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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/03/2025 18:33
Kioto, Japón, tiene 17 monumentos históricos para visitar y mucha naturaleza para disfrutar (Freepik) El slow travel o viajar despacio es una manera diferente de vacacionar. Para decirlo de manera sencilla, se trata de explorar nuevos destinos sin apuros ni estrés, atesorando cada momento y sin seguir las ideas habituales del turismo de masas. A diferencia del turismo tradicional, que suele centrarse en visitar la mayor cantidad de sitios en el menor tiempo posible, el slow travel pone el foco en la calidad de la experiencia, más que en la cantidad de lugares recorridos. Entre la características principales del slow travel se encuentran: Estadías prolongadas: al tomarse mayor tiempo para conocer un lugar, los viajeros pueden vivir experiencias más auténticas y significativas. En el slow travel se prefieren modos de transporte con menor impacto ambiental, como trenes, bicicletas, caminatas o transporte público (Imagen Ilustrativa Infobae) Menos estrés : al reducir el apuro, el turismo lento contribuye a una experiencia de viaje más relajante y placentera, lo que puede mejorar el bienestar general del viajero. Conexión con lo local: se promueve el contacto directo con la comunidad, sus costumbres, su gastronomía y sus ritmos cotidianos. Esto incluye actividades como clases de cocina local, talleres culturales o voluntariados. Menor impacto ambiental: al evitar vuelos frecuentes y actividades masivas, la tendencia busca ser más sostenible. Se priorizan trenes, bicicletas, caminatas o transportes públicos para desplazarse, reduciendo el impacto ambiental del viaje. Elección de alojamientos con identidad: se opta por hospedajes locales, como casas de familia, hostales independientes o alojamientos rurales. El slow travel o viajar despacio es una manera diferente de viajar, sin apuros ni estrés, disfrutando con calma cada momento (Imagen ilustrativa Infobae) El slow travel forma parte del movimiento más amplio del slow living, que aboga por un estilo de vida menos acelerado y más consciente, tanto en lo cotidiano como en los viajes. Surge como parte del movimiento slow, que comenzó en la década de 1980 en Italia con el impulso del slow food, una respuesta crítica a la cultura del consumo rápido y estandarizado. El slow travel es una forma de aprovechar todos los placeres del buen viajar. Estos destinos comparten una característica: ofrecen condiciones propicias para detenerse, observar, involucrarse con lo local y moverse con libertad, sin el vértigo de las rutas turísticas convencionales. Cuáles son los 8 destinos soñados para disfrutar del slow travel La Provenza francesa Los pequeños pueblos de la zona de Provence, France fueron la inspiración de los pintores impresionistas, que vieron en ella una luz y un color especial Ubicada en el sureste de Francia, es un destino ideal que combina paisajes de gran belleza, historia y una rica cultura. Conocida por sus fantásticos paisajes naturales, sus pequeños pueblitos en medio de la montaña y su gastronomía, la región cautiva a quienes la visitan. Se caracteriza por sus flores y vegetación abundante y sus campos de lavanda en flor. Entre sus muchos atractivos, se destacan los pueblos con calles estrechas, casas de tonos pastel y una arquitectura que refleja su esencia. Se puede visitar Aviñón, famosa por el Palacio de los Papas, Saint-Rémy-de-Provence, donde Van Gogh pintó algunas de sus obras más célebres y Aix en Provenza, la ciudad natal del pintor posimpresionista Paul Cézanne. Su luz y naturaleza influyeron notablemente en muchos artistas. Gauguin y Matisse fueron otros pintores que se inspiraron en los paisajes de la región. En cuanto a la gastronomía, se puede disfrutar de la famosa cocina mediterránea, que incluye platos como la ratatouille, la bouillabaisse y una variada selección de quesos locales, de los cuales Francia posee entre 300 y 400 tipos. Los mercados al aire libre son perfectos para encontrar productos frescos, vinos rosados, hierbas aromáticas y aceites de oliva de alta calidad. El