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  • Clima de negocios: Más allá del FMI y el dólar, ¿cuán viable es el plan para que Argentina sea referente global en IA y energía nuclear?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 30/03/2025 04:44

    Sam Altman, creador de ChatGPT, junto a Javier Milei En Argentina existe una “tormenta perfecta” para que lleguen inversiones muy importantes para Inteligencia Artificial. La frase la dijo el presidente Javier Milei en diciembre, en el discurso con el que resumió su primer año de mandato. No sólo eso: el mandatario aseguró que el país tiene “energía de sobra, tierras frías e inhóspitas de sobra, y recurso humano de calidad” y que “el aumento de demanda de energía que implica la IA va a generar en el mundo entero el resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive”. “Nosotros no nos vamos a quedar atrás, vamos a diseñar un plan nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación en las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”, afirmó. Días después, anunció el Plan Nuclear local junto al Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi. Buena parte de revival de la energía nuclear llegó de la mano de la IA (Imagen Ilustrativa Infobae) Milei sueña con un país que combine la IA con la energía nuclear. Cree que lloverán inversiones de las relaciones que tejió, de la mano de Elon Musk y con la venia de Donald Trump, con mega gigantes tech, como Apple, OpenAI, Microsoft y Google. El encargado de comenzar a hacer ese sueño realidad es Demian Reidel, su jefe de asesores y ahora también titular del nuevo Consejo Nuclear Argentino. Los más altos niveles del gobierno de Milei imaginan enormes instalaciones llenas de servidores de última generación, quizás en la Patagonia –donde hay las mencionadas “tierras frías e inhóspitas de sobra”–, alimentados por energía nuclear que generen reactores modulares pequeños (SMR por sus siglas en inglés) made in Argentina que, además, se exportarán. Verdaderos “campos” tech que generen divisas a niveles que, en un futuro –se animan a comparar– serán equiparables a Vaca Muerta y el agro. Claro, todo eso requiere de inversiones multimillonarias. Es un proyecto de mediano y largo plazo que pocos ven como una verdadera utopía en el país de la negociación urgente con el FMI, las dudas sobre lo que pasará con el dólar y la inflación, y la escasez de reservas en el Banco Central. “Se puede arreglar la macro y, en paralelo, trabajar estos temas seriamente y rápido. Queremos llegar primero. Tenemos con qué, pero hay que hacerlo ya. Lo estamos haciendo”, se entusiasman en la Casa Rosada. Por ahora hay pocos detalles de cómo lo harán. No es una idea sólo local: el mundo vive una suerte de revival nuclear, en medio del boom IA, y hasta las “big tech” invierten para generar este tipo de energía. Plan nuclear Reidel viene de protagonizar una polémica cuando días atrás se viralizó un video de su participación en el IEFA Latam Forum. Allí, mientras explicaba ante inversores su visión de por qué “ahora sí es diferente” y los beneficios que tiene el país para desarrollar infraestructura IA en algunas zonas, aseguró que el problema con esas áreas es que están “poblada por argentinos”. El funcionario, que recibió críticas de propios y ajenos, pidió disculpas en las redes y aseguró que hubo un malentendido. “Los que se hacen los ofendidos, consíganse un trabajo honesto”, contraatacó. El Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi (REUTERS/Elisabeth Mandl) Reidel es físico del Instituto Balseiro y seguramente de ahí proviene su entusiasmo nuclear. Tiene un Master en matemática financiera en la Universidad de Chicago y un Ph.D en Economía en la Universidad de Harvard, donde además fue investigador. Vivió muchos años en EEUU, fue trader en Goldman Sachs y J.P.Morgan, y dueño de un fondo de inversión en EEUU, QFR Capital Management. Además, se desempeñó como vicepresidente del BCRA comandado por Federico Sturzenegger durante la primera parte del gobierno de Mauricio Macri, y es militante activo de Milei desde que era candidato. En el Gobierno prefirieron no dar detalles sobre las grandes inversiones