27/03/2025 21:01
27/03/2025 21:01
27/03/2025 21:00
27/03/2025 21:00
27/03/2025 21:00
27/03/2025 21:00
27/03/2025 21:00
27/03/2025 20:59
27/03/2025 20:59
27/03/2025 20:59
» El Ciudadano
Fecha: 26/03/2025 00:40
En un esfuerzo por enfrentar la grave crisis demográfica que atraviesa Rusia, la región de Oriol se ha convertido en la primera ciudad rusa en ofrecer dinero estatal a embarazadas menores de edad. La medida, anunciada el jueves pasado por el gobernador Andrey Klychkov, forma parte de la estrategia impulsada por el gobierno de Vladimir Putin para aumentar la natalidad en el país. Oriol, una ciudad situada a 360 kilómetros de Moscú, es una de las cuarenta regiones rusas que ya brindan 100 mil rublos a estudiantes universitarias embarazadas. Sin embargo, el nuevo programa de la región ha extendido este beneficio a cualquier joven que tenga más de 12 semanas de embarazo, sin requerir un mínimo de edad para poder acceder al pago. Esta iniciativa refleja la intensificación de los esfuerzos del gobierno para frenar la caída en la natalidad, una de las principales preocupaciones demográficas de Rusia. Como parte de este impulso pronatalista, el gobierno ruso también ha lanzado un programa de televisión titulado “Mamá a los 16”, inspirado en el conocido reality show estadounidense “Embarazada a los 16”, que originalmente buscaba desincentivar los embarazos en menores de edad. En su versión rusa, el objetivo es resaltar la «belleza de la maternidad» y promover la idea de que las jóvenes pueden ser futuras madres y soldados, en línea con los intereses del Kremlin de fortalecer la población. El redoblado esfuerzo por fomentar la natalidad se enmarca dentro de un contexto de alarmante descenso en las tasas de natalidad y un aumento en la mortalidad en Rusia. Según los datos oficiales, la tasa de fertilidad en el país ha caído a 1.5 hijos por mujer, muy por debajo del mínimo necesario de 2.1 para mantener una población estable. Se predice que la población rusa, actualmente de 144 millones, podría caer por debajo de los 130 millones para el año 2050 si no se implementan medidas efectivas. La política también responde a una crisis demográfica exacerbada por los efectos de la guerra en Ucrania y un «agujero demográfico» provocado por la menor cantidad de nacimientos en las décadas de los 90. Los esfuerzos del Kremlin incluyen campañas de todo tipo, algunas de las cuales han sido bastante controvertidas. En su afán por elevar la natalidad, se han propuesto medidas insólitas, como la creación de un Ministerio de Sexo y hasta la idea de apagar las luces y el internet por la noche para fomentar la procreación. Adicionalmente, en 2024, el Parlamento ruso aprobó una ley que prohíbe la “propaganda childfree”, imponiendo multas a quienes promuevan la decisión de no tener hijos, lo que ha generado críticas sobre la limitación de la libertad de expresión. También ha surgido preocupación por la invasión a la privacidad, pues varias mujeres en el sector público han reportado haber recibido cuestionarios sobre su vida sexual, anticoncepción y salud reproductiva. Estas medidas, que incluyen desde incentivos económicos hasta restricciones legislativas, reflejan el serio desafío demográfico que enfrenta Rusia, y subrayan la determinación del gobierno de Putin por revertir la tendencia de baja natalidad a toda costa, aunque estas políticas siguen siendo objeto de debate y controversia tanto dentro como fuera del país.
Ver noticia original