Chaltén, Argentina El Chaltén, Argentina, es ideal para los amantes de las caminatas, el cicloturismo y las cabalgatas Crédito: Grosby Group La pequeña localidad de la provincia de Santa Cruz tiene la particularidad de ubicarse justo dentro del Parque Nacional Los Glaciares, y la rodean los picos del cerro Torre y del monte Fitz Roy. Sus bosques y senderos son elegidos para caminatas, cicloturismo y cabalgatas. Es conocida como la capital argentina del trekking. La navegación en kayak regala bellísimas vistas del bosque andino patagónico y de la cara norte del Fitz Roy. El río De las Vueltas pertenece a la cuenca del Santa Cruz, por lo que una importante porción de sus aguas es de origen glaciar, provenientes del deshielo de la zona norte del Parque Nacional Los Glaciares. Toda la geografía de El Chaltén es una invitación al slow travel. En cuanto a la gastronomía patagónica, se puede disfrutar de un rico asado o un curanto, método de cocción de alimentos que se realiza en un pozo cavado en la tierra y cubierto con piedras calientes donde se ubican las carnes y sobre ellas, varias hojas de arbustos típicos. Es un plato tradicional de la Patagonia argentina y chilena. Lisboa, Portugal Lisboa Portugal, ofrece cultura, historia y una interesante gastronomía local (Crédito: Grosby Group) Considerada una de las ciudades más seguras de Europa, Lisboa ofrece comodidad y lugares de interés y cultura. Hay muchísimas cosas para hacer y ver, desde viajar en el tranvía 28, disfrutar de las calles coloridas hasta deleitarse con los famosos pastéis de Belém, también llamados pastéis de nata, son una de las especialidades más características de la cocina portuguesa, se trata de pequeñas tartitas de unos ocho centímetros de diámetro, hechas con hojaldre y crema de huevo. Otra buena idea en Lisboa es caminar sin rumbo, como los auténticos flaneur, por los suburbios de Alfama y Mouraria, los barrios más antiguos de la ciudad, que cuentan con muchísimos cafés y bares a lo largo de sus calles estrechas. Para sumergirse en la cultura local, se puede disfrutar de una noche de fado en vivo, la música tradicional portuguesa. Además, para los amantes de la gastronomía, un tour gastronómico por Lisboa es la oportunidad ideal para conocer los sabores auténticos de la ciudad. Kyoto, Japón Kioto, Japón, conserva un legado arquitectónico y espiritual que invita a recorrerla sin apuro (Freepik) Es uno de los destinos más recomendados para el slow travel en Asia porque ofrece una combinación única de historia, espiritualidad y cultura. A diferencia del ritmo acelerado de Tokio, Kyoto permite explorar templos antiguos, jardines tradicionales y barrios históricos a pie o en bicicleta, con una estructura urbana que favorece la contemplación y la interacción con la cultura local. La ciudad fue capital imperial durante más de mil años, y conserva un legado arquitectónico que invita a recorrerla sin apuro. Se pueden asistir a ceremonias del té, visitar mercados tradicionales o simplemente observar el caminar lento de los monjes e imitarlos paseando por sus calles. Uno de los lugares recomendados para visitar en un viaje lento por Kioto es el Templo Kiyomizu-dera. Ubicado sobre una colina, ofrece vistas de la ciudad y un entorno natural que cambia con las estaciones. El camino hacia el templo está lleno de tiendas tradicionales y calles de piedra. Otro lugar es el bosque de bambú de Arashiyama: caminar por este sendero rodeado de bambú es una experiencia sensorial que representa el espíritu del slow travel. También es recomendable visitar el Templo Ryoan-ji, conocido por su jardín de rocas zen, invita a la contemplación silenciosa y a observar los elementos mínimos de un paisaje diseñado para la introspección. Costa de Amalfi, Italia La Costa de Amalfi, Italia, ofrece paisajes impresionantes, historia y gastronomía (Crédito: Grosby Group) Conocida por su belleza, la Costa de Amalfi también ofrece la posibilidad de recorrerla con calma, disfrutar de sus pequeñas playas y de sus encantadores pueblos sin apresurarse. Lo que hace a este destino perfecto para un viaje lento es la posibilidad de sumergirse en el estilo de