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  • Cristina, Musk, Le Pen y el “lawfare” de la derecha

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/04/2025 03:13

    La líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen En un editorial titulado “Por qué debería permitirse que Marine Le Pen sea candidata a presidenta”, The Economist plantea un debate que se reabre en el mundo sobre los políticos condenados por corrupción. El dilema que exhibe es cómo castigar al infractor sin, eventualmente, castigar a la democracia francesa. Esa discusión es completamente irritante en la Argentina, en la que hace años va y viene la propuesta de Ficha Limpia, una iniciativa inicialmente del PRO, que debería tratarse este miércoles en el Senado y que, de aprobarse, dejaría fuera de la carrera electoral a Cristina Kirchner. La líder de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) fue condenada a 4 años de prisión y a 5 para la postulación a cargos públicos por malversación de fondos de la Unión Europea destinados a solventar su estructura política. De esta manera, no podría competir en 2027, cuando las chances la colocan en un lugar expectante. Hay dos ejes en el marco de esta situación. El caso judicial en sí: a pesar de que Le Pen y sus seguidores hablan de persecución ideológica, el desarrollo de la investigación y las garantías procesales no presentan irregularidades. No hay acusaciones sólidas de parcialidad. Es decir, no habría allí una injusticia. El efecto político: The Economist argumenta en su artículo que la exclusión podría dañar la legitimidad de las elecciones y se pregunta en qué circunstancias debería una democracia descalificar a un candidato. Esto es compartido por otros sectores de la política, de hecho, Jean-Luc Mélenchon, referente de la izquierda y archirrival de Le Pen, se mostró en contra de la medida judicial: “La decisión de destituir a un cargo electo debería ser del pueblo”. Este último razonamiento lleva a un pensamiento de casta, usando el lenguaje de Javier Milei. ¿Por qué habría que buscar prerrogativas para los políticos cuando les cae el peso de la Justicia? ¿No se lesiona más a la democracia cuando se permite que un delincuente ejerza un puesto de poder? Si el problema es el Poder Judicial, ¿no deberían los gobiernos intentar mejoras en lugar de cooptarlo para su propio beneficio? Se podría avanzar en una disquisición más fina y ver qué tipo de delito debería ser contemplado a la hora de establecer una expulsión. Por ejemplo, podría limitarse a lo más extremo, como aquéllos que hubieran atentado contra el orden democrático. O ser más extensivo, e incorporar tipificaciones como perjuicio contra la administración pública, enriquecimiento ilícito, delitos contra la integridad sexual, etc. El presidente estadounidense Donald Trump Estados Unidos es de los menos restrictivos en esta materia. No prevé ningún tipo de regulación al respecto. Así fue como Donald Trump no padeció ningún impedimento para postularse y luego convertirse nuevamente en presidente de su país. Más allá del análisis legal, en la práctica se da que estrellas de la nueva era van cayendo en desgracia a manos de los tribunales. Elon Musk se convirtió en una especie de abanderado en contra del “lawfare” que azota a figuras de la derecha; y que antes había sido un estandarte de líderes de la izquierda, como el presidente de Brasil, Lula Da Silva (que estuvo preso y fue excluido de una elección); y el ecuatoriano Rafael Correa, por mencionar dos casos. “Cuando la izquierda radical no puede ganar mediante el voto democrático, abusa del sistema legal para encarcelar oponentes”, lanzó en X el empresario. Se replicaron en cadena los respaldos bajo el slogan “Free Le Pen” de Trump, J.V. Vance, Viktor Orban (primer ministro de Hungría), Matteo Salvini (vicepresidente italiano), Rusia, y siguen las firmas. Le Pen es el más reciente de una seguidilla de reveses. Jair Bolsonaro debe enfrentar un juicio por intento de golpe de Estado y ya fue inhabilitado para ejercer cargos públicos por ocho años. El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro En Rumania, el ultranacionalista Calin Georgescu fue excluido de las elecciones presidenciales que se realizan en mayo, bajo la acusación de irregularidades en la campaña anterior y sospechas de financiamiento ruso. De hecho, los comicios de primera vuelta en noviembre pasado fueron anulados por presuntas violaciones a las normas e injerencia de Moscú. En Turquía, el principal oponente del presidente Recep Tayyip Erdogan fue apresado a fines de marzo en medio de una fuerte crisis política y social. Ekrem Imamoglu era, hasta ese momento, intendente de Estambul. Cristina Kirchner observa los vaivenes a