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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 31/03/2025 04:36
Mariano Palamidessi y Vanesa de Mier en la jornada de alfabetización y comprensión lectora que organizó Ticmas “Sin comprensión lectora, los estudiantes enfrentan dificultades en su desarrollo académico y en su capacidad para interpretar el mundo”, subrayaba Patricio Zunini al presentar la charla dedicada a alfabetización y fluidez lectora organizada por Ticmas y en la que participaron la doctora en Letras, docente e investigadora en formación docente Vanesa de Mier junto al doctor en Educación y especialista en políticas educativas, Mariano Palamidessi. El panel comenzó con la situación actual de la comprensión lectora y con especial interés del público por la participación de Vanesa de Mier en la reforma del diseño curricular para la escuela primaria en la Ciudad de Buenos Aires. Para leer hay que decodificar “Hay varios aspectos para tener en cuenta cuando hablamos de comprensión lectora. Todos los que trabajamos, desde líneas más cognitivas, desde la psicolingüística siempre hablamos de que la comprensión es un proceso cognitivo que se empieza a desarrollar con el lenguaje oral”, explicó De Mier. Y agregó: “Desde que los chicos empiezan a aprender nuevas palabras empiezan a interactuar con el entorno. Hay muchas habilidades que se pueden potenciar desde la oralidad, el desarrollo del vocabulario, las habilidades inferenciales; todo eso viene de la oralidad. Pero hay otra parte de la lectura que es propia del lenguaje escrito. Ese otro aspecto es uno de los que menos hemos atendido en la educación, tiene que ver con aspectos que tenemos que automatizar”. Además, la especialista reflexionó: ”Cuando un lector avanza en un texto y tiene dificultades para decodificar la palabra, no puede reconocerla, no va a poder acceder al significado, y eso hace que después no pueda relacionarlo con las otras palabras y mucho menos construir una representación mental de lo que está leyendo”. De Mier subrayó la falta de sistematicidad en la enseñanza de las habilidades para reconocer palabras “porque no se aprenden naturalmente como aprendemos a hablar”. Y destacó: “Tengo que empezar a avanzar en la lectura de un texto de manera tal que pueda avanzar reconociendo las palabras, accediendo al significado y poder construir el sentido de lo que estoy diciendo. Es decir, tomar todas esas habilidades que ya se vinieron desarrollando en el lenguaje oral, pero potenciarlas en el lenguaje escrito, porque el lenguaje escrito va a agregar muchísimo en relación con el conocimiento de la lengua”. “Nadie nos puede obligar a comprender un texto porque eso es una tarea totalmente voluntaria en la que yo tengo que poner todo mi conocimiento en mis habilidades de manera estratégica para centrar mi atención en la empresa”, resaltó. Mariano Palamidessi La escuela como sucesión de tecnologías Mariano Palamidessi aclaró que su intención era centrarse más en términos de teoría pedagógica: “Yo tengo una visión más bien sociotécnica de la tecnología. La escuela es una sucesión de tecnologías. Les recuerdo a mis estudiantes que alfabetizamos toda la última parte del siglo XIX con pizarra. Todavía no había cuaderno, después sí lo hicimos con cuaderno. Y después introducimos otras cosas”. “Pero hay conquistas tecnológicas, soluciones sociotécnicas que son muy estables. Yo siempre digo que las sillas tienen cuatro patas. En general es el mejor diseño”, planteó para reflexionar que “A veces siento que en el tema de la escolarización tenemos prácticas y tecnologías que en algún momento hemos tirado por la borda y pensamos que todas las nuevas tecnologías nos van a reemplazar”. Palamidessi señaló que en Argentina se dejó de lado, en la década del 80, la alfabetización con libros y la fotocopia ganó terreno perdiéndose de vista los diversos grados y necesidades de cada etapa a la hora de aprender, como la calidad de las imágenes, el tamaño de las letras, etc. Además planteó que otro elemento clave que se perdió en la escuela es el uso del diccionario. “Antes había una cantidad de palabras que había que incorporar por semana, y esto era sistemático. Vuelvo sobre lo que comentaba, el método de escritura, que no es de conciencia fonológica, sino que es un método estructurado y sistemático” Y agregó: “Obviamente, recursos tecnológicos viejos y nuevos deben maridarse adecuadamente para poder sustentar una comprensión creciente. Necesitamos desarrollo del lenguaje para cualquier cosa. Y en ese desarrollo del lenguaje que tiene que ver con la complejidad sintáctica, con la complejidad argumental, pero