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  • “Es un momento de retroceso de las políticas públicas, pero no de los feminismos”

    » Elterritorio

    Fecha: 11/04/2025 09:05

    A sus 84 años, Dora Barrancos sigue siendo una voz imprescindible del pensamiento crítico y feminista en Argentina. De visita en Misiones para brindar un seminario y recibir un merecido Doctorado Honoris Causa de la Unam, la socióloga y referente histórica reflexiona sobre los desafíos actuales del feminismo en el contexto latinoamericano, el avance de las derechas y la necesidad urgente de sostener la memoria y la resistencia jueves 10 de abril de 2025 | 17:27hs. Al llegar a Misiones, Dora se llevó la grata sorpresa de que será reconocida por la Unam. // Foto: Joaquín Galiano Dora Barrancos puede ser descripta por los alcances académicos de su vida, porque en ellos se enumeran sus tareas desde la sociología, la historia, la política argentina, su lucha y aportes desde la línea de los feminismos. Personalmente es una mujer que con sus 84 años bien llevados recorre el país dando seminarios, charlas y conferencias, conversa amablemente con quien se le acerca a saludarla y así llegó a la tierra colorada para brindar un seminario sobre Feminismos en América Latina en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) que se desarrolla hoy y mañana. Aunque también dará apertura a la jornada por el décimo aniversario del Instituto de Estudios Sociales y Humanos (IESyH), del que fue piedra fundamental. Además se llevó la grata sorpresa de que recibirá el título de Doctora Honoris Causa de la casa de altos estudios, esto será mañana a las 18 en el SUM del edificio Juan Figueredo. Previo a esas actividades charló con El Territorio, bastón en mano para apoyar su andar, “el” pañuelo verde atado a uno de los lados de su cartera y la sonrisa intacta de las insurgentes. ¿De dónde viene esta vitalidad?, le preguntó este medio al final de la entrevista, pero bien podría haber sido formulada al inicio. “Tengo que agradecer a mi constitución lo energético, porque ya estoy con 84 años, entonces lo más decente que puedo hacer es mantener el principio de una circunstancia optimista, pero no es un optimismo naíf, sino el de la voluntad. Quiere decir, muy gramsciano el término, que me empeñaré hasta lo imposible y si no se consigue, es que no he hecho lo imposible para transformar esta durísima realidad”, contestó. A lo largo de su carrera fue Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Profesora Consultora en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Dirigió varios proyectos de investigación centrados en género y derechos, además escribió diversos libros acerca de estas temáticas. El eje que que la trae hoy en este seminario sobre feminismos ¿Por qué sigue siendo importante hoy pensar los feminismos tanto de Argentina como de América latina? Se ha tornado de enorme calibre volver a repensar la historia de nuestros feminismos. Siempre han habido varias comunidades feministas, a veces bien articuladas, a veces no tanto; ha habido puntos de vista disidentes, pensando en el aspecto más internacional de los feminismos que fue la posición frente a la Primera Guerra Mundial, fue algo que dividió aguas en el feminismo. En este momento tiene una centralidad porque el feminismo ha entrado dentro de las adversidades programáticas de las extremas derechas. Sólo imaginar que parte central de la batalla cultural que dicen estar empeñados en sostener tiene como foco a las feministas, los feminismos y nuestras perspectivas abiertas con relación a todas las formulaciones teóricas y políticas que abrazan a la diversidad sexual genérica. Se volvieron a poner en tela de juicio todas esas cuestiones que eran conquistas ganadas y legitimadas… Es una tentativa de arrollar las conquistas que hemos logrado, de arrollar el pensamiento de los feminismos, de arrollar la propia condición humana insurgente, por así decirlo, en torno de cuestiones que hacen a el zócalo mismo de los derechos humanos. Por lo tanto, tiene una importancia estratégica volver a retomar la historia porque estoy segura de que si la historia no da lecciones permite que haya una cierta conmemoración respecto de los acontecimientos que nos atrevimos a construir, como por ejemplo, la lucha por el aborto. Creo que esa rememoración de la historia de los feminismos es oportuna porque esa historia se debe tramitar en orden, justamente, de las circunstancias del presente. Hay un dictatum histórico que es formidable, lo sostienen muchas escuelas historiográficas y es que el verdadero tiempo de la historia es el presente. Porque vamos a indagar al pasado con las preguntas que nos formulamos hoy, que no son anacrónicas porque tiene que haber una consistencia de contextualización de los acontecimientos de la historia. Pero los interrogantes se formulan desde acuciantes cuestiones del presente. Ese es el motor que nos lleva a preguntarnos cómo era el patriarcado en el régimen romano ¿Cómo era el patriarcado de hace unos 70 años en Argentina? ¿Cambió algo o no cambió? Necesitamos la conquista de la equidad. Es una tendencia mundial que se corrió hacia la derecha en la que convergen presidentes como Trump y Milei... Lo que hay es una plataforma de derechas en la que abrevan todos estos individuos. Esa plataforma de derecha en realidad ya se confunde con el fascismo, con una revitalización poco esperada, tal vez, de formulaciones fascistas. Es cierto que el fascismo en su originalidad no