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Diamante » Neonetmusic
Fecha: 06/04/2025 09:53
El Hospital Colonia de Salud Mental de Diamante atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes, donde la desidia estatal ha convertido este centro terapéutico en un polvorín de violencia e inseguridad. Trabajadores, pacientes y vecinos denuncian condiciones inhumanas: pacientes judicializados con historiales delictivos graves comparten espacios con otros usuarios en medio de una alarmante escasez de personal médico, medicamentos esenciales y protocolos de seguridad básicos. Testimonios recogidos en el lugar revelan un escenario dantesco: agresiones constantes al personal, fugas recurrentes de internos, robos a viviendas aledañas y violentos enfrentamientos con armas improvisadas. La situación llega al extremo de tener solo un agente de seguridad custodiando a cuatro pacientes con antecedentes penales graves, evidenciando el completo abandono institucional. “Esto no es un hospital, es un depósito de personas abandonadas por el sistema”, describe con crudeza un empleado que prefiere mantener su anonimato por temor a represalias. Pese a las reiteradas denuncias y pedidos de auxilio enviados a las autoridades provinciales, la respuesta ha sido un silencio cómplice. Trabajadores señalan la ausencia de guardias psiquiátricas las 24 horas, turnos nocturnos con un solo enfermero para decenas de pacientes y la falta de personal de limpieza que podría actuar como primer respondedor en emergencias. “Llevamos años pidiendo ayuda. Sabemos que va a pasar una desgracia y nadie hace nada”, advierte una enfermera con 15 años de servicio en el hospital. La comunidad diamantina vive en alerta permanente. Vecinos relatan cómo los constantes escapes de pacientes ponen en riesgo la seguridad de barrios aledaños, mientras las autoridades sanitarias y de seguridad parecen esperar que ocurra una tragedia fatal para actuar. “Esto dejó de ser un centro de salud para convertirse en una amenaza pública”, denuncia un comerciante de la zona que ya fue víctima de tres robos por parte de internos fugados. Organizaciones sociales y gremios médicos exigen una intervención urgente del gobierno provincial: mayor dotación de personal especializado, refuerzo de seguridad, suministro regular de medicamentos y la separación inmediata de pacientes judicializados en pabellones especiales. “No podemos permitir que la salud mental se convierta en sinónimo de peligro. El Estado tiene la obligación de garantizar condiciones dignas tanto para los pacientes como para quienes trabajan allí”, reclama el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Salud de Entre Ríos. Mientras tanto, el Hospital Colonia sigue funcionando como una herida abierta en el sistema de salud pública entrerriano. Nota con información de RH2S3 Noticia vista: 246
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