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» Elterritorio
Fecha: 06/04/2025 17:41
La comisión policial que buscaba al femicida se disolvió hace dos años. El deseo de justicia sigue latente: "Sé que el culpable va a aparecer", sostuvo Felicitas Maidana domingo 06 de abril de 2025 | 10:00hs. Lucía fue atacada en su departamento del barrio Villa Urquiza. //Foto: archivo. Lucía Maidana fue atacada e incendiada en el departamento que alquilaba en el barrio Villa Urquiza de Posadas en la noche del 6 de abril de 2013. El fuego que se desató en el inmueble no logró borrar los rastros del femicida, cuyas muestras de ADN se reconocieron en otros dos ataques sexuales perpetrados en la capital. Sin embargo, y a pesar de contar con esa pericia -cuyos resultados se obtuvieron recién en el 2018-, a 12 años del crimen aún no se sabe quién fue el agresor. La joven de entonces 23 años estudiaba Comunicación Social y Gastronomía en la capital. Vivía con su hermana mayor, Felicitas, quien a 12 años todavía lamenta la pérdida y la recuerda con cariño. “Me cuesta imaginarme a mi hermanita con 36, que es la edad que tendría hoy. Yo la sigo pensando como era, me quedé con esa imagen”, compartió Felicitas en una entrevista con El Territorio. Junto con su familia, reconoció que aunque no fue tarea sencilla, “tuvimos que aprender a convivir con esto y dejamos de estar tanto detrás, un poco por nuestra salud mental también. Hay muchas cosas que todavía no entendemos, pero intentamos seguir adelante”. En más de una década, la causa que se desarrolla en el Juzgado de Instrucción Uno de Posadas -a cargo de Marcelo Cardozo- tuvo varios reveses y su familia teme que quede impune. La novedad más reciente estuvo vinculada a la disolución en febrero de 2023 de una comisión integrada por policías de la provincia. Se había conformado para rastrillar y al fin dar con el femicida de Lucía. El hecho de que se revelara el patrón genético del agresor -cuyas muestras se tomaron del cuerpo de la joven- generó, en un principio, esperanzas en la investigación. Pero Felicitas reconoció que desde entonces, el caso tuvo pocos avances. Ataque en residencia estudiantil De acuerdo a las primeras investigaciones que se hicieron en 2013, se reconstruyó que el último contacto que mantuvo Lucía fue con sus amigas, cerca de las 20.50 de aquel 6 de abril. La joven tenía una cita con un muchacho, pero se suspendió y entonces decidió reunirse con sus amigas para salir. Las horas pasaron, y el grupo no supo más nada de ella. Parte del humo que salía del departamento que alquilaba -sobre la calle Estado de Israel- alertó a la propietaria del edificio, quien dio aviso a la policía y a bomberos. Apenas los agentes lograron ingresar al lugar, reconocieron que Lucía yacía sin vida en la habitación. Los ojos de Lucía siguen presentes en cada marcha desde 2013. Foto: archivo Por las características de la escena, y en base a las pericias hechas, se determinó que el incendio fue intencional. La autopsia confirmó que a Lucía la mataron: sufrió traumatismo de cráneo, severas quemaduras en el cuerpo y abuso sexual. Sin sospechosos Varias hipótesis surgieron sobre el ataque y su autor, principalmente porque la puerta del departamento no había sido forzada -lo que generó sospechas de que el agresor tenía llaves de ingreso o que Lucía lo conocía-. Las primeras pruebas apuntaron a Nicolás Sotelo, vecino de las hermanas Maidana, al que Felicitas recuerda como “un mal vecino, tenía muchas actitudes que no nos gustaban de él”. El joven fue detenido en 2013 por ser el principal sospechoso del ataque, luego de que un testigo confesara que Sotelo arrojó un juego de llaves al techo de un edificio sobre calle Tucumán que correspondían a la cerradura del hogar de Lucía. Pero a los meses fue liberado por falta de mérito, porque el cotejo de las muestras de ADN en la escena no coincidieron con el suyo. Desde entonces, la Justicia no tiene sospechosos ni posibles implicados identificados con nombre y apellido. “Nos dijeron que tenemos los códigos de ADN, pero no tenemos el nombre. Es un rompecabezas”, lamentó Felicitas. A pesar de la incertidumbre, manifestó sentirse esperanzada de que se encuentre al femicida. “Creo en la justicia divina, sé que la persona culpable de esto va a aparecer algún día”, anheló. Mismo ADN en tres ataques sexuales Años después del femicidio de Lucía Maidana, se reveló que el material genético hallado en el cuerpo de la víctima coincidía con muestras encontradas en otros dos hechos de agresión sexual, ocurridos en Posadas. El primero ocurrió antes de la muerte de la estudiante de Gastronomía, en un departamento sobre la intersección de las calles Junín y Catamarca. El segundo sucedió a pocas cuadras del ataque anterior -esta vez, por las calles San Luis y Catamarca-. En la denuncia policial consta que todo se habría desarrollado mientras la joven se encontraba duchándose en un baño compartido, fuera de su departamento. Siguiendo la reconstrucción policial del hecho, la joven al volver a su habitación fue atacada por un hombre, quien la golpeó violentamente con un ladrillo. Bajo amenaza, el agresor le habría dicho a la víctima que la conocía de la facultad y que por ello, le convenía callarse y no declarar.
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