18/04/2025 00:08
18/04/2025 00:08
18/04/2025 00:06
18/04/2025 00:05
18/04/2025 00:03
Parana » Pagina Politica
Fecha: 08/04/2025 07:35
La movediza interna radical abre grandes interrogantes sobre lo que pueda ocurrir en lo que se perfila como uno de los temas políticos más importantes del año: la posibilidad de una alianza entre Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza, que modificaría sustancialmente el campo de juego electoral en la provincia. De un escenario de tercios como el de 2023, cuando Rogelio Frigerio llegó a la gobernación por estrecho margen, se pasaría a una polarización entre el centro derecha y el peronismo. La UCR, como principal partido del frente oficialista, protagonizará el capítulo más atractivo de ese proceso, cuando reúna a su congreso partidario para aprobar o rechazar la alianza. Eso va a ocurrir recién en julio, porque el plazo para presentar alianza se cumple el 7 de agosto (hay que recordar que se suspendieron las PASO y este año se votará una sola vez, en octubre). A pesar de que reste tanto tiempo, la eventual alianza con LLA es el telón de fondo sobre el que se recorta el proceso de renovación de la conducción partidaria, que se extendió más de la cuenta con la impugnación a la candidatura del intendente de Concordia, Francisco Azcué y su consecuente reemplazo por quien le seguía en la lista de consenso: la intendenta de Federal, Alicia Oviedo. Oviedo tiene un perfil muy distinto al de Azcué, un dirigente joven, que reconoce al gobernador Frigerio como su “conductor” político y que está de acuerdo con ir a las elecciones aliado a Milei. En cambio, la primera mujer que estará al frente de la UCR entrerriana es una radical tradicional, que militó junto a caudillos como Sergio Montiel y Arturo Vera; que jugó en las últimas internas con el postulante radical a la gobernación Pedro Galimberti; que está muy lejos de impulsar una alianza con Milei. Eso no quiere decir que se vaya a enfrentar a Frigerio, en oposición a una eventual alianza con LLA. Con el Gobernador tiene una buena relación, que no está dispuesta a empañar por razones políticas. Oviedo debe lidiar con el condicionamiento de cualquier intendente que se ponga al frente de un partido político. No es el Comité provincial sino el Congreso el que define la política de alianzas del partido. Pero está claro que la discusión no es la misma con Azcué o con Oviedo al frente de la UCR. Antes de que la impugnación a la candidatura del intendente de Concordia abriera la posibilidad de que su par de Federal lo reemplace, el presidente del comité departamental de Federal, Maximiliano Luna, avisó que la totalidad de los congresales partidarios de ese distrito estaban en contra de una alianza con Milei. Una situación similar se registra en Paraná. En el acuerdo para el armado de la lista de congresales se tuvo en cuenta este perfil. La lista es encabezada por Lucía Varisco y Sergio Solari. Dirigentes que en la interna jugaron con Frigerio, aseguran que prácticamente la totalidad de los 28 congresales paranaenses están en contra de Milei, aunque admiten que “siempre puede haber alguno que se dé vuelta”. Fuera Milei Algunos cálculos preliminares esbozados desde UCR Activa, la línea más crítica a Frigerio (la única que no tiene dirigentes en el gobierno), hablan de una base de 120 congresales opositores a un acuerdo con LLA (sobre un total de 380 congresales) con posibilidad de ampliar porque -explican- a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, “la mayoría de los congresales no tienen una pertenencia interna con una línea provincial”. Este último detalle, obliga a poner la lupa sobre un fenómeno que algunos dirigentes radicales aliados a Frigerio vienen advirtiendo: el creciente malestar que provoca la incorporación de dirigentes peronistas al gobierno provincial, ocupando espacios o “contaminando” áreas bajo control de radicales. “Tal vez un dirigente se lo fuma, porque tiene su gente ocupando cargos. Pero los congresales normalmente no tienen cargos y ven cómo son empoderados sus enemigos de toda la vida en sus departamentos”, explica un conocedor del paño. El creciente reclutamiento de peronistas no contenidos en un desarticulado PJ ya fuera del poder –promovido desde el gobierno de Frigerio con escasa valoración de virtudes y prontuarios- orada la paciencia de las bases radicales y estimula viejos resquemores: “Frigerio usó la UCR como trampolín y su intención final es liderar un frente provincial con el peronismo como principal