la espera de su desenlace. Mientras tironeaban en el Senado para frenar el rechazo de los pliegos a los dos candidatos a ocupar la Corte Suprema, el oficialismo desempolvó el proyecto de Ficha Limpia. No pudo ser tratado ese mismo día, pero sí se fijó una sesión para este miércoles. La iniciativa alcanza a los condenados en segunda instancia, es decir, corre para la ex presidenta luego de la confirmación del fallo de la Cámara de Casación. El Gobierno nunca estuvo realmente convencido de llevar adelante esta idea más allá de haberlo declamado públicamente. De hecho, mostró su disconformidad y no la avaló en Diputados, hasta que se armó tal escándalo político que debió volver sobre sus pasos. Cristina Kirchner y Javier Milei El fantasma de un pacto Milei-Cristina, que incluía el bloqueo del proyecto, hizo que el mismísimo Presidente se involucrara llamando a Silvia Lospennato, impulsora de la propuesta, para salvar y “mejorar” el texto. Eso recién se plasmó este año, y, luego de semanas de letargo, ahora vuelve casi como una revancha contra los K que voltearon los trámites de Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo. Al día de hoy, La Libertad Avanza no cuenta con los 37 votos para convertir en ley Ficha Limpia, ya que se necesita una mayoría especial. Por supuesto que el peronismo está en contra, pero tampoco contarían con el apoyo de bloques provinciales (Santa Cruz y Misiones), y dentro del radicalismo más de un senador propone hacerle cambios en la redacción, lo que demoraría el tratamiento. Para peor, como todos los miércoles hay prevista una marcha de jubilados frente al Congreso y, en este caso, antecede el paro de la CGT. Hay senadores que advierten que podría estar espeso el clima en la calle, con lo cual, se verá en una reunión mañana cuál es el destino de la sesión. La ex presidenta gana centralidad en la escena política ante la falta de otros liderazgos fuertes en la oposición y, sobre todo, en el PJ. Pero su posición es cada vez más endeble, cuando depende de una sanción del Senado o de una resolución de la Corte. Sólo lo que puede ganar es tiempo. Detrás de la táctica permanente de doblar la apuesta, Cristina Kirchner esconde con fuegos de artificio que atraviesa el período de mayor debilidad política de los últimas dos décadas. No pudo lograr victorias decisivas en casi ninguna de las disputas internas libradas por eso se somete a “guerras de desgaste” que marcan el declive del poder que supo tener y que no desea delegar. Si se analiza la secuencia, hay tres momentos que dan cuenta de su dificultad para sostener el mando. Quiso pero no logró colocar un delfín en la presidencia del PJ, por lo que se propuso a ella misma. Sólo se allanó la jefatura cuando la Justicia bajó la lista de su oponente, Ricardo Quintela. Enfrenta la primera disidencia de un “hijo pródigo”, nacido y criado en el kirchnerismo. Se vio forzada a presionar con ser candidata a diputada bonaerense por la tercera sección electoral para que Axel Kicillof no separe las elecciones provinciales de las nacionales. O sea, amenaza con ella misma, una candidatura kamikaze. La aventura se resuelve en las próximas horas, cuando se sabrá si el gobernador publica un decreto de desdoblamiento o no. Está perdiendo su último bastión real de poder: el Senado. El peronismo (y luego el kirchnerismo) ostentó históricamente una mayoría que le permitió el manejo o el bloqueo del Congreso. En la última composición de la Cámara alta, es cierto que conservaron la posición pero sin llegar al quórum propio. Después de la última escisión, el interbloque de Unión por la Patria quedó dividido en tres: + Frente Nacional y Popular: 15 miembros, liderado por José Mayans. + Unidad Ciudadana: 15 integrantes, es la expresión pura K, encabezado por Juliana Di Tullio. + Convicción Federal: 4 miembros, cuyo presidente es el puntano Fernando Aldo Salino. Estos últimos, se distanciaron molestos con CFK. Después de la última sesión, había disgusto en algunos senadores de UP por cómo se dio la negociación por los pliegos (sobre todo, el de Lijo) y por la agenda de la bancada. No está decidido pero hay más voluntades que seguirían el camino de los cuatro que hicieron rancho aparte. La mala semana de Milei le dio cierto aire a la oposición. El plan para completar la Corte había arrancado torcido y terminó, finalmente, caído. El Gobierno prefirió perder antes que retroceder, e intentó –con llamados de Santiago Caputo- hasta último minuto previo a la sesión cambiar la voluntad de los senadores. La reacción oficial ante el rechazo fue apelar al “principio de revelación”: un pacto entre Cristina y Macri, una alquimia dudosa para pasar el mal trago.

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