en IA que esperan, pero confían en que “los centros de datos de las grandes empresas van a venir por el RIGI”, según le explicó una alta fuente oficial a Infobae. “Se avanzó mucho desde cuando fuimos a EEUU, hace un año, pero son inversiones de más de USD 10.000 millones que hay que ‘enterrar’ en el país. Hubo avances muy importantes y la negociación se está moviendo”, explicó el funcionario. En marzo de 2024, Milei viajó a Silicon Valley y tuvo reuniones de alto nivel con CEOs como Sam Altman (OpenAI), Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple) y Mark Zuckerberg (Meta). Demian Reidel (Jaime Olivos) “Esperamos poder anunciar algo pronto. Estamos poniendo todo para ser los primeros en IA y también en energía atómica. Si hacemos el reactor también vamos a poder vender el uranio. Todas las compañías de IA decidieron que el futuro es nuclear y que van a usar esa energía porque es limpia, estable y escalable”, agregó el hombre del gobierno libertario. El propio Reidel destacó, semanas atrás, en Infobae, las fases del plan nuclear que impulsa el Gobierno. Fase 1. Desarrollar un reactor modular SRM. Se buscará construir una nueva planta nuclear con cuatro de estos módulos en lo que iba a ser Atucha 3. Esa fase incluye el trabajo coordinado de Invap, Nucleoeléctrica, Conea, Conuar, y otros organismos y entidades, con otros jugadores privados y capital externo. Fase 2. Reidel la llama “modelo Gillette” y buscará exportar uranio. “De la misma forma en que te venden la maquinita de afeitar y los repuestos, podemos aprovechar la comercialización de estos reactores modulares para venderlos con un compromiso de compra de uranio argentino, mineral del que tenemos cuantiosas reservas, pero que está totalmente desaprovechado”, afirmó. Fase 3. Llegan las inversiones y las empresas mirarán al país como un lugar seguro para enchufar sus data centers, o lo que haga falta en el futuro. “Si logramos las fases 1 y 2, no va a ser ciencia ficción”, dijo. ¿Se podrá? Leandro Zanoni, consultor y autor de la newsletter “Listos IA” coincide con que la gran escala que necesita la inteligencia artificial demanda una infraestructura energética robusta y que, en ese escenario, la energía nuclear se posiciona como una fuente estratégica. “Nuestro país tiene tradición en el sector nuclear y cuenta con capital humano y tecnológico para potenciar esa sinergia. También tenemos territorio y buenos climas y por el momento una regulación laxa y benévola, ya que la IA no está regulada. Pero las inversiones, hasta ahora, son promesas tímidas. Hace falta que el Gobierno logre estabilizar definitivamente la macroeconomía y normalizar el acceso a divisas. Mientras tanto, intentan que las empresas vean en el país una oportunidad concreta para instalar sus hubs tecnológicos con base energética sustentable”, destacó Zanoni. Vista interior de uno de los grandes data centers de Google (Google) Julián Gadano fue subsecretario de Energía Nuclear del gobierno de Macri y cree que ya comienza a haber un de conjunto políticas públicas con las que el Estado busca incentivar ambas tecnologías. “Hay un Gobierno que expresó su voluntad de fomentarlas. Dieron una señal fuerte para atraer al capital privado. El mundo nuclear está creciendo, hay muchos proyectos y no es un delirio pensar que el primer reactor SMR que esté operando, se diseñe y se fabrique acá. Para eso es necesario capital y un Gobierno que alinee todo. Está el RIGI y hay condiciones. Tenemos energía nuclear y va muy en línea con la IA”, aseguró. Gadano está convencido de que “lo nuclear” está de moda otra vez porque existe un serio problema global de demanda y oferta de electricidad. “El mundo se está electrificando y, además, los próximos data centers de inteligencia artificial que consumirán órdenes de magnitud más que la IA actual. Va a ser un shock de demanda y Argentina puede correr esa carrera si todo se alinea. Yo estoy entusiasmado”, agregó. Además, dijo que en gran parte del mundo las prevenciones contra la energía nuclear perdieron fuerza. “Pesan más otros factores ligados al empleo que la energía nuclear genera, y a la necesidad de incrementar la oferta de energía limpia y