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» Comercio y Justicia
Fecha: 07/04/2025 03:44
El Sumo Pontífice volvió a mostrarse en público este domingo, al presentarse por sorpresa en la Plaza San Pedro luego de dos semanas de aislamiento en su residencia y 38 días de internación por una neumonía bilateral que, según fuentes eclesiásticas, “llegó a amenazar su vida”. El Papa Francisco de 88 años fue trasladado en silla de ruedas y con oxígeno suministrado por cánulas nasales hasta el centro de la plaza, donde se celebraba la misa del Jubileo de los Enfermos, una ceremonia muy esperada por el contexto personal del Papa y por la agenda del Año Santo, según la agencia Noticias Argentinas. “Buen domingo a todos. Muchas gracias”, alcanzó a decir el Papa en un estado de notable debilidad, según mostraron las imágenes difundidas por el Vaticano. Francisco no pudo dar un mensaje completo, pero pasó brevemente entre los fieles en un clima de aplausos, emoción y gritos de “¡Viva el Papa!”. Más tarde, el Vaticano informó que antes de su aparición, el Santo Padre se había confesado, orado y cruzado la Puerta Santa en la basílica de San Pedro. En la misa, presidida por el arzobispo Rino Fisichella, se leyó un mensaje escrito por el Papa en el que habló de su enfermedad: “Comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás”. El pontífice citó también a Benedicto XVI y cuestionó la cultura que excluye a los enfermos: “Una sociedad que no acepta a quienes sufren es cruel e inhumana”, señaló. La Santa Sede difundió además el texto del Ángelus dominical, que no pudo ser pronunciado, donde Francisco pidió mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud y reclamó más inversión en sanidad pública, para garantizar el acceso a los más vulnerables. Sociedad que no acepta a los que sufren es inhumana Según Vatican news al concluir el texto de su homilía, el Papa recordó que su predecesor Benedicto XVI, “ que nos dio un hermoso testimonio de serenidad en el tiempo de su enfermedad”, escribió en su encíclica Spe salvi que “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento” y que “una sociedad que no logra aceptar a los que sufren […] es una sociedad cruel e inhumana”. Porque “afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos y compartir el dolor es una etapa importante de todo camino hacia la santidad”. Queridos amigos, no releguemos al que es frágil, alejándolo de nuestra vida, como lamentablemente vemos que a veces suele hacer hoy un cierto tipo de mentalidad, no apartemos el dolor de nuestros ambientes. Hagamos más bien de ello una ocasión para crecer juntos, para cultivar la esperanza gracias al amor que Dios ha derramado, Él primero, en nuestros corazones y que, más allá de todo, es lo que permanece para siempre.
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