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» El Ciudadano
Fecha: 31/03/2025 23:02
Por Juan Pablo Sarkissian Sin discusión en el resultado ni tampoco en buena parte del juego, la situación pone en el centro del debate, una vez más, si ganar y “jugar bien” son sinónimos. Es claro que a los leprosos, hoy, muy poco les importa. Tanto es así, que tras duros cuestionamientos de casi todas las agrupaciones políticas de Newell’s a la gestión de Ignacio Astore, después de ganarle a Boca, el reclamo está casi archivado y daría la sensación que el proceso electoral se encamina a diciembre. Se dirá, con cierta cuota de razón, que es futbol y en el futbol, una obviedad que cansa, mandan los resultados. Es más, en comienzo del partido, desde la Maxi Rodríguez y el Palomar se escuchó fuerte, hasta este domingo, el “Andate Astore”. Luego sobrevino la inesperada (?) demora en el inicio del partido lo cual motivó todo tipo de especulaciones conspirativas en las tribunas. Pero claro, el gol a cuatro minutos desactivó cualquier pretensión ajena al juego. Con todo, el marco fue colosal. Telones en lados cabeceras y la camiseta de Diego en la tribuna que Astore quiere inaugurar. Pero hubo otra trapo que llamó la atención. La bandera “Los Leprosos” que siempre se instala en la Diego Maradona, tenía su réplica en la tribuna del Palomar. Coincidencia o acuerdo. Vaya uno saber. El juego Newell’s diseñó una táctica y estrategia asumiendo sus debilidades y salió impecable. Utilizó como argumento el pelotazo largo para después, si podía, con los jugadores rojinegros de frente al arco rival construir algo de juego. Por decirlo de algún modo, convirtió un recurso en método y, por ahora, salió bien. Como todo, la cuestión es sostener la idea y adecuarlo a otros rivales. Jugar contra Boca siempre motiva y tal vez expone un plus que es difícil de reproducir en otros contextos. En el futbol no existe el carácter transitivo. Newell’s le ganó bien a Boca, lo cual no implica, de ningún modo, que el próximo encuentro contra Tigre sea más sencillo. Justicia divina Desde la tribuna hubo penal a Mateo Silvetti en el primer tiempo y Edinson Cavani se “dejó caer” e inventó una infracción. Claro desde la tribuna, después están los árbitros, el Var y la mar en coche. Pero no hay que quejarse, sólo mencionarlo. Porque el segundo gol de Newell’s es producto de una “pequeña” falta que se podría haber obviado. Como sea, después de dos contragolpes leprosos que dieron como resultado sendos tiros en los postes, vino el penal para Boca y, para equilibrar, dos tiros en los postes, el propio Cavani y Rodrigo Battaglia. Justicia Divina que le dicen. Y así, bajo una lluvia torrencial el pueblo leproso festejo mojado hasta los huesos.
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