tiene como base la sofisticación en el vocabulario. Esto no es solo de la escuela en la Argentina, pero se muestra mucho ahí. Basta ver el lenguaje público, basta ver el lenguaje de los medios”. Vanesa de Mier Saltar la grieta en las políticas públicas Para De Mier estamos en un presente en el que se anclaron posturas extremas y de sesgo en términos de la enseñanza: “Todo lo que tenía que ver con política pública fue hacia ese lado. Y por otro lado, todo lo que tiene que ver con la vida académica en el mundo, avanzó muchísimo en la comprensión. De hecho, hoy en día hay muchísimas investigaciones súper precisas, hasta de las diferencias entre leer un texto de manera digital o leerlo en un papel, pero todavía eso no llega al aula. Ahí hay un rol de la política pública, de hacer que eso empiece a despertar”. Y agregó que según su experiencia como docente: “Tenemos poco de técnica. Que desde esta formación inicial y de base podamos salir con un repertorio de estrategias que podemos implementar para garantizar el aprendizaje. A veces nos vamos mucho por los en términos teóricos y nos quedamos con poco de lo que realmente sucede en el aula. Estamos ante el desafío de plantearnos, por ejemplo, en el caso de la comprensión lectora ¿qué es la lectura?” y no dudó en remarcar que muchas veces la palabra “automatizar” cuesta en educación. “Desde el punto de vista de las políticas, tenemos un Estado que hace política pública con un grado de oralidad pasmoso”, planteó Palamidessi. “Las políticas se formulan de un modo muy crudo, a veces en un PowerPoint muy lindo, con lindos videos, pero que no tienen desarrollo argumental, no tienen evidencia”, denunció. “Hay un déficit de argumentación. Hay un déficit de comprensión de los actores. O sea, de invitarme a compartir una descripción del problema, un análisis del problema y algún tipo de análisis o supuesto acerca de la intervención”, aseguró Palamidessi. Y criticó que si bien “Estamos lanzando planes federales de alfabetización, los planes provinciales no tienen meta, no tienen estructura, no se entiende cómo una cosa va a influir sobre la otra. Y vamos a gastar diez u 800 millones de dólares, que es lo que tiene negociado el Gobierno con el Banco Mundial y el BID. Entonces, esto que parece muy alejado del problema de la comprensión; es que la conversación de la política pública no apela a la comprensión. Apela a la seducción, apela a evidencias que no se sostienen, a un conjunto de imágenes que en realidad no llegan a articularse en una acción colectiva o posible, etcétera, etcétera”. Estrategias que evidencian la comprensión lectora “Una puede pensar que tiene que haber cuatro estrategias de base. Activar el conocimiento previo. Nosotros siempre que vamos a comprender algo lo vamos a aprender a procesar desde un lugar”, planteó de Mier y subrayó: “De hecho, vocabulario y conocimiento previo son las variables que más inciden en la comprensión”. “Durante la lectura, esas son las habilidades más metacognitivas, tengo que poder darme cuenta si tengo alguna dificultad. Y aunque no lo crean, eso es muy desafiante para un lector, sobre todo cuando estamos desarrollando nuestras habilidades de lectura”, señaló. Y agregó la necesidad de “identificar y relacionar las ideas de un verso entre sí y de poder jerarquizarlas. Tenemos que poder organizar de manera secuenciada la información con relaciones lógicas. Por eso muchas veces el andamiaje viene por el lado de hacer preguntas durante la lectura, en lugar de esperar a que el proceso termine, voy andamiando el proceso para mostrar cómo se hace”. “Después de leer es fundamental poder recuperar la información del texto, volver a leerlo o si. Si es posible plantear actividades en las que estratégicamente vuelva a usar ese conocimiento, mucho mejor”, aseguró. Con respecto a cómo se viene trabajando en la Ciudad de Buenos Aires, la especialista planteó que ya desde el año pasado “se empezó a incorporar el programa de fluidez lectora, entonces había mucho de andamiaje de la lectura en voz alta, que es fundamental para desarrollar la fluidez lectora. Y desde el año pasado en un grupo de escuelas se empezó a incorporar un programa que fue adaptado de otra adaptación realizada por una investigadora chilena, Alejandra Meneses, que se llama La lectura estratégica Colaborativa”. “Nada de esto es nuevo. La idea ahora es empezar a también ponerlo en diálogos y ponerlo sobre la mesa para empezar a implementar estas nuevas estrategias de manera más generalizada”, planteó de Mier para cerrar un panel que recibió un cálido aplauso del público asistente.
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