sostén”, afirman. No resultaría incoherente para alguien que en su juventud fue funcionario de Carlos Menem y supo acompañar a Jorge Busti en Entre Ríos, algunos años antes de ser el armador del PRO y aliarse al ex gobernador peronista para convertir a Alfredo de Angeli en senador nacional, a costa de la banca por la minoría de la UCR. Nada que ningún radical ignorara al momento de abrazarse al candidato a la gobernación más competitivo. Para el grueso de la dirigencia radical, eso ya es historia antigua. Muchos lo ven al revés: Frigerio fue la puerta de regreso al poder para dirigentes de un partido carente de liderazgos consolidados o emergentes en la provincia y que en más de dos décadas no ha conseguido librarse del estigma del helicóptero de Fernando de La Rúa. Pero una cosa es Frigerio y otra Milei. Los mismos dirigentes que pueden llegar a entender la incorporación de peronistas como una táctica de debilitamiento del adversario, alertan sobre las impredecibles consecuencias que podría acarrear asociarse a un partido en formación, donde militan no pocos arribistas de la política que en nombre de una supuesta representación de Milei le han declarado la guerra a los intendentes radicales en distintas ciudades y pueblos de la provincia. “Están agrandados por Milei y le pegan al intendente, a lo bestia. No tienen una bajada de línea provincial y no los van a calmar tan fácil porque la mayoría son locos”, describe un dirigente que peina canas y advierte sobre el efecto que este fenómeno local pueda tener sobre la posición de los congresales de cada distrito. A todo esto debería sumarse una razón más aritmética que política. Si Juntos por Entre Ríos se alía a LLA habrá menos lugar para la UCR en las listas de diputados y senadores. No solo porque son más aliados para los mismos lugares, sino porque Milei no va a aprobar a radicales sin peluca, suponiendo, como suponen muchos en la UCR, que será Milei (o más bien la hermana Karina) quien tendrá la última palabra en el armado de las listas. Y sin embargo… Con todo esto en contra, muchos creen que una eventual alianza de Frigerio con Milei tiene chances de ser aprobada por el congreso radical. Por un lado, se afirma que pesará el predicamento que puedan conservar sobre los congresales algunos dirigentes que se ven con posibilidades de calificar para una lista con aprobación nacional. Aquí, quien destaca es el diputado Atilio Benedetti, quien ya el año pasado ha expresado su voluntad de seguir en el Congreso de la Nación y que se ha comportado, la mayoría de las veces, como un legislador oficialista. Benedetti fue por muchos años, desde su triunfo en 2009, la figura más importante de la UCR entrerriana. Pero la corriente Illia que lo tuvo como líder ya no es el grupo interno dominante que era. Otros opinan que los intendentes de la UCR podrían desnivelar la balanza a favor de la alianza que indique el Gobernador. “Los intendentes son capaces de vender a la madre por un cordón cuneta”, argumentan. El problema es que los cordones cuneta financiados por la provincia están en vías de extinción. Desde el inicio de su gestión, Frigerio les dejó en claro que no iba a haber plata para las intendencias. En el nuevo orden instaurado por la motosierra de Milei sobre las provincias, se acabaron las “listitas” de los intendentes con demandas al gobierno provincial. Nada de hacer cuadras de pavimento en las ciudades. Esa es una responsabilidad de los intendentes. La provincia se encarga de la salud, la educación y la seguridad. Hasta ahí. La dependencia no es la de antes. Pero no es negocio para ningún jefe comunal enfrentarse al gobierno provincial. Aun así, no todos los intendentes radicales tienen incidencia sobre los congresales de su partido. Pero la razón principal por la que una alianza con Milei podría ser aprobada por el Congreso radical está mucho más allá de la influencia de cualquier dirigente. Tiene más que ver con el perfil que adoptó el radical medio en las últimas décadas en Entre Ríos y que explica el masivo apoyo a Milei en el balotaje de 2023: el antiperonismo. Si a muchos radicales irrita el reclutamiento de peronistas en el gobierno de Frigerio, mucho más los espanta la posibilidad de que un escenario electoral de tercios abra la puerta a un triunfo peronista en octubre y los fortalezca para el regreso al gobierno en 2027. “En la UCR no hay muchos mileista, hay muchos gorilas”, sintetiza un dirigente que viene del alfonsinismo. Fuente: Página Política
Ver noticia original