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» La Capital
Fecha: 07/04/2025 06:56
“Estamos en el principio del fin de este esquema insostenible”. El economista Claudio Lozano, director de Instituto de Pensamiento y Políticas Púbicas (IPyPP) expuso su mirada crítica sobre el plan económico del gobierno de Javier Milei y las negociaciones para tomar un nuevo préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A su juicio, es “irracional” solucionar con más deuda externa el drenaje de divisas y atribuyó la búsqueda del acuerdo con el organismo al intento de “mantener una ficción de desaceleración de precios hasta las elecciones”. Durante su reciente paso por Rosario, evaluó el crecimiento de las protestas contra las políticas del gobierno nacional y advirtió que la situación social está ingresando a una nueva etapa de deterioro provocado ya no por la licuación de ingresos sino por “la destrucción de empleo, la precarización y el industricidio”. _Creo que estamos en el principio del fin. Porque, más allá de que reproduce y amplía condiciones de desigualdad y deteriora las condiciones de vida de la sociedad, este esquema económico es absolutamente inconsistente. Hay una suerte de ficción en la que la desaceleración de los precios en pesos escondió a una Argentina que vio aparecer y desarrollarse la inflación en dólares, que desacomoda todo el conjunto de la actividad económica. Genera sustitución de producción local por importada y aumenta la salida de divisas por servicios. Si se suman los compromisos por la deuda, el resultado es un faltante de divisas que se tiende a resolver siempre del mismo modo: recurriendo a más endeudamiento. Esto termina con más deuda, destrucción productiva y cierre de empresas. Hay prácticamente 20.000 empresas menos que cuando asumió Milei, y se perdieron 180.000 puestos de trabajo asalariados formales. _Este esquema de política económica viene dilapidando las reservas que la Argentina obtuvo con saldos comerciales muy importantes. Por el dólar blend el Banco Central dejó de recibir u$s 16.000 millones y la decisión de contener los precios de los dólares paralelos supone un consumo importante de todas las divisas van entrando. Las reservas están cerca de los u$s 25.000 millones, cuando teníamos u$s 33.000 millones a comienzos de año. Lo absurdo es que la solución sea ir al Fondo y ampliar el endeudamiento, que va a implicar más demanda de divisas. Es una política irracional. La única racionalidad es tratar de llegar con la ficción de la inflación baja a la elección de octubre. _¿Cómo tendría que ser el acuerdo para que llegue? _Primero no tendría que haber un acuerdo con el Fondo sino un replanteo general de la política. El Fondo en la Argentina, por historia y por presente, es parte del problema, no de la solución. Ahora, el gobierno está desesperado por un shock de divisas que le permita calmar la situación. No pueden aguantar la situación en los términos que está planteada. Esto se cuenta en semanas. Ya habían comenzado a tener problemas a mitad del año pasado, cuando hubo un cimbronazo que se resolvió con el blanqueo. Cuando terminó ese ingreso, comenzaron a manifestarse otra vez las inconsistencias que esta política tiene. lozano2.jpg _Pero el Fondo también se tiene que garantizar ese cobro. Y el gobierno ya hizo el ajuste. ¿No se le agotan las herramientas para poder llevar adelante sus recetas? _El Fondo no es un órgano de asistencia técnica abstracto y neutral. Ningún organismo razonable le hubiera dado a la Argentina el crédito que le dio a Macri. Fue un crédito de contenido geopolítico. A partir del acuerdo hubo una presencia permanente de funcionarios norteamericanos discutiendo en Argentina el futuro de la energía nuclear, las bases a instalar en nuestro país, la discusión del continente antártico, los aviones que tenía que comprar el Ministerio de Defensa. Por eso no está en discusión si le van a dar o no plata a Milei. Sí se negocia si lo obligan a modificar el régimen cambiario o le dan margen para llegar a las elecciones. _Aún así viene bastante dura la negociación. _No viene fácil la discusión. Buena parte del candombe financiero y cambiario en el que está metido el gobierno obedece a que los actores del poder económico perciben que la continuidad de esto está atada con alambre. Además está claro que vamos a una devaluación, ahora