ampliar esa mirada de decir esto viene de afuera hacia adentro, de abajo hacia arriba. Porque no hay posibilidad de solución o de generar una propuesta política sin quienes la sostienen todos los días: el desarrollo territorial, la organización en el barrio. Esta alianza política expresa la militancia, la organización, el poder popular. Rosario Sin Miedo es expresión de no tenerle miedo a la posibilidad de construir poder popular. Al mismo tiempo, que el miedo no es una respuesta posible a los problemas de nuestra ciudad. Sino que hace a la valentía, a la creatividad, a materializar esas ideas por más que no seas gestión, a poder pensar que se puede desarrollar otro tipo de estrategias en el territorio. Venimos apostando a eso. Para quiénes hoy critican este tipo de alianza, creo que no estamos pudiendo identificar bien al enemigo que es quien nos gobierna a nivel nacional y que avanza sobre un proyecto que planifica miseria todos los días. En estos tiempos donde tenemos una crisis de representación, una crisis en la política, una crisis económica, debemos trabajar y debatir mucho más de quién tenemos enfrente y no que nuestro compañero sea nuestro enemigo. El enemigo es el que está enfrente y es el que nos quiere llevar a la entrega, saqueo, miseria.
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