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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/04/2025 12:38
Jésica A., tras ser detenida por la Policía de la Ciudad Un hombre conoce a una mujer en una fiesta, nada del otro mundo. El lunes 27 de enero pasado, Martín. de 30 años, visitó la discoteca Uniclub en el Abasto, para una noche en Club Severino, una fiesta que suele realizarse los días lunes, con música trap, reggeatón, hip hop. Decidió ir solo, sin amigos. Allí, llamó la atención de una mujer que bailaba en la pista. Ella se acercó, comenzaron a charlar entre el ruido. Decidieron irse cerca de las 6 AM, para seguir en el departamento de Martín, ubicado en la calle Sanabria en Villa Devoto. Hasta aquí, nada fuera de lo normal. Entraron, ella se ofreció a preparar unos tragos. Martín, entusiasmado por su suerte, bebió. Nada fuera de lo normal tampoco. En cuestión de minutos, Martín durmió el sueño las víctimas. Otro ataque de viuda negra comenzaba en Buenos Aires Se levantó a la mañana siguiente, horas más tarde, con una migraña bestial. La chica no estaba. Sus teléfonos y su notebook, tampoco. Intentó abrir la puerta. Para su sorpresa, estaba cerrada desde afuera. Las llaves no estaban en su casa tampoco. Gracias a un vecino, Martín logró llamar a un cerrajero y al 911. Un patrullero de la Comisaría 11B de la Policía de la Ciudad llegó para asistirlo. Así, formuló la denuncia del caso. Martín recordaba su aspecto, una morocha de tez clara de 1,60 de estatura aproximadamente. También, recordaba un nombre: “Jésica”. El material incautado a Jésica La División Robos y Hurtos Sur comenzó una investigación a cargo del Juzgado N°36. Comenzaron a relevar cámaras. La cara de la sospechosa fue captada en cámaras de seguridad. El dato que Martín retuvo en su cabeza fue clave. Gracias a esa pieza de información, los investigadores llegaron poco después a un match. La sospechosa, al parecer, había atacado con su nombre verdadero. Encontraron sus redes sociales. Las tareas de campo hicieron el resto. Así, Jésica Romina A. fue arrestada el 21 de marzo en una pensión de San Telmo, luego de allanar su casa familiar en La Boca. Le encontraron un termo y un bolso matero, un abanico con un marciano impreso y una ollita Essen. No había computadoras o teléfonos que pudieran ser peritados. Luego, fue enviada a una celda de la Policía de la Ciudad. No tiene antecedentes de detenciones previas en la base de datos de la fuerza porteña: este, al parecer, es su primer arresto. Beneficiaria de una asignación familiar del ANSES, su perfil comercial está atravesado por una serie de deudas de larga data a firmas de micropréstamos, rojos considerados irrecuperables que, en conjunto, superan el millón de pesos. El cambio de época para las viudas negras: de Tinder a la disco El caso de Jésica y Martín -un nombre de fantasía empleado en esta nota para proteger a la víctima- parece uno más entre el nuevo auge de las viudas negras, el delito de moda en territorio porteño. No se destaca por el botín o por el daño que sufrió la víctima; apenas dos teléfonos, una computadora y un dolor de cabeza. Sin embargo, es distinto en su mecánica: la acusada tiene 36 años, seis más que su víctima. Las viudas negras, casi siempre, atacan a hombres mucho mayores. Jésica, si es que es culpable, captó a su víctima en vivo. Es parte de una tendencia creciente. Las viudas negras, luego de años de enlazar a sus presas a través de apps de citas y redes sociales como Tinder o Badoo, regresaron a los bares y a las discos. Los videos en Tik Tok de Micaela Garrido, cabo de la Federal, presa por viuda negra Micaela Garrido, cabo de la PFA detenida en enero último por drogar y desvalijar a un hombre, había conocido a su supuesta víctima en un bar de Palermo, en la zona de Plaza Serrano, para luego trasladarse a la casa de su blanco. Hoy, se encuentra detenida en un penal del Servicio Penitenciario Bonaerense. A fines de febrero, la fuerza porteña arrestó a Nicole T., de 24 años, buscada por una fiscalía de La Matanza, acusada de drogar y robarle a un hombre de nacionalidad boliviana, vecino de una villa porteña al que habría conocido en la fiesta Kobak Club, realizada en Liniers. Nicole T. no habría atacado sola. Se cree que abordó a su blanco junto a otras dos mujeres más. En territorio bonaerense, detuvieron a una de sus cómplices, de 21 años. La tercera sospechosa del caso continúa prófuga.
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