o después. Y como todo el mundo sabe eso, se empieza a desarmar el carry trade. Esta es la otra ficción. No hay pesos, dice Milei. Mentira. Hay el equivalente a u$s 120.000 millones en pesos invertidos en distintos instrumentos financieros. Que ellos tengan la base monetaria ampliada, como dicen, congelada, no basta que los títulos públicos, las Lecaps, todas las inversiones financieras que vienen roleando, se van yendo. En las últimas ruedas hubo una caída muy importante de depósitos en dólares. En las dos últimas licitaciones de deuda tuvieron que subir la tasa de interés e incorporar al Banco Nación como un principal actor en la demanda de título. Es decir, lo llenaron de papeles. _¿Qué impacto social puede tener esta situación? _Va a impactar de manera negativa. El Indec está midiendo la inflación con una encuesta de gasto de los hogares que es del año 2005. Si aplica, como debe hacerlo, la del 2018, el aumento del IPC es 13 puntos más. Esto significa que la recomposición de ingresos que se vivió desde marzo a junio, en el marco de la desaceleración de precios contra paritarias actualizadas a precio viejo, es mucho menor que lo que se dice. Pero al mismo tiempo ya se paró. Ahora hay tope a las paritarias, y las jubilaciones, que algo habían recompuesto, se plancharon. Y vas a un proceso de precarización general con destrucción de empleo y a una nueva devaluación. Es decir, a un nuevo agravamiento del cuadro social, sin que se haya resuelto el que ya produjiste. Vas a una segunda parte en la que seguís acumulando deterioros. La primera etapa de Milei fue de licuación de ingresos pero lo que viene ocurriendo ahora es destrucción de empleo y precarización. Viene de la mano de un cuarto industricidio, como lo hubo con Martínez de Hoz, Menem y con Macri. _¿Esto está influyendo en este rebote de las protestas, incluso con el regreso de la CGT a la calle? _El punto de arranque es el discurso Milei en Davos, que dio lugar a una reacción social importantísima. Trascartón apareció la estafa de la criptomoneda, que pegó de manera significativa en su relación con los factores de poder. A partir de eso comienza una fuga hacia adelante, decreto tras decreto. Cambiando la estructura jurídica del Banco Nación, eliminando las Paso, modificando las reglas electorales, nombrando por decreto dos jueces de la Corte. Y lo último fue el DNU impresentable por la deuda. Acompañado con un nivel de violencia represiva que genera más indignación que temor. Se está creando un cuadro de situación en el cual hasta los que en general no aparecen, como puede ser el caso de la CGT, toman cartas en el asunto. Y al mismo tiempo aparecen fricciones en el poder, porque una política que quema reservas a lo loco genera desconfianza con los acreedores y conflictos con el Fondo, y una política de dólar pisado va tocando a los exportadores. _Hasta los gobernadores aparecieron con algunas críticas. _Los gobernadores no solo están condicionados por el problema fiscal. Desde ese punto de vista, claramente este gobierno los asfixia. Pero los gobernadores también operan en relación al poder económico vigente en cada localidad. Por lo tanto, son los demandantes de la baja de retenciones, los portavoces de las petroleras, de las mineras, etcétera. Y en ese marco se dan los acuerdos con el gobierno. Por eso acompañaron la ley Bases. No son representantes de lo que pasa con el conjunto de la comunidad sino de sectores muy concretos, que además son la base de sustentación de Milei. Y estos sectores todavía no perciben una alternativa, por lo cual lo siguen bancando aunque sea un impresentable. _La alternativa no aparece todavía. _La discusión de fondo es qué capacidad tenemos de construir una opción para que el final no implique una simple reformulación de un esquema que siga pauperizando a la sociedad. Si siempre terminamos discutiendo sobre dolarización o devaluación, es un disparate. Porque Argentina no necesita ninguna de las dos cosas. La salida que propone el Fondo, cuando dice “floten”, significa un nuevo sablazo sobre los ingresos de la población. Lo que hay que discutir es un nuevo esquema de precios, que supone relaciones distintas entre el tipo de cambio, los salarios, los precios internos y las tarifas. Para alentar más el mercado interno, la producción y el trabajo.
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