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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/04/2025 02:53
El cibercrimen muestra a nivel global, incluida Argentina, un crecimiento acelerado y sostenido Los ciberataques y la exfiltración de datos forman parte de esquemas hostiles que luego derivan en estafas virtuales y fraudes que afectan a la población, cada vez más dependiente de la conectividad. En 2025, el foco está en fortalecer la resiliencia y reducir la exposición al riesgo, promoviendo el concepto de “CONFIANZA CERO”. Seguridad es confianza y ventaja competitiva. Entre 2024 y 2025, el cibercrimen muestra a nivel global, incluida Argentina, un crecimiento acelerado y sostenido. Las amenazas se intensificarán, impulsadas por la IA y enfoques como deep fakes y ransomware dirigido. Proteger infraestructuras críticas y fomentar resiliencia serán prioridades esenciales. Existe la imperiosa necesidad de correlacionar las estrategias de la industria tech con las necesidades de los individuos y la orquestación con los mercados. El sector público es un objetivo clave para los ciberdelincuentes, capaces de paralizar la infraestructura crítica de un país, exponiendo la ciberseguridad deficitaria, el punto más débil de muchos servicios esenciales. Empresas y proveedores deben actualizar rápidamente sus sistemas de detección y defensa. Estados, empresas e instituciones deben fortalecer defensas, actualizar marcos de privacidad, capacitar equipos y responder ágilmente a los riesgos. Las campañas de phishing, malware y ransomware serán totalmente automatizadas. La ingeniería social adoptará estrategias más creativas, usando suplantación de identidad y argumentos creíbles para generar confianza en apps como WhatsApp, Telegram, Instagram, TikTok y Facebook. Los atacantes emplean guiones personalizados sobre pagos, préstamos, deudas o emergencias, a veces con intenciones de extorsión. Estos ataques suelen ocurrir en horarios nocturnos, fines de semana o vacaciones, cuando las víctimas son más vulnerables. Además, los ciberdelincuentes utilizan IA para envenenar datos e inyectar información falsa, generando malware automatizado con plataformas como ChatGPT. Recientemente, la Comisión Federal de Comercio de EEUU (FTC) anuncio que los estadounidenses perdieron un récord de 12.500 millones de dólares por fraude en 2024, un aumento del 25% con respecto al año anterior. Los consumidores informaron que las estafas de inversión generaron las mayores pérdidas, por un total de alrededor de u$s 5.700 millones, con una pérdida promedio de más de u$s 9.000 y superando a todas las demás categorías de fraude. La segunda pérdida más grande reportada estuvo relacionada con estafas de suplantación de identidad. Las personas más jóvenes también informaron haber perdido dinero por fraude con mayor frecuencia que las personas mayores de 70 años, ya que el 44% de todos los informes presentados el año pasado provinieron de consumidores de entre 20 y 29 años. Las estafas de ofertas laborales se han triplicado en los últimos años. Las víctimas perdieron más de u$s 3.000 millones en estafas iniciadas online, superando los u$s 1.900 millones perdidos por métodos más tradicionales como llamadas, mensajes de texto, WhatsApp o correos electrónicos. Por segundo año consecutivo, el correo electrónico fue el medio más reportado de contacto por estafadores. Todos estos datos reflejan solo una fracción del daño real que los estafadores infligieron el año pasado, ya que la gran mayoría de los fraudes nunca se denuncian.
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