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» El litoral Corrientes
Fecha: 30/03/2025 01:52
Tanto en la zona histórica de la fundación de la ciudad alrededor de la plaza 25 de Mayo como en otras posteriormente, al comenzar el siglo XIX los correntinos fueron consolidando sus construcciones aplicando nuevos materiales como el ladrillo cocido, tejas fabricadas en los muslos de los indios, a lo que agregaron los aljibes las familias pudientes con dos ingredientes más que venían de Europa, idea de los que se instalaban en la ciudad colonial casándose con correntinas de buen pasar, generalmente comerciantes vinculados a las centrales en la ciudad Puerto Buenos Aires. Éstos eran el sótano y la habitación secreta, hacían los planos pero los que se presentaban al Cabildo con la técnica de la época, omitían una habitación de seguridad, oculta en las casas, lugar seguro donde refugiarse en caso de peligro inminente, incluyendo abovedados de ladrillo con soportes de madera dura para caso de incendios;dentro de la habitación tenían alimentos no perecederos, agua, abrigos, incluyendo una pequeña letrina conectada a la que descargaba en la cámara séptica de manera artificiosa. El segundo agregado fueron los sótanos, algunos con poca fortuna, en la parte baja de la ciudad que se inundaba en épocas de grandes lluvias o crecientes extraordinarias del Paraná, otros con más suerte por la altura de sus fundos. Estos sótanos fueron estudiados por un arqueólogo aficionado, arquitecto de profesión llamado Andrés, éste hablaba con todo el mundo, constructores, ingenieros, arquitectos, buscadores de tesoros hurgando sus experiencias. En sus largas charlas con los mencionados le llamaba la atención la cita permanente de argollas en sótanos o paredes, aseguradas con cadenas o maderas de quebracho y remaches que hacían imposible desprenderlas del lugar. Esas pistas tienen relación con los seres humanos naturalmente, más los que por disposiciones ideológicas eran considerados cosas o bestias, los esclavos, los indios y otros por añadidura. Conforme pasara el tiempo y la evolución del hombre como vaticinara Darwin las cosas fueron cambiando, poco a poco la atroz esclavitud desaparecería del mundo al menos parcialmente, los pocos originarios que quedan son considerados seres humanos, despreciados como siempre por las razones ideológicas, pero al menos comenzó la inclusión y comprensión a partir del art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional de 1994, porque hasta ese momento quedaron en manos de los católicos que nada hicieron por ellos, nunca, salvo explotarlos a lo largo de la historia desde 1492. Los sótanos que poco a poco fueron rellenados como los de la calle Pellegrini a lo largo, especialmente los que conozco, Quintana entre Rioja y Salta, pero existieron muchos más, todos con las famosas argollas. De ella colgaban de noche los castigados, generalmente los esclavos y sus compañeros de infortunio indios, las indias sufrían el tormento del abuso y la procreación de herederos de los señores y señoritos. En muchas de estas casas el baldón quedó para siempre, los espíritus de estos desdichados ambulan pidiendo justicia ante quien resulte responsable, no sé si dioses o demonios, pero alguien es evidente que los escucha. Un lugar donde se tapó un antiguo sótano de esas características está ubicado en la esquina de Salta y Plácido Martínez, lo llenaron de arena; dentro del misterioso arenal afloran sombras fantasmagóricas que deambulan por la esquina, según perciban gente buena, pasan tranquilas sin importarles el susto pequeño o grande que se llevan los transeúntes; si avistan gente mala, se arma de la gresca, las sombras negras lanzan rayos rojizos que el caminante queda petrificado, algunas figuras llevan en sus manos las argollas malditas con cadenas colgando, más de uno no pasa por esa vereda. Estudiando el asunto encontré con que muchas argollas malditas fueron exorcizadas por curas católicos, curanderas, nigromantes y otros especialistas en el libro negro de lo inexplicable. Si la casa tuvo sótanos ten la bondad de ser buena persona, generosa, empática porque es posible que un alma en pena te visite inesperadamente pidiendo justicia humana a lo inhumano del pasado tenebroso de nuestra historia. En mi caso exploré un espacio territorial, el sótano está en la porción vecina, no obstante le enciendo velas y pongo agua para las almas en pena, no es que me asusten, pero merecen respeto.
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