puede ser replicado, pero cuando decimos que estas gobernanzas son neofascistas, decimos que caminan exactamente en el sentido contrario de la fe que proclaman. No son liberales. Luego, lo que queremos decir es que transitan un camino gravísimo hacia fuera del Estado de derecho con prácticas autoritarias y con dispositivos autoritarios como es, por ejemplo, la represión constante de todos los miércoles a los jubilados. Esto no constituye otra amalgama que la de un autoritarismo ínsito en la forma y la despiadada inadmisibilidad que tiene el señor presidente (Milei) para que se piense de modo contrario a él. Él hace inadmisible esto. ¿Y cómo ve a Argentina en esta batalla cultural que se está librando? Menos mal, tenemos que decir, que todavía las ideas de Milei no consiguen empadrar a todos. Creo que ganó por una serie de cuestiones que no vamos a analizar acá y que de alguna manera se inscribe dentro de este movimiento planetario de derechas, pero tengo la íntima convicción de que no sólo los feminismos, las feministas, las disidencias están planteando una verdadera batalla que es resistir, pero insistir en que vamos por muchísimo más. Esto es apenas un momento de retroceso de las políticas públicas, pero no de retroceso de los feminismos. Son cosas diferentes, sobre todo porque menos mal que esta desventura nos toca exactamente cuando los feminismos en Argentina, se coloreaban de tal manera que hasta tenemos por primera vez feminismos de masa con los feminismos populares, con los feminismos que entrañan nuestras comunidades originarias, que entrañan también muchísima gente que no se podrían caratular de entrada como feminista. Siempre digo lo mismo, a mí la carátula de feminista me tiene muy sin cuidado, lo que me importa es la insurgencia, la subjetividad femenina insurgente que no quiere más ser vasalla y que resiste todas las tremendas fuerzas para seguir sometiéndola. ¿Tiene usted contacto, relación con las juventudes? ¿Cómo los ve en esta encrucijada, en este tiempo de la Argentina? Los veo con enorme optimismo, más allá de algunos trastabilleos que ha habido, pero es inútil decir que Milei vino por la juventud argentina. Hay una parte de la juventud a la que tenemos que tener una consideración particular, no le podemos pedir las mismas obligaciones que a la gente adulta. Es imposible ser futurista, pero dadas las cosas que suceden, ¿cree que el presidente pueda llegar a ganar otra elección? No, no podría, yo creo. Además están muy cerca algunas cuestiones que tienen que ver con los modos de actuación, no solo de nuestra Justicia que siempre es muy débil para estos circunstantes, sino las justicias internacionales respecto a lo que pasó con el Libra. La causa de Estados Unidos es una causa que lleva adelante un exfiscal y está muy comprometida la situación de Milei y de su hermana; en España también. De modo que lo aproxima a una inexorable caída de imagen y de perspectivas. Debo celebrar las dos fortalezas readquiridas por el Congreso de la Nación, una fue la sesión de del Senado rechazando los pliegos, notable, un momento republicano que hay que celebrar, y la última sesión de Diputados cuando se consiguió quórum, a pesar de todas las maniobras y operaciones habidas, y se conquistó con una muy buena mayoría la comisión investigadora. Es completamente riesgosa entonces la situación institucional y jurídica. Soy subscriptora de varios proyectos de juicio político al presidente, todos están todavía ahí, aguardando. El último al que he suscripto es frente a los dichos con relación a Malvinas. Es autoimpugnarse respecto a las responsabilidades de abandonar las luchas históricas, los compromisos históricos que tenemos en relación a la soberanía sobre las islas Malvinas. Se le termina la última línea del guión, de que la casta era corrupta y resulta que la casta es él. Además la corrupción es tremendamente insolente en sus modos poco sofisticados y tiene un sujeto muy emprendedor en la Argentina, que se llama Javier Milei. ¿Hacia dónde vamos con el desfinanciamiento, que no es algo nuevo, de la ciencia y la educación? Estamos en una situación gravísima, ya lo sabemos. Acabamos de saber que hay 1.500.000 de dólares menos de asignaciones para la investigación científica y tecnológica en el país y hay una parte de esto que está comprometida con las universidades. Forma parte del mal que nos aqueja en este momento aciago, porque, por otra parte, hay que pensar en lo que puede significar para Argentina este nuevo aval del Fondo Monetario que lo vamos a pagar entre todas, todos y todes. Hay un aniquilamiento del propio país. No habrá educación, no habrá salud, no habrá ciencia, no habrá técnica. Pienso que justamente todo esto es lo que hace que la gente repiense y veo muchísima gente que lo votó pensando que efectivamente este extraño ser significaba una ruptura con el pasado político, y no. Durante todo el 2023 dije que la motosierra no es una metáfora y por otra parte es un arma letal. Creo que hay una diáspora enorme hoy de sus votos, lo dicen las encuestas en relación a la caída ya abrupta que va teniendo de lo que serían las adhesiones o simpatías a su propia figura, así que hay que esperar, pero actuando. Tenemos un compromiso y una responsabilidad muy grande en transformar de veras en las próximas elecciones la composición de las cámaras y más adelante en el 2027, un salto cuántico para ver si vuelven a nuestro país los derechos sociales y de género.

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