descarbonizar la matriz energética”, destacó. “Para que Argentina pueda competir de verdad y ser parte de esa conversación, debe tener un plan de largo plazo. ¿Nos podemos subir a un atajo? Seguro, pero la investigación es muy importante. Otras cuestiones de peso, por supuesto, son la solidez económica y financiera del país para atraer inversiones y generar capital, y el desarrollo del talento”, aseguró Fredi Vivas, ingeniero especializado en IA. “Si queremos ser un polo de innovación usando inteligencia artificial, tenemos que contemplar todo eso. ¿Podríamos tener data centers donde se ponga información? ¿Podrían generar trabajo? Sí, sin duda, pero eso no te convierte en un polo de IA”, agregó el también CEO de la consultora RockingData y profesor de la Universidad de San Andrés. Asunto global La tendencia que cruza IA y energía nuclear es global. Las grandes empresas tecnológicas mencionadas invierten miles de millones en centros de datos de “hiperescala”, gigantes y con mucha capacidad de procesamiento. Mientras tanto, desarrollan sus propios sistemas y miran de reojo lo que pasa en China, que adquiere relevancia con sus herramientas y genera enormes dudas sobre qué uso les darán en términos de privacidad y espionaje a otros países, por mencionar sólo dos aspectos. Three Mile Island la planta nuclear de Middletown, Pensilvania, en EEUU, que abrirá sólo par Microsoft (REUTERS/Shannon Stapleton) Microsoft -que ahora es uno de los dueños de Open AI, empresa que tuvo entre sus fundadores a Elon Musk- firmó un acuerdo multimillonario para reabrir una central nuclear en Pensilvania, EEUU, y ser su único cliente. No es cualquier planta: se trata de Three Mile Island, donde ocurrió, a fines de los ‘70, el primer accidente nuclear de relevancia de la historia, el más grave hasta Chernobyl. Ese incidente, que expuso a más de 2 millones de estadounidenses a la radiación, frenó hasta ahora el desarrollo de este tipo de energía en EEUU. Un artículo de fines del año pasado de Bulletin of the Atomic Scientists, resumió con cifras contundentes el estado del arte de estos sectores. Allí se detalló que las compañías eléctricas de EEUU casi duplicaron sus estimaciones de la cantidad de electricidad que necesitarán en los próximos cinco años por la IA. “Un informe reciente del banco de inversión global Goldman Sachs pronostica que los centros de datos consumirán alrededor del 8% de toda la electricidad estadounidense en 2030, frente al 3% actual”, explicó el trabajo firmado por Dawn Stover. Sólo en EEUU se cree que serán necesarias 34 plantas nucleares nuevas para proveer los centros de datos que trabajarán full con sistemas de IA. Además, gran parte de las big tech están involucradas o invierten en las empresas que están desarrollando reactores SMR. Según Stover, la demanda de electricidad global también se disparará y se espera que sea un 6% mayor en 2035 que lo previsto por la Agencia Internacional de la Energía a finales de 2023. “El consumo de electricidad de los centros de datos, de los cuales ya hay 11.000 en todo el mundo, podría superar el millón de gigavatios-hora en 2027, aproximadamente la misma cantidad total de electricidad que Japón consume anualmente”, detalló el artículo. El cálculo para graficar el fenómeno ya es un clásico: una búsqueda en ChatGPT consume casi 10 veces más energía que una búsqueda tradicional en Google. Y cada vez más personas usan ChatGTP y similares. La carrera ya largó y Argentina quiere prenderse, tiene con qué, pero corre de atrás. Los obstáculos que enfrenta son mayores y más complejos que los de sus principales competidores. Solo para empezar, vale mencionar el gran interrogante que genera su economía y la desconfianza de los inversores y empresas que tienen que invertir sobre lo que será capaz (o no) de hacer este Gobierno a la hora de cumplir sus promesas. Mieli y sus funcionarios juran que se puede porque, como no se cansan de repetir, “esta vez es diferente”. Las empresas esperan resultados concretos para invertir. Quizás les hayan pedido consejos sobre el país a sus cada vez más potentes y sabihondas herramientas de IA.

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