vida local: los turistas pueden explorar los pequeños pueblos costeros, recorrer a pie sus estrechas calles empedradas, descansar en sus terrazas con vistas al mar y saborear la comida sin apuros. Además, el transporte en autobús o barco entre los pueblos permite moverse con calma, disfrutando de los distintos paisajes. Entre los lugares recomendados de la Costa Amalfitana para visitar en un viaje lento se encuentra Positano. Es uno de los pueblos más emblemáticos, conocido por sus casas de vibrantes colores que se apilan en la ladera de la montaña. El tiempo parece detenerse aquí, y recorrer sus estrechas calles, bajar a la playa o disfrutar de un café con vistas al mar son actividades perfectas para un slow travel. Otra opción es Amalfi, famoso por su catedral medieval, su arquitectura de estilo árabe-normando y su plaza animada. Se puede explorar tranquilamente el casco antiguo, disfrutar de sus helados artesanales o tomar un paseo por su puerto pesquero. Todo en modo lento. Cork, Irlanda Cork, en Irlanda, ofrece obras maestras modernas, un animado mercado cubierto y las famosas cervezas de un pub franciscano (REUTERS/Henry Nicholls) Es la segunda ciudad más grande de Irlanda. Rodeada de paisajes verdes y atravesada por pintorescos ríos, la ciudad se destaca por su encanto natural. Sus calles adoquinadas invitan a disfrutar de sus bellas cafeterías, tiendas de artesanías y mercados locales, como el emblemático Mercado Inglés, donde se pueden degustar productos y sabores auténticos de la región. Cork cuenta con una arraigada tradición de elaboración cervecera, revitalizada hoy en Franciscan Well. La cervecería tiene ese nombre por estar en el mismo sitio que un monasterio franciscano medieval que tenía su propio pozo de aguas curativas. Es un lugar ideal para disfrutar con una pinta en la terraza, acompañado de las canciones de los músicos locales. Además, su arquitectura, que refleja un pasado histórico, junto con la amabilidad de su gente, la convierte en un destino ideal para quienes desean experimentar la vida cotidiana irlandesa en modo slow. Cabo Polonio, Uruguay Cabo Polonio, Uruguay, no tiene luz eléctrica ni agua corriente. Imposible no desconectarse del mundo y descansar (Crédito: Grosby Group) Desde el 2009, Cabo Polonio integra el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Uruguay y forma parte del parque nacional frente al que se extienden playas del Océano Atlántico. El Parque Nacional Cabo Polonio, en tanto, es una extensa área natural con una belleza paisajística que todavía conserva características típicas de la costa atlántica uruguaya. En este lugar no hay luz eléctrica ni agua corriente, lo que lo hace ideal para la desconexión. No hay calles sino senderos que vinculan las casitas pequeñas y rudimentarias. El ingreso se realiza en vehículos todo terreno, especialmente acondicionados para no dañar el paisaje natural. Caminar por las playas es un verdadero paseo slow travel, donde se puede admirar la colonia estable de lobos marinos apostada frente al cabo, en la zona de rocas junto al faro, un punto inevitable de este destino. Sin duda es un lugar para vivir en “slow mode” y alejado de todo el mundo. Isla de Icaria, Grecia Icaria, Grecia, tiene mar, montaña y la dieta mediterránea para volver renovados de las vacaciones Islas montañosas, clima agradable, mar azul y alimentos naturales son algunas de las atracciones que ofrece Icaria. Tiene la particularidad de ser una de las Zonas Azules del mundo, donde se encuentra una mayor cantidad de habitantes centenarios. La geografía de la isla hace que los desplazamientos exijan mantener un estado físico acorde, lo que repercute de forma positiva en la salud física y mental de sus habitantes (y de los turistas). En Icaria también se puede disfrutar del baño en las fuentes mineromedicinales que brotan de forma natural a 32ºC. En Therma, a tan solo dos kilómetros de la capital de la isla, Agios Kirykos, hay unas surgencias que vierten directamente sobre el mar, calentando las aguas cercanas y creando un efecto especial para quien va allí a nadar.
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