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  • Una mirada desde la alcantarilla. A veces las puntas

    Parana » Ahora

    Fecha: 08/04/2025 15:37

    * A veces los tiempos que tendrían que extenderse, se juntan. El jovencito se estrella contra un camión, el acoplado suelta naranjas que otros autos aplastan. La pulpa brilla contra los guardabarros. La mujer tiene que desprenderse del feto, mirar los coágulos en su inodoro, comer ciruelas en la cama, taparse la cara con los puños y responder que todo está bien, que solo sintió que estaba mareada, callar y decidir que es mejor que las cosas queden dentro de ella. Un vacío crece como un árbol entre los pulmones. Los estampados de la camisa se replican en el paisaje que pintó de niña a los seis años. El padre guarda el papel en su escritorio, bajo un vidrio que aplasta tarjetas de comunión, fotos de su madre, el día que recibió una distinción, el recorte del diario con el fallecimiento de su hermano en el accidente. El pensamiento como un fósforo raya el asfalto. La chispa en los momentos de silencio: un motor que arranca, las ruedas que patinan, el bocinazo, la sirena, el choque del metal contra el metal. Fricción y los dientes rechinando como jinetes: la saliva de un hijo en el pecho por primera vez, la mano sosteniendo un huevo tibio, la picazón de los peces en sus talones, la pesca de alguaciles con red entre la hierba, las rodillas extendidas en un salto. Las cáscaras cítricas colgando como rulos sobre la hornalla. Crayones rotos que pintaron un fuego. La brasa de una última fogata entre los pinos. Pulseritas en las muñecas, el tintineo de las cuentas de colores, las articulaciones finitas como ramas, los nombres inscriptos en las etiquetas de los cuadernos. La vida se acerca demasiado a la muerte: un precipicio en el latido contra las costillas, el ramo girando alto contra las luces de la fiesta, el arroz como una lluvia, las manos sostenidas bajo la campera, un bolsillo compartido, el descubrimiento de los caramelos bajo la almohada, los cordones sueltos de la zapatilla y el juego de las orejitas de conejo, el té entre los blister de remedios, la gasa apretando la yugular como una olla a presión, los pichones entre el pecho lleno de plumas flojas, el canto que rompe la mañana, la luz del pico nuevo, los tulipanes rojos creciendo en la nieve.

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