01/04/2025 08:23
01/04/2025 08:23
01/04/2025 08:22
01/04/2025 08:22
01/04/2025 08:21
01/04/2025 08:21
01/04/2025 08:21
01/04/2025 08:20
01/04/2025 08:20
01/04/2025 08:18
Colon » El Entre Rios
Fecha: 30/03/2025 08:30
Argentina volvió a recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) porque reapareció el problema histórico que aqueja al país: faltan dólares en el Banco Central (BCRA), y se van secando las canillas mediante las cuales los acumuló durante la segunda mitad de 2024. Ya pasó el blanqueo, ya se aplicó casi todo lo que se podía aplicar de ese colchón a préstamos en dólares (que los tomadores venden al BCRA) y las empresas grandes ya cubrieron gran parte de sus necesidades de financiamiento en dólares (que debían vender al BCRA) durante los últimos meses. Urge conseguir otra fuente de divisas, y en esa necesidad cae el FMI. Hay grandes diferencias entre las circunstancias en que se recurre al acuerdo con el FMI en esta ocasión y las que había en 2018. Quizás sea similar el nivel de tipo de cambio real, pero son diferentes, mucho más holgadas ahora que entonces, la situación fiscal, el balance de la cuenta corriente, el perfil de vencimientos en dólares, y los tenedores de la deuda en pesos, que en 2018 eran los extranjeros que generaron la corrida y ahora son casi todos residentes en el país. También es diferente, pero en este caso peor el punto de arranque de las reservas: en 2018 había US$ 38.000 millones, mientras que hoy son US$ 5.000 millones negativas. El mercado financiero está, desde hace un par de semanas, enfocado casi con exclusividad en el monto de las reservas, el nivel de tipo de cambio real, y el acuerdo con el FMI, del que no espera mucho. De ahí que haya saltado la cotización del dólar futuro y se haya movido hacia arriba la cotización del dólar paralelo. Los ambiguos anuncios del equipo económico respecto del acuerdo a ser alcanzado, y sobre todo del monto de dinero nuevo (o fresco, como dice la jerga) que recibiría el Tesoro para recomprar al BCRA las letras intransferibles que le emitió en el pasado, no dan tranquilidad. Seguramente no puedan darla, por haber compromisos de confidencialidad. El ministro Caputo habló de un acuerdo por US$ 20.000 millones. Pero no dio certeza sobre la forma que tendrá el préstamo. No es lo mismo que incluya desembolsos calzados con vencimientos futuros, como sugiere el DNU que el Congreso no rechazó, o que se trate de dinero fresco. En el primero, las tensiones cambiarias no cederían, porque el monto de dinero fresco no convencería al mercado de que ahora el BCRA es un jugador más fuerte en el mercado de cambios. En el otro, las reservas netas pasarían a ser de casi US$ 15.000 millones positivas, porque el BCRA pasaría de tener una inversión ilíquida (las letras intransferibles) a sumar US$ 20.000 millones en efectivo. Sería un monto suficientemente grande como para imaginar el comienzo del fin de los controles de capital. Esto no significa que el tipo de cambio se unifique al día siguiente del acuerdo. Pero tampoco significa que nada pasará, porque el FMI no nos dará dinero de forma graciosa. Parece probable que se termine el esquema de tipo de cambio especial para exportadores, el llamado blend. La mayor razón por la que el BCRA no puede acumular reservas proviene de que el 20% de las exportaciones no pasa por la entidad. Eliminar el blend curaría ese problema. Quizás a eso se refería el Ministro cuando dijo que en un tiempo las reservas treparían a USD 50.000 millones. Habrá que ver para creer, porque el resto de las cosas también se mueven, y a los argentinos, ante la duda, no nos tiembla el pulso para salir de los pesos e irnos al dólar. No se puede soslayar que eliminar el blend restaría oferta en el mercado paralelo, que no se sabe cómo podría reaccionar. Habrá que esperar al menos dos semanas más para tener las cartas sobre la mesa. Es poco y mucho a la vez. Los rumores y las especulaciones circulan a la velocidad de la luz, y el BCRA debe hacer malabares para que no haya movimientos bruscos hasta el anuncio. Por la forma en que el mercado ha jugado sus cartas en estos días, cabe suponer que un acuerdo con más dinero fresco del que el mercado parece dispuesto a creer que habrá podría agarrarlo por sorpresa, y mal posicionado. Fuente: El Entre Ríos
Ver noticia original