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» El litoral Corrientes
Fecha: 06/04/2025 22:21
n Una persona habitualmente trabaja, cumple tareas de distinto tipo durante el día, y cuando decide descansar e irse a dormir, es cuando ocurren estos contactos astrales. Algunas religiones afirman que este es el momento en que el alma se eleva para salir a encontrarse con otros espíritus que están en el medio astral, algunos ya fallecidos y otros no. Muchos no se dan cuenta que lo que ellos consideran un sueño, ocurrió en realidad en el bajo astral. Allí pueden encontrarse fugazmente con familiares recientemente fallecidos o amigos y personas conocidas. Cuando una persona se va a dormir y lo logra, se encuentra en un estado que se llama sueño profundo, que el momento en que las ondas cerebrales van pasando sucesivamente de beta a alfa, theta y finalmente delta. Durante el sueño se producen ciclos que duran unos 90 minutos. Y es en ese período cuando aparecen símbolos o personas relacionadas con sus actividades diarias. Algunos investigadores sostienen que el mundo de los sueños puede resultar en una conexión con planos distintos u otros mundos del astral. Esos planos inaccesibles a la conciencia, desmitifican el hecho de que muchos consideran que el contacto con seres fallecidos como un simple sueño, cuando en realidad no se los debe ignorar. En cambio, todo hace suponer que los espíritus fantasmales de familiares y amigos desaparecidos aparecen en nuestros sueños como un mensaje o advertencia. Esto debe entenderse con el fin de evitar problemas innecesarios y a la vez guiar a esa persona con vida, a un futuro inmediato. A veces estas apariciones duran corto tiempo y otras un poco más, hasta que esos espíritus desaparecen porque se van elevando al lugar que les corresponde. Se dice que si una persona sueña con un ser querido o conocido, y recibe un mensaje en sueños, y lo considera importante, debe inmediatamente de despertarse, anotarlo para no olvidarse, especialmente no olvidarse de los detalles. En general cuando uno sueña con parientes o seres queridos fallecidos, es que vienen a despedirse en sueños, antes de emprender su viaje a otro nivel y desde el cual les será más difícil el contacto con el mundo físico. Los expertos en sueños también aseguran que es común soñar y recibir mensajes de personas fallecidas. En el caso de que se trate de mensajes negativos, en ocasiones reflejan los propios pensamientos del soñador, miedos y preocupaciones que no provienen de una fuente externa. Sin embargo, estos sueños parecen estar demostrando como nos afectan y dañan nuestros propios temores y preocupaciones. Detalles Es contundente y concreto que no existe evidencia científica alguna (para la ciencia) para certificar que los espíritus de personas fallecidas puedan visitar a sus parientes y amigos en sueños, lo que de todas formas no es descartado totalmente por la ciencia, Como dice el refrán: no creo en brujas, pero de que las hay, las hay… No es fácil para la ciencia aceptar de que las almas de las personas fallecidas, que ya no están más en el mundo físico, puedan tener contactos con personas vivas, que no están en el mundo espiritual. El hecho de que las almas busquen un contacto con los seres queridos no fallecidos no es descabellado, ya que en esos planos el tiempo y el espacio no parecen ser el mismo que en el mundo real. Una persona puede soñar con muchas cosas, de cualquier índole, pero cuando lo hace con espíritu de un ser conocido, ese sueño no es igual, es distinto. Posibilidades de contacto Habitualmente la comunicación con los espíritus fantasmales se da porque son éstos los que fuerzan el encuentro y generalmente se inicia con una charla. Incluso se dan casos que se activa la llamada de un celular para que el ser vivo reciba el mensaje. Estas conversaciones duran por lo general poco tiempo, pero la sensación es de absoluta realidad, como si fuera una conversación natural entre dos personas vivas. Es entonces que, a diferencia de los sueños habituales, esa vivencia quedará fácilmente marcada en la persona viva, que recordará mucho más que en esas difusas sensaciones recibidas en un sueño común, del que uno se despierta transpirado, con un cansancio inusitado y hasta molestias en varias partes del cuerpo. En cambio cuando hay un sueño en el que se encuentran un ser real con un espíritu fantasmal de un conocido o pariente, ese encuentro será entre solo ellos y se producirá un extenso diálogo o el ser vivo se limitará a escuchar advertencias o consejos o simplemente detalles de algo que seguro, es trascendente e importante para quien sueña. En este caso la persona al despertar se sentirá bien, lo hará plácidamente y con absoluta paz. Los espíritus fantasmales tienen un sinfín de razones para aparecer materializados frente a sus seres queridos vivos. Las motivaciones pueden ser innumerables, pero en todos los casos marcan mensajes que pueden ser de advertencia por algo que puede llegar a suceder, pero también para dar tranquilidad y protección. O también para definir un conflicto que hayan tenido en vida. Puede también tratarse de una advertencia referida a cuestiones de salud, incluso ya inmateriales, esos espíritus pueden llegar a ser una especie de consejeros psíquicos muy fiables, y como se pueden mover a través del espacio y el tiempo sin problemas, sus avisos resultan precisos. En muchas oportunidades pueden dar aviso de que la muerte se avecina, para el que recibe la advertencia o para alguno de quienes lo rodean. Las entidades fantasmales tienen esa posibilidad de avisar a los vivos y para ellos parece que fuera como una especie de alivio, al comunicar a los seres querido y amigos, que no todo termina en esta vida física, que hay un más allá donde ellos nos estarán esperando. En conclusión, la vida no termina acá, es solo el comienzo de otra vida netamente espiritual, donde las almas siguen evolucionando, en compañía de los seres queridos. Para los creyentes de las distintas religiones, esto es algo seguro, que más tarde o temprano nos volveremos a encontrar, aunque no todos por el mismo camino. Depende del tipo de vida que hayan llevado en este mundo material durante cuyo camino pueden haber hecho méritos o no, para seguir ascendiendo en el mundo espiritual.
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